V er para creer, lo que allí está pasando
E s un profundo sentimiento de dolor.
N unca los (in)Maduros llegarían a tanto.
E sta pequeña Venecia de hoy sin color
Z apateada, humillada: dolor con llanto.
U n “adiós a la llanera” como verseador.
E n voz canaria: “Los llanos, su manto”.
L a tierra de tanto isleño, del emigrador.
A llá van mi oración y también mi canto.