Organizaciones agrarias, bodegueros y partidos con representatividad en Tenerife consideran que no es suficiente con la dimisión de José Luis Savoie para pasar la página de la importación de vino de Península por Bodegas Insulares, una empresa controlada por el Cabildo insular

José Joaquín Bethencourt, consejero insular de Agricultura y presidente de Bodegas Insulares, SA. / CANARIAS3PUNTOCERO
El Cabildo de Tenerife, su grupo de gobierno (con el PSC-PSOE, uno de los socios, mudo, muy mudo), considera que la crisis abierta por la importación desde Península de vino blanco barato por parte de su empresa participada Bodegas Insulares, para mezclarlo con vino local y comercializarlo como de mesa en las Islas, ya está cerrada con la dimisión del consejero delegado de esa sociedad anónima mixta, José Luis Savoie, más conocido por Chicho Savoie, una persona que a la vez es funcionario de carrera y jefe del Servicio de Agroindustria en la Corporación insular.
De esta manera lo han argumentado tanto el presidente del Cabildo de Tenerife, Carlos Alonso, que ya dice algo sobre este “error”, como el consejero insular de Agricultura y presidente de la empresa semipública que realizó las operaciones de compra de vino en el exterior, José Joaquín Bethencourt, compras documentadas en al menos unos 100.000 litros, según cuatro facturas filtradas que ya tiene todo el mundo.
Atendiendo a las últimas respuestas de organizaciones agrarias locales (por ejemplo, y hay muchas más, la de Vibocan), de bodegueros particulares, con Felipe Monje a la cabeza, y de partidos políticos, como el PP (ya ha salido a lamentar la situación que se ha creado Antonio Alarcó) y Sí se puede, el trofeo ofrecido por el Cabildo para cerrar un caso tan grave no es suficiente ni se ajusta al impacto o las consecuencias de tales desmanes.
Por estas razones, porque ven la medida ya adoptada como insuficiente, las citadas fuentes apuntan a que ruede otra cabeza, y ésta no es otra que la de José Joaquín Bethencourt, que es el principal responsable de Bodegas Insulares y pocos se creen que no supiera nada de las compras realizadas de vino en Península por la empresa que representa desde 2012, al menos hasta con cuatro facturas emitidas.
El también consejero insular de Agricultura sostiene que él no sabía nada de eso y muchos de sus colaboradores, los más cercanos, eso mismo aseguran. Bethencourt conoció la noticia de la importación de vino a través de una persona del sector que le ofreció las pruebas el jueves 25 de septiembre por la tarde, en el transcurso de una cita sobre vinos que tuvo lugar en el Cabildo.
Soluciones que no fueron
Esta crisis del vino, según apuntan portavoces del sector vitivinícola local, demuestra que el Cabildo debe salirse de manera urgente de Bodegas Insulares, que la política de la bodega con mayor oferta de vinos de calidad en Canarias ha sido nefasta en este campo y que ello ha hecho un daño enorme a los vinos de las Islas.
Además, no es razonable que la Administración insular no cuide y extreme los controles para evitar que determinadas actuaciones comerciales se desvíen tanto de los mensajes oficiales de apoyo a las producciones locales, máxime cuando hoy en Canarias queda vino encerrado en las bodegas del año 2012, producción que no ha podido ser comercializada por las dificultades para competir con lo que llega de fuera en el mercado interior.
Algunos buenos conocedores de la actividad vitivinícola en la Isla detallaron las soluciones que pudo haber adoptado Bodegas Insulares antes de importar para arreglar el vino descabezado que poseía en la instalación comprada en Guía. Las soluciones, todas mejores que la opción de la importación desde Península (porque evitaban el riesgo de crisis), habrían sido las siguientes: asumir la pérdida del vino que no reunía condiciones de calidad ni para comercializarlo como de mesa o crear un subproducto; mezclarlo con producción en stock de bodegas de Tenerife, pese a que ello pudiera ser más caro, e incluso optar por realizar compras a productores canarios de otras islas. Algunos bodegueros con excedentes almacenadas han dicho que hubieran arreglado precios con Bodegas Insulares si ésta hubiera tocado a sus puertas.
A falta del informe definitivo del Instituto Canario de Calidad Agroalimentaria (ICCA), dependiente del Gobierno autonómico, sobre lo que se hizo con el vino importado, que todo apunta a que su uso comercial no fue fraudulento, las presiones sobre el Cabildo se intensifican y cada vez más gente apunta a que la destitución o dimisión de Bethencourt es necesaria por la dimensión alcanzada por el escándalo conocido desde el martes pasado. Habrá que esperar, pero todo apunta a que esto no se producirá. En el Cabildo ahora toca aguantar la presión hasta que se vayan apagando todas las críticas.