Son muchas las películas británicas que tienen como base principal o como telón de fondo la política impuesta por Margaret Thatcher durante sus once años de mandato (1979-1990). Stephen F
La cinta Pride (Orgullo) de Ma
En Pride, un grupo de gais y lesbianas de Londres decide, el día de la marcha por el orgullo gay, apoyar al sindicato de mineros que se ha puesto en huelga. El problema radica en que este sindicato no quiere su ayuda, así que deciden ir directamente a un pueblecito de Gales a prestar su ayuda y entregar el dinero recaudado.
Con esta premisa se podrán imaginar lo que supuso el encuentro de este grupo de gais y lesbianas con la población de esa localidad galesa, que los recibe con ciertas reticencias pero también con mucha curiosidad.
A partir de aquí lo que hay es una película agradable, simpática y llena de buenos momentos que, aunque basada en un hecho real, seguramente esté bastante edulcorada a la hora de contar lo que pasó durante ese año de apoyo de gais y lesbianas al sector minero.
Lo mejor de la película son las pequeñas historias, el drama que se vive en cada casa, ya sea la de los mineros, a los que se les hace la vida imposible, o el reencuentro de un hijo y su madre tras 16 años sin hablarse. Los verdaderos detalles están en esas escenas, con silencios y miradas que lo dicen todo.
Lo peor es el topicazo y los chistes fáciles. Con estos chistes fáciles, la verdad es que te ríes, evidentemente, pero hacen que se pierda parte del encanto de lo que supuso esta ayuda; primero para los mineros y luego para los propios gais y lesbianas, que consiguieron, un año después con el apoyo de este sindicato, muchos de los derechos que tienen en la actualidad.
El grupo de homosexuales está encabezado por un joven Ben Schnetzer, al que le siguen, entre otros, un Dominic West totalmente desmedido y que se marca un baile en el centro social digno de mención. Por la parte galesa cabe destacar a actores veteranos de la talla deBill Nighy e Imelda Staunton, cuñados en la ficción. Ellos protagonizan uno de los momentos más tiernos de la película mientras preparan unos sándwiches.
Así que vayan a verla y pasen un buen rato, disfruten de la historia y de todos su personajes y además sepan un poco más de cómo eran las cosas hace tan solo treinta años en Gran Bretaña, donde, por ejemplo, no podías confirmar tu homosexualidad hasta los 21.