B astante se ha dicho, por ahora.
Y sólo es el inicio, un comienzo.
E n realidad, leo, nadie te añora.
P orque te pasaste, sí, y en muchos frentes,
A rrogante, testarudo, como un napoleón.
U n legado que dejas, efectos sorprendentes.
L os que asumen, desde ahora, tu sucesión
I ntuyen tu herencia, de desastre, indecente.
N o sólo el petróleo, las FM y tu televisión.
O sea, adiós, vete, que tu marcha no se siente.