La exposición ‘Impresiones’ explora la actividad artística de Felipe Hodgson en el periodo 2011-2014 con 30 pinturas que se exponen en TEA Tenerife.
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Obra en lienzo y acrílico presente en la muestra de la serie Lowlands. / CANARIAS3PUNTOCERO
Ficha técnica
Título: Impresiones
Autor: Felipe Hogdson
Comisaria: Alejandra Acosta
Espacio: TEA Tenerife
Horario: 10.00-20.00 (martes-domingo)
Duración: hasta el 12 febrero
Web: teatenerife.es
El propósito de esta nueva exposición de TEA, Impresiones, es mostrar el devenir artístico de Felipe Hodgson en los últimos tres años, tal y como refleja el texto redactado por la comisaria de la muestra, Alejandra Acosta, para el programa de mano, que se estructura como único soporte para el espectador. No existen cartelas, y la única información extra son declaraciones del propio artista sobreimpresas en las paredes de las tres salas que componen Impresiones.
Sorprende el punto de vista, deliberado o accidental, escogido para las piezas, ubicadas, a pesar de su gran formato, en una línea inferior a lo habitual. El efecto, lejos de ser acogedor, realza la altitud de los techos de la sala, prolonga el espacio en blanco entre obras y crujía de un modo descorazonador.
Se ubican como puntos comunes de los tres módulos que componen la exposición el gran formato y la querencia por el paisaje. En el primero, grandes cuadros discuten la noción del horizonte, en una lucha por querer diluirlo o un deseo de improvisación plein air, completados por una gran vista del crepúsculo. En el segundo módulo, la línea baja de visión favorece un cierto agobio de saturación cromática puesto que Hodgson acostumbra en su paleta a hacer de la gama de los amarillos y naranjas colores muy brillantes. Aquí se exponen algunas obras de la serie Lowlands, expuesta en la madrileña galería Orfila en 2013.
El autor defiende el acto de pintar como “acción gestual”, lo que conduce inevitablemente a las exploraciones de Jackson Pollock. Esta actionpainting consideraba el lienzo como una arena, un escenario donde el pintor iría recorriendo la tela situada en el suelo. Una de las declaraciones de Hodgson en las paredes de la sala reza que “la abstracción tiene sus propias reglas”. Sin embargo, las suyas no parecen las vernáculas de la pintura del gesto, sino más bien un deseo de sublimar el paisaje mediante la geometrización y la disolución.
Merece particular atención la composición final de la tercera sala, de carácter retablístico e inentendible en la línea comisarial. En una pared verde lima, se ubican siete obras de formatos y técnicas diversas. El artista introduce aquí materiales externos como cuerda, madera o fibra para esbozar estampas de vegetación baja. No se trata solo de un punto culminante en la saturación cromática sino de un cambio de punto de vista radical. Si se pretendía explorar la técnica mixta realizada por Hodgson durante estos tres años, bien podía habérsele dedicado una sala a ella, en lugar de, como así parece, improvisar una estructura expositiva.
Puede que el título de la exposición sea Impresiones, y que éstas intrínsecamente tengan un carácter espontáneo, pero hay un largo camino a recorrer desde el taller al museo.