¿Qué soñabas en la infancia?
– Rara vez me acuerdo de mis sueños y si alguno tuve en aquella época, lo olvidé. ¿Tú te acuerdas de los tuyos?
– Casi siempre; cuando era niña tenía dos que se repetían mucho. Uno de ellos tiene lugar en una calle muy ancha, no veo casas, ni gente, ni coches, solo estamos yo, el asfalto, un cielo intenso y un árbol de infinitos anillos del que brotan cientos de brazos entrelazados, finos, cortos, gruesos, largos…, todos ellos poblados de multitud de pequeñas ramas verdes que me susurran canciones con un único estribillo: corre, corre rápido, solo tienes que correr deseándolo muy fuerte, lo conseguirás, corre pequeña, así que lo hago como nunca hasta entonces, piernas y brazos empujan acompasados a mi cuerpo con determinación y en un momento concreto, un clic, un instante mágico en el que pierdo la consciencia del peso de mi cuerpo, abro los brazos y me dispongo a volar con la impresión de que así había sido siempre, que simplemente lo había olvidado. Asciendo ligera oteando el horizonte en su búsqueda, antes de partir, quiero sentir a mis pelirrojos danzar al son de sus verdes.