FITUR Zombie 2014. Viaje a ninguna parte

Un año más, y ya no sé ni cuantos, de nuevo a la feria de las vanidades donde siempre ocurre lo mismo, esperando algo diferente y en la práctica deseando que nada sea nuevo. Mi percepción de este año es que, al contrario de lo que afirmé en los años 2009, 2010, 2011 y 2012, Fitur no muere… Fitur hace muchos años que murió y ha conseguido sobrevivir a su roma y chata propuesta pos-internet. Bienvenidos al Fitur zombie. Es increíble ver una de las principales ferias de turismo del mundo languideciendo con la elegancia de la marquesa que niega la pérdida de su belleza (y su fortuna) y espera que el mundo que le rodea no haga ni la mínima señal de este fatal hecho.
Un año más, y ya no sé ni cuantos, de nuevo a la feria de las vanidades donde siempre ocurre lo mismo, esperando algo diferente y en la práctica deseando que nada sea nuevo. Mi percepción de este año es que, al contrario de lo que afirmé en los años 2009, 2010, 2011 y 2012, Fitur no muere… Fitur hace muchos años que murió y ha conseguido sobrevivir a su roma y chata propuesta pos-internet. Bienvenidos al Fitur zombie. Es increíble ver una de las principales ferias de turismo del mundo languideciendo con la elegancia de la marquesa que niega la pérdida de su belleza (y su fortuna) y espera que el mundo que le rodea no haga ni la mínima señal de este fatal hecho.
Estoy tentado a describir pabellones, stands, representaciones, jolgorios, bullicios e insustancialidades varias, pero son tan irrelevantes, sirven para tan poco y en realidad es el único objetivo de esta veterana ocurrencia que hace más de 15 años que ya no responde a una necesidad objetiva y es la necesidad de que cada año se celebre para recuperar físicamente a los amigos de todo el mundo con los que ya hacemos los negocios de manera virtual.
En los últimos años los tres días obligados de feria profesional se ha convertido en uno y cena. La información y los fetiches recuerdos de la feria han pasado a ser una app y punto. Y los puntos de encuentros profesionales, un auténtico meeting o incluso un e-darling presencial para mejor gloria de los que ya no podríamos dejar que pase un año sin que nos pasen lista en nuestra sala de baile donde nos negamos a bailar nuestro último vals.
Este año borrachos de cifras falsas donde siguen contando los turistas como si cabezas de ganado se tratara, vuelvo a descubrir que España se ha cargado la multimillonaria industria turística que años atrás suponía más del 11% de PIB estatal, por una ficticia carrera hacia el movimiento de “reses” por las praderas de esta nueva Kansas City autonómica. Los crecimientos negativos en los resultados tanto de PIB como de empleo en el sector dice bien a las claras como se puede desbancar a China del tercer puesto del ranquin de potencias turísticas: primando el abaratamiento de los precios, y por tanto la pérdida de beneficios con el consiguiente aumento del número de visitantes low cost. El turismo zombie español necesita una reforma, casi revolución, inmediata pero en esta tibia agua del spa oficial no hay guapo que se mueva ni fea que lo motive.
De Canarias… ¿para qué hablar de Canarias?, con pasarse por el stand, comprobar una vez más el desaguisado que dejó “santa” Rita con lo de la marca única, donde el verdadero potencial de las islas singulares, distintas y complementarias, se convierte en siete negociados con demasiados “funcionarios” dentro, y por fuera lo de siempre, los de siempre, con lo de siempre y el archipiélago pa’tras.
No obstante siempre hay cosas muy positivas, cosas muy ilusionantes, cosas que merecen la pena ver, cosas que contarán otros y sobre todo amigos que recuperar cada año por estas frías fechas en Madrid.
Victor Mendez Carrillo
26 enero, 2014 en 20:31
Gracias Rafael por hacer de “nuestros ojos” a aquellos que no podemos trasladarnos a la Capital de esta “Nación” que se agota en si misma dirigida por un Kamikase de nacionalidad gallega.
Cierto que somos la tercera potencia del mundo pero, como bien dices, bajando los precios hasta el punto que un hotel con un 90% de ocupación no cubre gastos.
Pero aún así, creo que debemos ser positivos y pensar que si ahora fuera el fin del mundo hasta nos alegraría,