Venezuela: crónica de una derrota anunciada

Hace 17 años yo votaba por primera vez. Con aquella inocencia de los 18 años recién cumplidos, le di mi voto a la única opción en la que creía: Hugo Chávez Frías. Y en esas elecciones Chávez ganó con un 56,20% de votos a favor, el mayor porcentaje de respaldo que ha tenido un presidente en la historia electoral de Venezuela. Y Chávez siguió ganando elecciones hasta hace un par de días.
No haré un listado de los logros de Chávez, pero ciertamente dignificó a las minorías excluidas en Venezuela y motorizó iniciativas de integración que sin duda impactaron en la geopolítica de la región.
Con sus virtudes y defectos, Hugo Chávez fue un líder que se ganó el respeto del mundo. Al fallecer, deja como sucesor a Nicolás Maduro, y apenas 3 años después de haber sido ungido, al sucesor le toca enfrentar la peor derrota del chavismo.
El resultado
El 06 de diciembre del 2015 los venezolanos participaron en las terceras elecciones, desde 1999, para elegir una Asamblea Nacional, que además representa las elecciones número 20 desde 1998.
En 20 elecciones el chavismo sólo perdió, en el año 2007, la consulta para aprobar una reforma constitucional, de resto, la cara de la derrota no había sido vista por el oficialismo hasta este domingo.
De 167 curules, la alianza oficialista Gran Polo Patriótico (GPP) obtuvo 55 diputados, la alianza opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) obtuvo 110 diputados, restan todavía 2 curules, cuyos resultados están reñidos y esperan ser totalizados por el Consejo Nacional Electoral (CNE).
Con este resultado, la oposición obtiene la mayoría calificada en el Parlamento. Con las tres quintas partes a su favor, y según lo establecido en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, los diputados opositores podrán aprobar o no la Ley Habilitante para el Presidente de la República y el voto de censura contra el Vicepresidente o Ministros, además del resto de funciones de rigor.
La reacción
La diferencia de votos en algunas circunscripciones, entre los candidatos de la MUD y del GPP superó el 40%. Extrañamente, la oposición no cuestionó los resultados (porque le favorecen) pese a que normalmente grita “fraude” tras cada elección, así como ha hecho llamados irresponsables a “drenar su arrechera” en las pasadas elecciones presidenciales, al desconocer el resultado (lo cual costó 14 muertos) y durante los últimos meses mantuvo una campaña de descrédito al CNE y del proceso electoral, auditado con éxito 23 veces.
Cuando apenas el árbitro electoral concluyó la lectura del primer boletín de resultados, pasada la media noche del domingo 06 de diciembre, el presidente de la República, Nicolás Maduro, se pronunció, en transmisión conjunta de radio y televisión, para reconocer los resultados electorales. Dijo que había ganado la contrarevolución y la guerra económica, al tiempo que reconoció la necesidad de iniciar cambios en la Revolución.
Para Chávez no fue fácil enfrentar los intereses de la empresa privada y era obvio que, al faltar él, los rancios sectores económicos, vendrían con todo para desestabilizar y lo lograron.
La guerra económica dispara a la dignidad de los venezolanos. Resulta humillante que un ama de casa, una abuelita o una madre, invierta hasta 9 ó más horas en largas colas para comprar los pocos alimentos que se consiguen o para comprar los pañales desechables de sus hijos o para adquirir dos paquetes de toallas sanitarias.
Además de las colas, los precios de los alimentos y productos se elevan de forma desmesurada, sin ningún tipo de control. Hoy puedes comprar un cereal en 100Bs y al día siguiente cuesta 200Bs, sin explicación ni justificación alguna, pero sobre todo, sin control alguno.
Las responsabilidades
Entonces la culpa no es de la guerra económica ni de la inflación inducida, sino de la falta de políticas de control por parte del Ejecutivo, cuyas consecuencias vive y padece el ciudadano de a pie.
La gran responsabilidad de iniciar un verdadero cambio recae sobre Maduro como líder del proceso. No se trata de pañitos calientes, sino de la necesidad real de renovar caras en su gabinete, superar las pugnas internas y rescatar la eficiencia en la gestión.
Examinar las instituciones, medir su eficiencia, designar líderes con capacidad técnica, humana y política. Diseñar una política comunicacional efectiva que no se quede sólo en posicionar etiquetas en Twitter. Limpiar de personal tóxico y/o corrupto los organismos del Estado para garantizar que realmente funcionen para la ciudadanía. Articular y escuchar al poder comunal para incluirlo en el diseño y planificación de políticas que responda a las necesidades del pueblo.
Las tres R
Quienes votaron por la MUD el domingo no lo hicieron por la oposición, que además no presentó un plan ni un proyecto; votaron en contra de una gestión. Se trata de un voto castigo contra una administración que no ha sido efectiva ni eficiente en acabar con la inflación, el desabastecimiento y la inseguridad.
Entonces, no se trata sólo de buscar culpables de la derrota, sino de tener la valentía de mirar al espejo e iniciar los cambios profundos que exige la revolución. Las 3 R que una vez comenzó a aplicar Chávez, hoy tienen más vigencia que nunca: Revisión, Rectificación y Reimpulso.
Todavía la guerra no está perdida, y el revés electoral puede convertirse en una oportunidad para que con “Batalla, Unidad, Lucha y Victoria” la Revolución resurja, desde un autoexamen profundo, con los correctivos necesarios, para reimpulsar un proceso que ha costado 17 años de lucha.