Entrevista con el pintor tinerfeño Premio Canarias de Bellas Artes 2014, afincado en Gran Canaria y que exhibe en la Fundación CajaCanarias, en Santa Cruz
[himage]
[/himage]
El artista plástico canario Fernando Álamo / Canarias3puntocero
Fernando Álamo ha querido frenar en parte del día y parar por un momento para así someterse con calma a este inofensivo interrogatorio, activado unos días antes de la difusión pública de la concesión a este mismo artista, nacido en Tenerife, del Premio Canarias de Bellas Artes 2014. Persona de las artes plásticas con más de 40 años creando, nació en Santa Cruz, aunque lleva en la capital grancanaria, donde reside, desde el año 1976. Con motivo de la presentación en el Espacio Cultural de la Fundación CajaCanarias, en Santa Cruz, de su muestra Fernando Álamo 2004-2013, antes servida en el CAAM de Las Palmas de Gran Canaria, llegó la oportunidad de abordar cuestiones sobre el montaje plástico que será visitable en la capital tinerfeña hasta el 10 de mayo. Esta cita ha servido de excusa para hablar del porqué de su pintura y para entrar con algo más de detalle en lo que encierra aquella colección de 10 años de creación. En el transcurso de esta charla, Álamo se muestra totalmente contrario, como tantos artistas isleños y dirigentes de la cultura y de la educación en las Islas, al posible cierre de la Sala de Arte Contemporáneo hoy situada en el palacio del Museo Municipal de Santa Cruz de Tenerife. Por ello, quiso apostar por el entendimiento entre la Consejería de Cultura del Gobierno de Canarias y el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife para que la Sala de Arte Contemporáneo (SAC) pueda seguir desarrollando su actividad en el Museo Municipal.
A la hora de preparar la muestra Fernando Álamo 2004-2013, la que ahora se exhibe en el santacrucero Espacio Cultural CajaCanarias y que de forma inicial se pudo contemplar en el Centro Atlántico de Arte Moderno (CAAM), en Las Palmas de Gran Canaria, ¿qué melodía argumental, qué hilo conductor, se concibió para llegar hasta ese montaje definitivo? ¿Por qué la obra seleccionada se ha presentado en seis partes o secciones, a veces con muestras de continuidad en lo temporal y lo artístico, a veces con aparentes cortes bruscos entre los momentos creativos y los conceptos o modos artísticos empleados? Explique la razón de ser de esta muestra y el porqué del modo elegido para ser presentada.
“Las exposiciones, cuando se programan para un museo, en este caso para el CAAM, tienen un comisario que es el responsable teórico de ésta y el que concibe, junto al artista, el hilo argumental del montaje. En esta ocasión, el comisario de la muestra es Carlos Díaz-Bertrana, y el planteamiento de ésta obedece a las líneas de trabajo en las que mi obra ha transitado durante los últimos diez años. Todas las partes en las que está estructurada son partes del trabajo que he desarrollado a lo largo del decenio. Sus aparentes cortes temáticos son completamente naturales en mi forma de trabajo. Habitualmente cojo un tema que voy desarrollando hasta que se agota, y a la vez mi proceso de trabajo siempre se desliza de un tema a otro sin ninguna brusquedad. Hay que pensar que el proyecto inicial de esta muestra fue realizado para el CAAM, con un mayor espacio expositivo que la Fundación CajaCanarias. Por ello, en la exposición de Tenerife ha cambiado un poco el volumen del trabajo que se muestra, pero pienso que el hilo argumental no ha variado, si acaso en número de obras exhibidas, pero no en lo representativo de éstas, elegidas algunas de ellas especialmente para la sede de CajaCanarias, debido a que muchas de las exhibidas en el CAAM eran préstamos de coleccionistas particulares. La duración temporal de las exposiciones en los últimos años hace imposible el uso de éstas por tan prolongado periodo. Además, en Santa Cruz de Tenerife actualmente se puede disfrutar de otra exposición que recoge parte de mi trabajo representativo anterior a esos años, en el espacio de arte e interiorismo Bibli, en la calle de La Rosa, 79. Ambas muestras conviven sin ningún problema”.
