Aunque habría que remontarse cuatro años atrás para intuir el esfuerzo y la ilusión que han encarnado la dirección y el profesorado del CEIP Ofra-Vistabella, una posada en medio del desierto cotidiano que dio hospedaje al universo socio-cultural de Ernesto Rodríguez Abad. En ese cruce de caminos se iniciaba una aventura que, a día de hoy, supone un símbolo del poder de la ciudadanía y una demostración clara del valor de nuestras escuelas públicas.
Pero vayamos al millo de la cuestión. Hace una semana, entre los pasillos y en las aulas, maestras y maestros, el alumnado en peso, las familias y el grupo de profesionales que integra Factoría de Cuentos y Diego Pun Ediciones, trabajaban a destajo, con sonrisas presidiendo rostros que cruzaban miradas cómplices. Se respiraba la ilusión en cada gesto, tras cada pincelada o en el eco de cada palabra.