
José Miguel Pérez
El incierto futuro de los socialistas canarios
Hay quien nos advierte de que habrá un cambio notable entre el actual líder socialista, José Miguel Pérez, y cualquiera de los postulados que, por el momento, optan a sucederlo como candidato a la Presidencia del Gobierno. La sólida imagen de Pérez tiene que ver con su condición de catedrático universitario y su carácter pausado y (teóricamente) ajeno al jaleo mediático. Todo esto lo ha convertido en un político muy respetado. La historia reconocerá que fue el hombre que perdió catastróficamente las elecciones tras el brillo intenso y fugaz de Juan Fernando López Aguilar, pero que, en cambio, logró lo que casi ninguno: meter al PSC en el Gobierno de Canarias. A pesar de ese logro, fue incapaz o creyó innecesario ganarse al partido y finalmente ha triunfado el profundo desafecto entre las partes. Uno de sus buenos amigos de filas reconocía que hasta el mejor blindaje del mundo cede cuando se están lanzando misiles constantemente. Y eso ha acabado por hartar a José Miguel Pérez. Se le rompió el blindaje.
Demasiado honesto para el PSC
El paso del tiempo hará buena esta etapa de José Miguel Pérez, y sus gestiones en la Federal darán y quitarán razones. Muchos coinciden en que ha sido un mal secretario general de los socialistas canarios, de una jaula de grillos que apenas entendía ni siquiera la forma que tenía de expresarse. No se ocupó de lo que los puristas llaman “asuntos de partido” y demostró muy poca cintura política (él, un hombre que cuando estrecha la mano y da su palabra eso ya es inquebrantable). Incluso hay quien ha reconocido que Pérez “es demasiado honesto para este PSOE”, en el sentido de que, mentalmente, vive en un mundo de respeto a los acuerdos y la palabra dada…
Una pieza mayor con varios autores
La cabeza de José Miguel Pérez era una de las piezas más codiciadas por algunos de sus propios compañeros. Como en todo buen follón que se precie, Jerónimo Saavedra no puede quedar al margen de nuestras sospechas, a pesar de que fue el propio Pérez, en contra de tirios y troyanos, el que siempre lo apoyó cuando era alcalde de Las Palmas de Gran Canaria, entonces desde su posición de presidente del Cabildo grancanario. Luego lo aupó a su sillón de Diputado del Común. Otro al que también ayudó muchísimo fue a Sebastián Chano Franquis, a pesar de que, como Brutus, tampoco se libra de las sospechas de conspirar durante meses y años para acabar desgastando al secretario general. Pérez dio la cara por él, incluso enfrentándose a Rubalcaba. Bastó una discutida normativa sobre hoteles y el debate de las prospecciones (socioeconómicamente Gran Canaria está a favor) para enfrentarse ya directamente al vicepresidente del Gobierno, al que siempre se acusó de excesivamente seguidista con cualquier cosa que dijera o hiciera el presidente Paulino Rivero. A Saavedra y Franquis le siguen algunos poderoso alcaldes del sur de Tenerife, como José Miguel Rodríguez Fraga, Pedro Martín (con una enorme sed de venganza desde que fue obligado a dejar su sillón en el Parlamento, con la ilusión que le hacía), el ahora aspirante al Cabildo de Gran Canaria Ángel Víctor Torres… Buscaban como locos a alguien que le plantara cara en las primarias (llegaron a ofrecérselo a Pedro Martín, pero no se atrevió).

Javier Abreu (aytolalaguna.es)
Otra jugadita de Javier Abreu
Así, al menos, nos imaginamos cómo se desveló la renuncia de José Miguel Pérez. Javier Abreu es miembro de la Federal socialista, donde Pérez habría comunicado su intención de no ser candidato. Abreu entra en Radio Club Tenerife para participar en su tertulia semanal, hace escala en el despacho del jefe de Informativos y, minutos después de que éste desvele en antena la primicia, Abreu se hace el sorprendido, pero no pierde la oportunidad de lanzar un dardo envenenado a José Miguel Pérez, con un, “si se va, se va del todo”. Qué ruin, ¿no? Ojo, que es sólo producto de nuestra (enferma) imaginación.