[himage]
[/himage]
Cuadro colgado en la muestra de la capital tinerfeña / Fundación CajaCanarias
En la parte vinculada a la naturaleza flor, es manifiesto el componente figurativo, que se deja ver con nitidez, pero que a la vez pretende ser borrado con manchones, rayones y hasta garabatos. Parece que se quiere transitar hacia la abstracción pero que la forma reconocible aún no permite tal viaje. ¿Qué significado tiene en su obra esa técnica de combinar los dos mundos, casi siempre tan distantes?
“Las flores son un elemento temático que empiezo a utilizar alrededor del año 2004. Personalmente, siempre había asociado el género floral a la pintura más cursi o demodé. Un día por la mañana, cuando me dirigía al estudio, me encontré en un puesto de flores cercano una especie que rompía con todos esos esquemas. Me decidí a comprarla y a trabajar con ella. Los cuadros expuestos son parte de este proceso creativo. En el año 2010, este trabajo tiene su punto más álgido y numeroso, cuando me nombran Hijo Adoptivo de Las Palmas de Gran Canaria. Coincidiendo con que me invitan a inaugurar la nueva sala del Gabinete Literario, agradezco este nombramiento realizando la obra 532 flores para Las Palmas de Gran Canaria, que eran los años que se cumplían desde la fundación de la ciudad y que, como su nombre indica, constaba de 532 cuadros, obra que posteriormente fue exhibida en TEA Tenerife Espacio de las Artes. No diría nada nuevo si argumentase que los géneros académicos de la pintura desde sus primeros tiempos se reducen a unos elementos básicos de representación, bodegones, paisajes, figura… Partiendo de esta premisa, me decidí a trabajar con ese lastre académico asociado al tema de las flores, y han surgido multitud de cuadros que me han permitido investigar en opciones aparentemente abstractas, pero que creo conviven perfectamente con la parte más figurativa, ya que los manchones o bolas de polen, como los llamo, en vez de negar la apariencia inmediata de lo representado potencian su fuerza plástica, a la vez que la ironía presente en casi toda mi obra le confiere multitud de lecturas posibles”.
Mis cuadros derivan de un proceso creativo en el que tienen igual importancia los accidentes, el azar, la improvisación, las ideas…”
En casi todas las creaciones expuestas, dominan los colores fríos, apagados, con una gama muy limitada, con espacios cuadro bien singularizados y con efectos de colores planos. ¿Qué significado tiene el uso del color en la plástica que ahora exhibe?
“Siempre he usado una gama cromática muy parecida, caracterizada por el uso de colores atemperados, sin grandes estridencias, que me permiten expresar lo que quiero de la forma más eficaz y adecuada al tema tratado. El uso de grandes planos de color es algo que llevo haciendo desde hace mucho tiempo. Igual que los cocineros utilizan el sabor y las especias, los pintores usamos los colores y las formas para intentar transmitir nuestras ideas a los espectadores. Mis cuadros derivan de un proceso creativo en el que tienen igual importancia los accidentes, el azar, la improvisación, las ideas… (nunca me planteo una obra acabada a niveles conceptuales desde sus inicios). El resultado es la consecuencia de esta forma de proceder”.
Fernando Álamo quizá se da a conocer en parte de esta selección del decenio 2004-2013 como un artista plástico que se alía con las formas para hablar a través de ellas, que ama las superficies planas y a la vez los volúmenes, con cajas, espacios que sobresalen en altura y otras formas en relieve. El relieve habla en su obra, pero lo hace de manera limitada, casi temiendo comer terreno a la pintura plana y pocas veces rugosa. Esto parece claro en la parte Flores fragmentadas (también en El jardín en el agua), donde los marcos definen espacios heterogéneos, paisajes singulares y fascinantes desde la forma, el color, la figuración y el relieve, pero también espacios bien encerrados en un perímetro. Las imágenes creadas quieren salir corriendo pero no terminan de partir. ¿Por qué tanta sensación de movimiento, tanta imagen voluptuosa y tanta trampa visual de soltar amarras y después nada: todo quieto y bien integrado en un espacio lineal aunque irregular? Resulta que al final el botón no salta de la camisa y ello contiene la explosión ya adelantada en la imaginación.
