
Viñeta de Forges firmada en El País el 23 octubre de 2013.
Cada vez que Cáritas da a conocer su balance anual, y acaba de hacerlo con el correspondiente al año 2013 (sociedad.elpais.com), me llevo un sofoco, posiblemente el que no se dan algunos de los culpables del desastre en el que nos manejamos. Por dar un titular recogido en los medios, que por cierto no van a llevar a sus portadas, la organización asegura en su memoria que “las personas atendidas en España en 2013 han sido 2,5 millones, 600.000 más que el año anterior”; es decir, que subimos en el número de pobres, salvo que quien tenga agallas para acudir a la organización pida ayuda para el aperitivo de los domingos, que es lo que pensarán algunos.
El ministro Montoro ya dijo en marzo de este año que las cifras de Cáritas no son reales “porque se basan en estadísticas que mezclan conceptos”, pero, eso sí, tenemos entonces que creernos las estadísticas de su ministerio cuando hablan de crecimiento económico, sin que al parecer se mezclen conceptos como que la distribución de la riqueza no es igual para todos. Otro lumbreras en esto de la empresa y la economía, el presidente de la CEOE, Juan Rosell Trashorras, aseguró hace unos meses que los sueldos no habían bajado en España publico.es, y se quedó tan pancho.
Ayer mismo la Organización Internacional de Trabajo (OIT) ha reclamado “que los sueldos vuelvan a subir en España”, con el argumento de que “nuevos recortes salariales socavarían la demanda interna por encima de cualquier beneficio que pudiese surgir en términos de aumento de las exportaciones”. Es decir, que ni activamos el consumo ni logramos beneficios en la exportación, para mear y no echar gota.
Que los sueldos han bajado a límites bochornosos lo sabe cualquiera que todavía tenga la suerte de cobrar una nómina, o quien intente acceder a un trabajo. Hay ofertas de empleo con su correspondiente sueldo que más bien parecen dádivas propias del ejercicio de la caridad. Seguro que ustedes conocen más de un caso y más de dos.
Uno no sabe qué es peor, si la caridad o si la peste de quienes quieren convencernos de que esto va mejor. Ahora, que se cumplen los 150 años del nacimiento de Miguel de Unamuno (a buen seguro que no dejaría títere con cabeza de vivir en estos tiempos), recogemos a modo de respetuoso homenaje una de sus frases: “A un pueblo no se le convence sino de aquello de que quiere convencerse”. Pues eso, tomemos nota.
Jorge Drexler nos cuenta y canta que todo se transforma.