El problema no son las primarias: lo peor vendrá luego
Tras la renuncia de Pérez, en el PSC se pone en marcha la conocida como maquinaria infernal (a la que nos tenía acostumbrados antes de esta etapa tranquila). Con todo el ruido que se prevé en estas primarias socialistas, algunos conocedores de la vida interna del partido aseguran que esto no va a ser lo peor. Una vez solventado este primer paso, difícilmente el/la ganador/a dejará que sea José Miguel Pérez el que siga como secretario general. La cosa tiene su lógica. Los nuevos querrán diseñar las listas electorales, el programa de los futuros gobiernos y, sobre todo, liderar y decidir la política de pactos. No sería muy lógico que Pérez tenga mano en estas cuestiones cruciales y, seguramente, él tampoco querrá.
Candidatos a ‘go go’
Aurelio Abreu no sólo no dimitió (como amenazó en su día) al llegar el primer año de su mandato sin que se abrieran las puertas del hospital público del Norte de Tenerife (la cinta se acaba de cortar), sino que ha anunciado que, tras decenios como alcalde de Buenavista del Norte, senador y vicepresidente del Cabildo de Tenerife (¿ya ha rendido cuentas por la gestión del IASS?), se presentará a las primarias para repetir como cabeza de lista en la institución insular. Eso no es lo más triste, que no considere que su etapa pública ya haya terminado. Lo peor es que seguramente nadie se atreva a conformar una plataforma alternativa, a plantarle cara y derrotarlo. Abreu las tiene casi todas consigo. También se presenta Ángel Víctor Torres, éste al Cabildo de Gran Canaria. Nadie cuestiona (por el momento, claro) ni a Javier Abreu en La Laguna ni a José Ángel Martín en Santa Cruz (a pesar de los movimientos de Tino Guzmán -que se ha dejado pasta en muchos medios…-), Pedro Martín en Guía de Isora, Jaime González Cejas en Granadilla, José Miguel Rodríguez Fraga en Adeje, Manuel Fumero en Vilaflor (ninguno de ellos conjuga el verbo renovar)…
¿Qué hará Casimiro Curbelo?
Quedan despejar varias dudas: qué hará Casimiro Curbelo (si su querido compañero de filas gomeras, Julio Cruz, le deja la silla a la que tanto cariño tiene en el Parlamento desde 1987…), qué ocurrirá con los palmeros de Anselmo Pestana (si efectivamente la militancia seguirá siendo socialista o aquello se confirma como un erial), por no hablar de plazas tan complicadas como Lanzarote o Fuerteventura.
Tres mujeres
Aún algunos dirigentes socialistas que lloran la salida de José Miguel Pérez aseguran que él ganaría de calle las primarias contra cualquiera que se presentara. Pero ya no toca hablar de eso. Al menos tres mujeres quieren disputar la candidatura a la Presidencia del Gobierno al único hombre que ya ha dado un paso adelante en el PSC, Gustavo Matos. A saber: Carolina Darias (portavoz en la oposición del Cabildo de Gran Canaria), Patricia Hernández (diputada en las Cortes) y Francisca Luengo (consejera de DES-Empleo en el Gobierno de Canarias).