“Flores fragmentadas es el resultado de la indagación y la vuelta de tuerca de El jardín en el agua, e intento experimentar con las grandes manchas de color y la sobredimensión de la forma. Me valgo de elementos muy esquemáticos y reconocibles, grandes flores que me posibilitan multiplicar en el espacio una forma que no se agota en sí misma, sino que permite que las dimensiones del cuadro no tengan límite y que sea posible llevarlo al tamaño que quiera en cada momento, y que admita múltiples lecturas y significados”.
El montaje de Labidópteros, tal y como se plantea en la exposición, da la sensación de que funciona como bisagra entre mundos conceptuales. Esta parte da la impresión de que es retórica, metáfora pura, y de que por lo tanto esconde una trampa que, bien descubierta, facilita, por ejemplo, el disfrute de Cueva de guanches o de Apéndice. ¿Qué significado alumbra aquella sección: figurativa, tendenciosa y luego viajera hacia la abstracción, en un tránsito apasionante?
“Labidópteros es una obra paralela a Cueva de guanches. La realizo simultáneamente, a la manera de un gabinete entomológico o como el cuarto de un coleccionista de mariposas. Casualmente, me encuentro con una fotografía de Vladimir Nabokov en la que se ve al autor ruso cazando mariposas. Desconocía esta faceta del escritor. A raíz de ese encuentro, ideo este capítulo de la exposición, en el que enlazo la idea de lo frágil y lo etéreo con lo blando y lo húmedo, representado en Cueva de guanches. Quizás podamos hablar aquí de la fragilidad de la existencia, de lo efímero de la vida…”
El reflejo que llega al espectador tras visitar la obra colgada en el habitáculo con el epígrafe Apéndice es el de que se trata de la sección quizá más espiritual; creo que hasta más política, y seguro que una de las más abstractas y con cuadros compuestos con mayor sutileza y sobriedad. ¿Por qué la naturaleza da paso en esta parte a figuras, líneas y signos que alumbran la abstracción pura?
“Hace unos años descubrí en unos grandes almacenes un libro que hablaba de un monarca europeo que resultó ser unos de los mayores genocidas de la historia de la humanidad. Se trataba de la aventura africana de Leopoldo II de Bélgica y de la colonización del Congo. En un viaje posterior a Bruselas, encontré en un mercadillo un álbum fotográfico sobre su familia y lo tuve guardado en un cajón de mi estudio durante bastante tiempo. Curiosamente, al cabo de un par de años exponía en una galería belga, en la feria Art Brussels 2007, y volví a pasar por el mismo mercadillo. Allí me encontré con la segunda parte de este álbum. Entonces fue inevitable empezar a trabajar con las fotos contenidas en él. De ahí surge Apéndice, que no es un proceso de trabajo nuevo en mi trayectoria. Llevo muchos años dedicándome al collage y al uso y la manipulación de fotografías”.
En Cueva de guanches, lo antiquísimo de la cavidad habitacional de los aborígenes canarios se asocia al clítoris -o vagina- (puerta de entrada, a ser posible pulsando el placer -clítoris-, al hueco que puede crear la vida, o no), y éste, de alguna manera, tiene forma figurada que comparte con la serie Labidópteros. La continuidad conceptual no resalta con claridad pero hay avisos sensoriales durante la visión de la obra que unen esas partes para hilvanarlo todo. Cueva de guanches es transgresión, provocación, atrevimiento, rebeldía… ¿Ocurre lo mismo en la serie con las mariposas? ¿Qué vuelo artístico conecta una cosa con la otra? ¿Qué hubo y hay en la cabeza del artista para integrar esos dos modelos en un mismo universo artístico llamado Álamo?
