Fui al cine a ver Begin Again, con muchas ganas, muchísimas. El motivo principal era que la dirigía y escribía John Carney, cuya película Once me encantó. Y ese fue mi gran fallo: haber visto antes Once. Si no la han visto y les gusta la comedia romántica bien hechita y con muy buena banda sonora, Begin Again es su película. De verdad. Pero si ya han visto Once…, intenten olvidarse de ella (yo no pude) durante la visión de esta otra peli.
Begin Again es el primer trabajo de ese director irlandés en Estados Unidos y, para ello, cuenta una historia muy similar a la de Once. Entendámonos: no es la misma trama, no es una versión de la irlandesa… No. Pero el fondo y el aroma recuerdan constantemente a la maravillosa película ganadora del Oscar a la mejor canción original Falling Slowly. Y esto sí que es una pena; es una pena que las historias se edulcoren cuando se ruedan en USA y que la parte más real y dura de la historia irlandesa desaparezca y dé paso a la visión made in USA, en la que los sueños se pueden hacer realidad y todo tiene ese toque rosa… Una pena.
Pero, como dije al principio y siempre olvidando la peli irlandesa, tengo que decir que Begin Again se ve muy bien. La historia narra la relación de un productor musical recién despedido y venido a menos (Mark Ruffalo) con una joven letrista inglesa (Keira Knightley), cuyo novio se ha convertido en un gran cantante de éxito y la ha abandonado para seguir el camino de la fama.
A partir de este encuentro, deciden editar un disco con las canciones de ella, que van a ir grabando por distintos puntos de la maravillosa Nueva York, una excusa perfecta que regala la peli para conocer más la ciudad y a los inclasificables individuos que la habitan.
La actuación de sus protagonistas es genial, y la química entre ambos resulta definitiva para poder entender este encuentro entre dos personas de generaciones distintas pero que aman y viven la música de la misma manera. Hay una escena maravillosa en la que con la música en el móvil y ambos con unos cascos recorren la ciudad al ritmo de sus canciones preferidas… Cómo varía la vida si la acompañas de una buena melodía. Sin duda, este es uno de los mejores momentos de la cinta.
El resto de los personajes de la peli están logradísimos, tanto el grupo variopinto de músicos que va consiguiendo para poder grabar como la siempre creíble Catherine Keener (Capitán Philips, Sobran las palabras, Una rubia auténtica), esta vez en el papel de la ex de Ruffalo.
Además, no podemos olvidarnos de Hailee Steinfeld (Valor de Ley) en el papel de hija adolescente del prota y del encantador amigo fiel de la protagonista, James Corden (Radio encubierta, Los viajes de Gulliver, Los tres mosqueteros), que le da el toque simpático y entrañable a la peli. El papel del novio que abandona a su chica por la fama lo interpreta el cantante Adam Levine.
Por último, hay que hacer mención a la banda sonora. Habrá quien piense que se canta mucho en la peli, pero las canciones llegan, y lo hacen por el momento oportuno en el que te las cuenta y por la cantidad de sentimientos escondidos que hay en todas ellas. Son maravillosas letras, algunas de ellas interpretadas por la propia Keira Knightley.