¡Gracias, Stephen Fry!

La tarde amenazaba tormenta. Las nubes oscurecían el cielo y una fina lluvia comenzaba a empapar suavemente el reseco asfalto, mientras era imposible escapar a cualquier intento de leer algo decente en las redes que no fuera la dimisión de Esperanza Aguirre, anunciada por la propia condesa de Baros a última hora de la mañana. La aristócrata del PP, enemiga acérrima de Mariano Rajoy, y dotada para el cinismo (que en política es un activo imprescindible) a un nivel digno de la perversa y fascinante Marquesa de Merteuil que interpretó la actriz Glenn Close en Las amistades peligrosas, había decidido acaparar la atención mediática de un domingo soso, perfumado por la empalagosa retahíla de felicitaciones de el Día de los Enamorados. Y en esto estábamos, kleenex, arriba , kleenex abajo, por mor de un estupendo resfriado propio de estos tiempos invernales, cuando huyendo de la artista del sainete “La corrupción no soy yo, son los demás”, el mando de la televisión me llevó a ver la figura del gran Stephen Fry, actor, escritor, director y lo más parecido a las cualidades que adornaban al gran Oscar Wilde a quien me recuerda siempre, más allá de su magnífica interpretación del universal escritor que hizo para el cine hace más de una década.
Vestido con una elegante chaqueta de terciopelo verde color botella Stephen Fry estaba presentado la gala de los premios BAFTA que otorga la Academia Británica de las Artes Cinematográficas y de la Televisión, a menudo citados como los equivalentes a los Oscar, así que allí me quedé. A diferencia de la gala de los Oscar o de la cansina versión patria de los Goya, los británicos saben darle ritmo a un evento aderezado con una sobria puesta en escena y la presencia de actores, actrices y protagonistas del cine de primer nivel. Leonardo Di Caprio se llevó el premio al mejor actor por ” El renacido”, al igual que el mejicano Alejandro González Iñárritu lo consiguió como mejor director. Kate Winslet recogió el premio a la mejor actriz de reparto por “Steve Jobs”, mientras que Steven Spielberg recibió el que correspondía al actor británico Mark Rylance, por su trabajo en “El puente de los espías”. Fue una pena que el diseñador lanzaroteño Paco Delgado no obtuviera recompensa en el apartado de mejor vestuario, pero como destacó él mismo, “estar nominado es ya un premio”. A ver si en la próxima hay más suerte.
La ceremonia transcurrió a buen ritmo llevado por la batuta de Stephen Fry que bordó su papel de anfitrión. Si añadimos que los comentarios del evento que ofreció el canal TCM corrían a cargo de los colegas y sin embargo amigos, Juan Zavala y María Guerra, la tarde-noche quedó de cine, valga el pleonasmo.
Queda en las próximas horas, o días o meses, ver lo que hace la marquesa de Bornes, alias Esperanza Aguirre, protagonista de guiones irrepetibles como “Dejo la política” (2012) o “Yo destapé la trama Gürtel” (2010).