Pros y contras de unos y otros
A favor de Gustavo Matos juega su potente y cuidada imagen, su juventud, su enorme capacidad de trabajo y su implicación en el partido. En contra, curiosamente también juega su imagen (algunos dicen poco socialista) y experiencia y el dominio de asuntos clave para Canarias porque ha sido un miembro más de un Gobierno no especialmente brillante. Tampoco le favorece su larga trayectoria política. De Patricia Hernández nadie discute su popularidad, dominio de las redes sociales, su discurso fresco, casi descarado, gritón, mediático, pero puede lastrarla también ese atrevimiento que exhibe y el poder de quienes ahora la apoyan, que la obliguen a políticas incluso contrarias a lo que ella defiende (como, por ejemplo, un pacto con el PP). La apuesta de Carolina Darias deberá sortear su larga trayectoria política (contraria al discurso de la renovación) y estos últimos años tan oscuros en la oposición del Cabildo de Gran Canaria. A su favor, que ha estado al frente de áreas delicadas, como la Delegación del Gobierno en la crisis de los cayucos, y que ha sido miembro de la Comisión Mixta Canarias-Estado y secretaria de organización del PSC. Aún a costa de sonar machista, un liderazgo por parte de Darias o Hernández granjearía muchísimos votos y complicaría mucho el discurso de su contrincante masculino, para no caer en errores tan sonados como los de Cañete con Elena Valenciano. Es decir, en román paladino, quien lo tiene más crudo en las primarias es Gustavo Matos. Los tres aseguran contar con respaldo de la Federal, ahora liderada por Pedro Sánchez (no tanto Hernández, la que ha demostrado menos olfato de todos, primero apoyando a Carme Chacón y luego a Eduardo Madina). Y, por último, de Francisca Luengo nadie habla, excepto ella, por lo que es quien más difícil lo tiene. Pero todo esto es ahora mismo. Ya saben que mañana puede ocurrir todo lo contrario. Suponemos que ustedes, queridos lectores, ya están vacunados a las sorpresas de la política local…
Las claves de un auténtico juego de tronos
Las quinielas echan chispas… Y eso que cuatro tampoco dan para tanto. Todos aseguran contar con la simpatía, el respeto y el respaldo de la Federal y la Regional. Luengo fue taxativa a la hora de exigir al partido igual implicación para los (por ahora) cuatro aspirantes iniciales, quizá porque se sabe la más débil y socialmente invendible de todas, al ser la consejera de Empleo de la época del desempleo más desastroso de la historia de Canarias. Gran Canaria parece ser una piña por Carolina Darias. Tenerife, La Palma y El Hierro están divididas en dos, con ventaja de Gustavo Matos sobre Patricia Hernández. De La Gomera, aún se desconoce casi todo (aunque Patricia Hernández puede tirar de sus raíces). Aún no se saben los apoyos de Luengo. La clave está en los movimientos que hagan los cuatro en torno a un solo liderazgo. Y quien primero se mueva, va a ganar. Quien sume, ganará. El primero de los tres (excluida Luengo de la lucha) que se una al otro, gana. Es más, hay incluso quien se atreve a anunciar que, “quien dé su apoyo a Carolina Darias, ganará”, formando parte de su equipo como número dos, claro, y cobrándose luego un alto precio (candidatura al Congreso o una cartera con mucho poder en el Gobierno de Canarias).
Presidente y vicepresidente de Tenerife
¡Ni de coña! Una de las grandes incógnitas de las próximas elecciones es qué ocurrirá si se reedita el pacto CC-PSC. Si a Fernando Clavijo (de Tenerife) le toca formar Gobierno con Gustavo Matos o con Patricia Hernández (de la misma isla que Clavijo). Y si uno es presidente y otro vicepresidente, “Gran Canaria se levantará en armas”, auguran los más tranquilos del lugar. A no ser que a quien le toque ser vicepresidente de estos dos renuncie (lo cual, como entenderán, es altamente improbable).
El nuevo PSC sí pactaría con el PP
Son muchas, muchísimas las incógnitas a despejar con los nuevos cachorros y aspirantes del PSC. Otra más es si estarían dispuestos o no a reeditar un pacto con CC o si, por el contrario, estarían más abiertos a establecer relaciones con el PP. Los ejemplos de acuerdos PSC-PP en La Palma y, por ejemplo, en muchos ayuntamientos del sur de Tenerife (antes y los que se prevén tras la pérdida de votos, como en Guía de Isora, Arona o, incluso, Adeje) pueden pasar factura al candidato socialista que se vea forzado a firmar con el PP.
Y si Clavijo lo detecta, pactará él antes con el PP
Está por ver cómo quedará el Parlamento en la próxima legislatura. Las encuestas auguran la entrada de Podemos, quizá Izquierda Unida y Sí se puede, un considerable aumento de Nueva Canarias y, por tanto, la obligatoriedad de CC, PP y PSC de entenderse mucho antes o de jugar más al gato y al ratón. Si realmente el candidato nacionalista llega a detectar la posibilidad de que un PSC liderado por Patricia Hernández es sensible a las señales del PP, a pesar de que personalmente no quiera pero se vea forzada por sus apoyos, no dudará en adelantarse a ésta u otras jugadas. Eso, seguro.
Coalición Canaria: ¿de qué voy a vivir ahora?
