¿Lo notas? No dejo ningún rastro, ni destaco entre otros olores. He dejado de ser especial. No soy dulce, ni cítrica y mucho menos tropical. Mi piel no desprende nada. Ha dejado de oler. ¡Qué sensación de vacío! Dejando los días pasar, sintiéndolo todo y a la vez no sintiendo nada. Ya no sueño despierta, y lo que es peor, tampoco dormida. Las ilusiones han desaparecido o quizás se han evaporado como mi fragancia. Y no es que desprenda hedor o un tufo insoportable, simplemente no desprendo nada. No soy yo.
Pero hubo un antes. Un aroma que me definía, que me hacía diferente. Siempre he pensado que todos tenemos uno distinto; como pequeños botes llenos de una especie de pócima, cada cual diseñado para una magia concreta. Algunas se mezclan formando una sustancia poderosa y otras lo hacen generando auténticas catástrofes. Quizás se pueda confundir con la personalidad o el carácter, pero va mucho más allá. Podría ser algo así como el alma para los cristianos o el aura para los defensores de la parapsicología. Es aquello que te mantiene fiel a ti mismo, que hace que conectes con unas personas u otras, da seguridad y hace que te sientas único. ¿Eres consciente de quién eres, de tus sentimientos, emociones y posibilidades? ¿Caminas hacia donde deseas afrontando las equivocaciones y celebrando los aciertos? Yo no. Me he dejado llevar tomando decisiones en las cuales no creía, sólo siguiendo los parámetros establecidos por la sociedad. Sin preguntar ni cuestionar. No he confiado en lo que soy; he dejado a un lado deseos y sueños por complacer a los demás. Realmente estoy perdida. Mi olor me ha abandonado y con ello todo lo demás. Triste camino que recorrer sin meta alguna más que la reglada moralmente por otros.
Observo a las personas que me rodean, afino la nariz y las huelo. Intento impregnarme de sus aromas. Suaves, intensos… Todos desprenden sensaciones distintas. Se los ve felices, orgullosos, seguros de sí mismos mientras van dejando esa estela al pasar. Algunos me gustan más que otros, pero a todos los envidio. Ellos tienen algo que yo he perdido. Ellos tienen esencia.