“Cueva de guanches parte del cuadro homónimo de Óscar Domínguez depositado actualmente en el Museo Reina Sofía de Madrid, constituido por elementos blandos y carnales. Me apropio del título y trato de ahondar en su naturaleza más oculta, pero a la vez más descriptiva, cosa que aparentemente pasa inadvertida a los espectadores menos sagaces. La vagina como representación viene asociada a los más atávicos deseos de la especie humana. Pensemos por un momento en las primeras representaciones de la Venus de Willendorf, o en las pinturas y objetos relativos a la fecundidad de los pueblos más primitivos. Como alguien ha dicho de mi obra, no todo lo que parece a simple vista es lo que es. Los significados son múltiples, y ahí tiene mucho que hacer el trabajo del espectador, cuya visión acaba completando el significado último de mi obra”.
La provocación en Cueva de guanches parece doble. Ésta se quiere amplificar, como ocurre con los inofensivos rinocerontes, a través del uso de grandes formatos. Parece un intento sagaz de quitar el cartel de prohibido a cuestiones aún hoy arrinconadas, mal entendidas, torpemente encarceladas… ¿Qué hay de todo esto y por qué esa fijación por el paisaje del clítoris? ¿Qué emoción artística halló en el triángulo cueva-aborigen-sexo femenino?
“Yo no veo el conjunto de esta sección como una provocación. Tampoco intento solucionar cuestiones que creo que ya deberían estar asumidas y resueltas por nuestra sociedad, después de tantos años de reivindicaciones sociales y de todo tipo. Simplemente me valgo del uso de la representación de una parte de la anatomía femenina para interpretar el cuadro de Domínguez y hacerlo mío mediante el empleo del color y de la repetición, apoyado en ese concepto de lo húmedo y lo contradictorio que representan los rinocerontes, en los dos cuadros llamados Berliner Souvenir an einem Regentag, que retratan a un rinoceronte real que vive en el zoológico de Berlín”.
Tras asistir a la muestra, cuya visión deja cientos de sensaciones que permanecen tras el paso de los días, con la idea presente de que las piezas de ese puzle expositivo sirven para generar múltiples interpretaciones, el observador avezado quizá se quede con apetito de más, de regresar y de volver a hacer otra lectura. ¿Qué tiene la obra concebida por Fernando Álamo que es capaz de ser reinterpretada de manera infinita por la riqueza de sus mensajes: los explícitos y los imaginados, los que se activan?
“Carlos Díaz-Bertrana dice en el tríptico que acompaña a la muestra que mi obra es sensual y permite el placer superficial de la mirada. Siempre he intentado hacer lo que me gusta y poder transmitir al espectador ese gusto por la existencia. Las interpretaciones que se puedan hacer de ésta creo que tienen que ver, no sólo con esa cuestión, sino con que mi proceso de trabajo es a veces tan abierto a la hora de realizarlo que el cúmulo de sensaciones que voy experimentando a lo largo de él se traduce en su resultado final”.
[himage]
[/himage]
Imagen de la exposición de Santa Cruz, abierta hasta el 10 de mayo / Fundación CajaCanarias
“Busco una pintura que me defina”
Fernando Álamo nació en Santa Cruz de Tenerife y vive desde hace muchos años en la capital grancanaria. Después de este proyecto, ¿qué planes creativos tiene? ¿Hacia dónde quiere ahora viajar, si es que ya no ha iniciado nueva travesía? ¿Qué medios, formas, soportes y conceptos ahora usted quiere atrapar en nuevas creaciones?
“Efectivamente, nací en Santa Cruz de Tenerife y vivo desde 1976 en Las Palmas de Gran Canaria. Quiero seguir trabajando en lo que me gusta, usando cualquier tipo de soporte o medio que me permita atrapar lo que llevo tantos años persiguiendo: una obra que me defina, que pueda mostrar a los demás y que a éstos y a mí mismo nos haga la vida por lo menos un poco mejor”.
No tengo ningún interés en una exposición que abarque los cuarenta y pico años que llevo pintando”
¿Para cuándo una muestra que repase sus más de 30 años de lealtad a la creación plástica singular, con sello propio?
“No tengo ningún interés en una exposición que abarque los cuarenta y pico años que llevo pintando. Espero que aún tarde en llegar”.