No son pocos los que han comenzado a preguntarse de qué van a vivir ahora. Apoltronados durante años en puestos ocupados por el dedazo presidencial, ahora una buena parte de miembros del Gobierno y de personal metido con calzador en todo tipo de departamentos y empresas públicas comienza a sentir en la nuca el aliento de la oficina de empleo, primer trámite que tendrán que abordar si finalmente alguien aplica la coherencia prometida. Los sueldos de la alta política (Gobierno y empresas públicas) son estratosféricamente tan altos y distintos de los de la actividad privada que muchos hogares se van a resentir, si es que finalmente obra el milagro de la regeneración.
¿Por qué Paulino Rivero perdió y se retiró?
Ha sido una operación diseñada durante años que Paulino Rivero intentó desbaratar tarde y mal. Hubo un núcleo original al que se fueron añadiendo los múltiples heridos riverianos, que, como bien se sabe, se convierten en los enemigos más fieros. Rivero pudo llegar a confundir el poder que le otorga el cargo que ocupa con el poder que podía tener por sí mismo (que resultó ser ninguno). Se enfrentó a pesos pesados como Ricardo Melchior, que lo habían aupado en el pasado contra Adán Martín, rompió lazos internos con buena parte de la organización, en La Palma se enfrentó a Antonio Castro, en Lanzarote le vieron el plumero petrolífero, en Fuerteventura hicieron mejor trabajo Marcial Morales y Herrera Velázquez que los teóricamente poderosos Mario Cabrera y Domingo Berriel. Fallaron sus supuestamente fuertes apoyos de Gran Canaria, María del Mar Julios y Jorge Rodríguez, que tanto le deben. “Cuando un mal alumno se presenta para cinco y falla una, está liquidado”. Y eso le ocurrió. Muchos de sus compañeros de Gobierno no le dijeron que no lo apoyarían… Perdió uno de los bienes más preciados en la política: la credibilidad. Eso, junto el ataque despiadado y diario del PP, la asfixia del Estado y el bloqueo constante a sus iniciativas, rehén del PSC, el poco o escaso apoyo empresarial (la ley turística y el petróleo lo enfrentaron en Gran Canaria), sindical y social y, por qué no decirlo, el bombardeo constante desde los medios, en especial tras los concursos de radio y televisión, y muy especialmente por los furibundos ataques que sufrió desde el periódico El Día, terminaron por laminar su crédito y lo sometieron a un importante desgaste social. “No tiene el prestigio de un Manuel Hermoso o un Adán Martín; su victoria fue contra todo ese sistema establecido, pero ahora el sistema se lo ha vuelto a comer; no resistió más”.
La (pen)última zancadilla de Rivero
Pocos conocen que, entre las cosas que Paulino Rivero sabía o se imaginaba, una era que, si hubiera ganado por amplio margen, Fernando Clavijo se retiraría. Pero si la diferencia entre ambos era escasa, el alcalde hubiera insistido en retirarse para no dañar a la formación política pero sí para presentar una tercera vía: Ani Oramas. Eso hubiera desbaratado al presidente. Por eso, entre otras razones, prefirió retirarse en vez de forzar una segunda votación, tras el primer 45-40. Para evitar la opción de competir contra Oramas, que, por supuesto, lo habría derrotado también. Así que prefirió ser derrotado por Fernando Clavijo que por Ani Oramas.
Fichar por el PNC o NC es irse por la puerta chica
A sus 63 años, derrotado y físicamente cansado, son varias las opciones que se le plantean a Paulino Rivero. Una es escuchar los cantos de sirena del PNC que intentan convertirlo en un nuevo Carlos Garaikoetxea, que, tras su paso por el PNV y ser lehendakari (1980-1985), lideró Eusko Alkartasuna (1986-1999). Otra, más lejana pero nunca descartable, es ser el hombre de Nueva Canarias en Tenerife, aunque sus relaciones con Román Rodríguez no sean especialmente íntimas. Pero la lógica dice que, quien desde 1979 ha sido un ejemplo de coherencia, primero en UCD, luego en ATI y finalmente en CC, no manche ahora su carrera por intentar recuperar un prestigio o posición social que ya ha perdido para siempre, que no volverá. “Sería salir por la puerta chica”, dicen algunos analistas de la actualidad. Así que, probablemente, pactará un retiro dorado hasta jubilarse a los 65. Porque son pocos, muy pocos, los que lo ven cogiendo una tiza y volviendo a dar clase 35 años después de abandonar las aulas. Eso lo hizo Gerardo Iglesias, volviendo a la mina en 1989, y pocos más, ¿no?
