3.0 Opinion

Reflexiones en voz alta

Inevitablemente le pedimos a la vida tantas cosas… Trazamos rumbos a lo que pensamos que nos puede hacer feliz. Embarcados en esas utopías crecemos con los nutrientes de la experiencia, de lo que vamos aprendiendo en cada estadío que nos toca. Nos creemos dueños de un destino que pensamos que podremos controlar, dominar y moldear a nuestro antojo. La realidad luego se antoja caprichosa.

Foto de Lara Cores.

Foto de Lara Cores.

Reflexión 1

Inevitablemente le pedimos a la vida tantas cosas… Trazamos rumbos a lo que pensamos que nos puede hacer feliz. Embarcados en esas utopías crecemos con los nutrientes de la experiencia, de lo que vamos aprendiendo en cada estadío que nos toca. Nos creemos dueños de un destino que pensamos que podremos controlar, dominar y moldear a nuestro antojo. La realidad luego se antoja caprichosa.

Desde que nacemos nos indican hacia dónde caminar, qué rumbo tomar. Educados en el modelo del sistema de turno, crecemos convencidos de que lograremos los propósitos. En la mayor parte de los casos todo es una ilusión, y el castillo que creemos fuerte se desmorona de un plumazo. No hay camino seguro. Las variables de la existencia son tantas que dependemos de muchas causalidades; cualquier decisión, por mínima que sea, cambia el curso de nuestros futuros. Qué ilusos somos. La existencia se desarrolla como le da la gana.

Reflexión 2

Nos hemos empeñado en poner reglas para regularlo todo. Exceso de celo para dominar instintos. Olvidamos nuestra condición humana y queremos una sociedad completamente racional, carente de sensaciones. Orden y mando; lo necesario para mantener el control de la raza. Equilibrio y sangre fría. Asumir las normas idénticas para todos nos hace pensar que somos iguales y no importa si no tenemos las mismas necesidades, ni las mismas condiciones, ni que puedas sentir diferente de los demás. Las particularidades atentan contra el interés general. Luego nos pasamos el día haciendo conjeturas, buscando fallos en el sistema, corrompiendo la ley, tramando artimañas para obtener beneficios que nos completen. Regirnos por el sentido común es una quimera. Y en este barrizal de dimes y diretes nos revolcamos día tras día…

Reflexión 3

Al final la cuestión está en la raíz. De pequeño, con las Ciencias Naturales de la EGB, me enseñaron que una de las principales diferencias entre el reino animal y el de las plantas era la movilidad. Los animales se pueden desplazar en espacio, mientras que las plantas se mantienen fijadas a su hábitat por medio de las raíces.

Hoy en día no lo tengo tan claro. Veo personas planta. Suelen ser sujetos con cierta posición social. Elementos enraizados en su estatus, en su puesto de sillón de piel, bien arraigados a su discurso. De ahí no los mueve nadie. No importa que el mundo gire en otro sentido, ni que les griten en la cara. Estos sujetos continúan fijos en su puesto. Puede pensar uno que si deja de alimentarlos se marchitan, pero éstos han sabido arrimarse a la tierra prometida. Sus ramificaciones son profundas y se entrelazan entre sí. Saben alimentarse bien con el suficiente cuidado para no envenenarse con su propia savia.

@cesarmg78

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