“Los débiles no pueden perdonar. El perdón es el atributo de los fuertes.”
Mahatma Gandhi
Escuchamos cada vez más a menudo acerca de los beneficios del perdón, de cómo hacerlo puede hacernos más felices. Ahora podemos fundamentarlo en diversos estudios que muestran cómo tener esta capacidad, y ponerla en práctica, beneficia a nuestra salud mental y física.
La autora de uno de esto estudios, Saima Noreen, señala como perdonar a los demás es muy positivo para nosotros. De hecho, la habilidad para olvidar memorias desagradables, puede ser una magnífica estrategia que permita a las personas avanzar en sus vidas y no bloquearse en la situación o la persona que les pudo hacer daño.
Pero la clave es si perdonar conduce realmente a olvidar. Esto es lo que los investigadores muestran en un estudio publicado en Psychological Science (Noreen et al., 2014).
Les proponían a los participantes que leyesen acerca de situaciones ofensivas como robos, infidelidad o calumnias. A continuación les preguntaban si perdonarían o no al autor. Sus contestaciones eran grabadas y se les llamaba una o dos semanas más tarde.
En esta cita posterior de seguimiento, se trataba de entrenarles para olvidar las situaciones propuestas. Se encontró que, cuando los participantes perdonaban inicialmente al culpable, era más sencillo que olvidaran las situaciones que les habían propuesto. Los que no perdonaban fácilmente, les resultaba muy difícil olvidar.
Parece ser que, como sugiere la sabiduría popular, el perdón puede conducir al olvido.
Los autores sugieren que sus resultados conducen a pensar que la relación existente entre el perdón y el olvido es bidireccional, y mucho más compleja a medida que el tiempo pasa. También puede ocurrir que, sin perdonar inicialmente, a medida que olvidamos el impacto de lo que nos causo dolor o incomodidad en el pasado, también podemos perdonarlo.
Leocadio Martín Borges Psicólogo
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