La única manera de multiplicar
la felicidad es compartirla.
Paul Scherrer
Cuando miramos hacia atrás, ¿qué momentos de nuestra vida recordamos como más felices? ¿Y los más tristes? Esto es lo que se preguntó a cientos de personas en un interesante estudio.
A bote pronto, se nos pueden venir a la cabeza logros individuales, como un éxito profesional o aquel triste momento en el que fallamos en un examen. Son aspectos asociados a lo que la sociedad occidental define como triunfos. Pero no es así. Esta interesante investigación, llevada a cabo por la doctora Shira Gabriel, nos descubre algo quizá no tan sorprendente: que los mejores y peores momentos de nuestra vida están relacionados con las personas, con la relación que mantenemos con ellas, con la conexión emocional que sentimos entre nosotros.
Son los momentos de alegría al conocer a nuestros hijos, al volver a encontrarnos con un amigo que no veíamos hace tiempo…, o esos otros momentos en los que nos tenemos que despedir de alguien querido o nos enfadamos con nuestra pareja o amiga. La doctora Gabriel comenta: “A pesar de que empleamos mucho tiempo y esfuerzo en logros individuales como el trabajo, aquello que nos hace más felices a lo largo de nuestra vida, y también más tristes, es lo social, momentos en los que nos sentimos conectados con otros…”.
Esta investigación puede explicar por qué, a pesar de tener éxito, muchas personas son infelices. Lo importante no es lo que tienes o consigues, sino con quién puedes compartirlo. Quizá es el momento de empezar a actuar según lo que sentimos, de dedicar más tiempo a las personas que queremos y nos quieren. Esa parece ser la clave.
No dejes pasar más tiempo sin hacerlo.
Leocadio Martín Borges Psicólogo
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