Reproducción textual del manifiesto abierto fundacional del foro de economía social y colaborativa (27 de diciembre de 2014).
Somos conscientes de estar ante un cambio de época que es producto de diversos factores: el agotamiento de un modelo depredador que atenta contra la dignidad humana, la extensión de la consciencia de la necesidad de cambiar y nuevas oportunidades de organización social y tecnológica.
En los últimos tiempos han surgido numerosas iniciativas de transformación social y económica que han generado nuevas formas de pensar y actuar. Lejos de constituir propuestas utópicas, muchas de estas iniciativas son ya casos de éxito en distintos espacios geográficos. No obstante, aunque han nacido con vocación de colaborar y conectarse, en su mayoría operan de forma fragmentada y dispersa. Para promover su desarrollo y consolidación en el futuro creemos necesario aumentar el alcance y el impacto de estas propuestas y facilitar la coordinación de sus acciones.
Debemos ser capaces de reconocer la importancia del momento que vivimos, de modo que el escepticismo, el desconocimiento o el miedo no se impongan a la oportunidad de construir un mundo mejor.
Los ritmos institucionales y regulatorios son más lentos que las transformaciones sociales, culturales y económicas que plantea el mundo actual. Como en tantos otros lugares del mundo, debemos impulsar desde abajo, mediante acción coordinada y consciencia de cambio, contribuyendo a una readaptación de ese marco.
Convencidas de que es posible y también necesario aprovechar esta oportunidad, diversas personas, colectivos, asociaciones, empresas y organizaciones que trabajan por construir una nueva forma de hacer economía han decidido coordinar sus esfuerzos. Queremos mostrar que otro mundo es posible, haciéndolo.
Este manifiesto expresa los principios en los que se apoya nuestra voluntad de hacer juntos el camino.
Ser protagonistas de la transición
Estamos en un mundo en transición. Nada volverá a ser como antes. Emerge un paradigma nuevo. Podemos construir nuestro futuro o dejar que otros lo hagan por nosotros. Trabajamos para empoderarnos como protagonistas del cambio.
Reconocer la abundancia
Vivimos en un entorno de abundancia, de conocimiento accesible, abierto y libremente compartido, de talento distribuido y conectado. Un entorno de ciudadanos y ciudadanas creadoras y productoras, de iniciativas sociales de transformación, de tecnologías que amplían y dan mayor alcance a nuestras capacidades individuales y como comunidades. Frente al paradigma de la escasez artificial, partimos desde la evidencia ilusionante de la abundancia.
Emplear la tecnología como herramienta de cambio
El uso crítico y consciente de la tecnología permite impulsar el proceso de transición en que estamos inmersos. Amplía nuestra capacidad de relacionarnos y trabajar juntas. Nos permite asumir nuevos roles como creadores y productores. Nos permite ensayar a bajo coste otras formas de afrontar viejos problemas. Defendemos el uso accesible y abierto de las tecnologías.
Ser radicales
Queremos transformar. Más que ocuparnos de los efectos de un sistema que no funciona, pretendemos ensayar propuestas que remuevan sus causas.
Acción-reflexión-acción
Toca actuar. Es tiempo de aprender haciendo, de ensayar y experimentar. La reflexión se construye en el proceso, participativamente.
Economía responsable y sostenible
Frente al beneficio entendido como acumulación ineficiente de medios financieros, cuanto antes y más rápido mejor, promovemos una economía responsable que se preocupe del sostenimiento a largo plazo de los recursos, a través de su uso medioambientalmente y socialmente responsable y orientada al mantenimiento de los equilibrios naturales, al respeto a la biodiversidad y a la mejora de las condiciones y la calidad de vida de las personas.
Desarrollo a escala humana
Las personas en el centro. Libertad, equidad y solidaridad, sin que prime ninguna sobre la otra. Las personas y las comunidades locales conectadas son el referente de actuación de un desarrollo a escala humana. Frente a procesos homogeneizadores, ineficaces e insostenibles de concentración y acumulación defendemos el derecho a la diferencia, lo pequeño y diverso, la ética del cuidado, el conocimiento abierto y compartido, la producción local distribuida y la conexión y la cooperación entre comunidades como medio para resolver necesidades globales.
Cooperación frente a competencia
En este nuevo paradigma, múltiples iniciativas y experiencias en marcha muestran que la cooperación y la colaboración resuelven con eficacia los problemas individuales y colectivos a diferencia del modelo basado en el interés individual y la competencia. Nos esforzamos por mostrar y extender la práctica de tales iniciativas y experiencias.
Impulsamos la solidaridad, la empatía y la colaboración como valores que dignifican las relaciones humanas y las enriquecen.
La transparencia garantiza la cooperación, la difusión de buenas prácticas, la igualdad de oportunidades en el acceso a la información y refuerza la confianza entre los miembros de la comunidad.
Surgen nuevas formas de emprendimiento colectivo que tienen como sujeto a las comunidades y que requieren nuevos métodos y marcos de actuación. Animamos y acompañamos los procesos de emprendimiento comunitario.
Participación directa y efectiva
La participación directa y efectiva garantiza la defensa del interés común. Promovemos fórmulas de participación directa y con consecuencias reales que aseguren la efectiva intervención e influencia de las personas y comunidades en todos los ámbitos de decisión que afecten a sus condiciones y calidad de vida. Pretendemos impulsar, apoyándonos en las transformaciones que las iniciativas colaborativas generan con su actividad en las comunidades, un marco institucional y regulatorio que facilite los procesos de cambio en marcha.
Defensa del procomún
Frente a la dicotomía entre lo público y lo privado reivindicamos la existencia de una tercera categoría de apropiación, el procomún, integrada por todos aquellos valores, derechos y bienes que a través de su gobernanza en comunidad facultan el libre desarrollo de nuestras capacidades como seres humanos en condiciones de justicia y equidad.