Yo, no más que el balsero
hijo de mi padre,
hijo también de estas islas
acostumbradas a la emigración
donde unos piensan sólo en trabajar
mientras para otros no existe la razón suficiente.
Confieso que todo depende de repicar campanas por el pecho,
el repicar de campanas y los dedos largos de la noche
que se afanan por desconocerlo…,
Confesiones del balsero, Juan Calero.
CANARIASCULTURA | Bajo los portales del Niágara, de Juan Calero
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Yo, no más que el balsero
hijo de mi padre,
hijo también de estas islas
acostumbradas a la emigración
donde unos piensan sólo en trabajar
mientras para otros no existe la razón suficiente.
Confieso que todo depende de repicar campanas por el pecho,
el repicar de campanas y los dedos largos de la noche
que se afanan por desconocerlo…,
Confesiones del balsero, Juan Calero.