Una incógnita llamada González Ortiz
Uno de los papeles más complicados en toda esta batalla es la del consejero de Economía, Hacienda y Seguridad, Javier González Ortiz, uno de los políticos canarios que más tiempo lleva cobrando de la cosa pública. Adorado por muchos de los miembros de su partido y por no pocos líderes empresariales y sociales, lo que tiene más difícil es cómo salir del paraguas de Paulino Rivero, al que ha servido lealmente en toda esta lucha interna de los nacionalistas. Por el momento, cuenta con el reconocimiento del tándem Fernando Clavijo-Carlos Alonso.
Las quinielas de La Laguna
Despejada la incógnita de la candidatura a la Presidencia del Gobierno, ahora todo son prisas para nombrar al cabeza de cartel de La Laguna. Opciones hay muchísimas. Si hacemos caso de que Ricardo Melchior no se presenta (sería inexplicable en el discurso de renovación que ha aupado a Clavijo), quedan no pocos nombres. Rescatamos a tres: el concejal de Urbanismo, Juan Manuel Bethencourt; José Alberto Díaz Domínguez (el mejor situado y valorado por la formación), y un gallo tapado, con experiencia, que puede ser apostar a caballo seguro: José Argeo Pérez Godiño… Eso, sin descartar que pueda salir alguien más en el último minuto, por supuesto.
Y terror a un frente común: PSC, NC y Podemos
Ni CC ni el PP las tienen todas consigo en las próximas elecciones. Todos los sondeos apuntan una importante caída de votos de las tres fuerzas mayoritarias, CC, PP y PSC auguran el doble o más de diputados a Nueva Canarias y una importante irrupción de Podemos, con la posibilidad de algún escaño para Izquierda Unida. Por supuesto que todo dependerá de los candidatos que presente cada fuerza política y de si la expectativa por un Parlamento más plural anima el voto y rompe la dinámica de una de las comunidades más abstencionistas. Puestos en situación poselectoral, imaginen si las matemáticas permitieran 31 diputados con la suma de socialistas, NC y Podemos. ¿Lo pillan?

Asier Antona
Asier Antona no será el candidato del PP
La gran baza que tiene el PP en las próximas elecciones es poner como candidato a un oriundo de Gran Canaria. Si CC presenta al lagunero Fernando Clavijo y si las primarias socialistas dan a Gustavo Matos o a Patricia Hernández como cabeza de cartel, los populares se frotan las manos con la cosecha de votos que van a hacer. Por eso ya han comenzado las quinielas entre los hermanos María del Carmen y Enrique Hernández Bento, María Australia Navarro, quizá José Manuel Soria, pero nunca el palmero Asier Antona, actualmente secretario general del PP.

José Miguel Bravo de Laguna (canariasactual.com)
Bravo de Laguna, el gallo tapado
De todos los candidatos del PP que pueden presentarse como candidatos al Gobierno, el más conocido es el actual presidente del Cabildo de Gran Canaria, José Miguel Bravo de Laguna. A su favor, la campaña que muchos le reconocen durante estos tres últimos años. En contra, su edad y dilatada trayectoria política desde la Transición (incompatible con el discurso de la renovación) y, en especial, que no es el plato preferido de Soria. Tampoco lo es Larry Álvarez, el consejero insular de Cultura, pero es otro de los nombres mejor colocados para liderar la nueva etapa popular.
Qué pasará en el Gobierno…
A todas estas, y aunque no lo parezca, aún quedan ocho meses de gestión (y algunos más si se enquista la formación de una nueva mayoría parlamentaria tras las elecciones de mayo). Hay quien, en contra del cataclismo que algunos prevén, asegura que será un plácido fin de legislatura con máximo respeto desde los grupos parlamentarios del PSC y de CC. Veremos… Y lo contaremos aquí.