El hombre que supo reinar

Siempre he sentido predilección por los actores y actrices de reparto y aunque Michael Caine ha sido protagonista en varias películas, sus roles como secundario siempre me gustaron más. Corría el año 2000 y el Festival Internacional de Cine de San Sebastián había decidido otorgar el Premio Donostia, a toda una carrera, a dos magníficos actores: Robert de Niro y Michael Caine, y como era de suponer la inmensa mayoría de periodistas y público tornaron su interés por el protagonista de la saga El Padrino y otros filmes que figuran en la Historia del Cine. Reconozco que tener a tiro de pregunta a Michael Caine me parecía tan seductor o más que a de Niro. Acababa de leer la primera parte de su autobiografía titulada “Mi vida y yo” que comenzaba así:”Inicié mi carrera de actor a la edad de tres años, el cobrador del alquiler aparecía en el quicio y yo recitaba mi primera línea de texto: “Mi mamá no está”. Humor británico 100%.
Es conocido el origen humilde del actor, su acento cockney, que con el tiempo logró sombrear para la interpretación, y sus difíciles comienzos junto a sus coetáneos Terence Stamp, Oliver Reed, Sean Connery o Peter O´Toole que, sin embargo, lograron el éxito mucho antes que Caine. Los 60 fueron buenos años, con películas las como Alfie, Ipcress, o Un trabajo en Italia. En los 70 abordó papeles en películas tan recordadas como La huella o El hombre que pudo reinar; y no fue hasta la década posterior donde su trabajo fue reconocido incluso por la Academia de Hollywood, que le premió con un Oscar por su papel secundario en Hanna y sus hermanas, de Woody Allen. La carrera de Caine prosiguió con trabajos alimenticios y otros no tanto, y así logró en 1999 su segunda estatuilla por su interpretación en ” Las normas de la casa de sidra” del realizador sueco Lasse Hallström. A partir de entonces, en plena madurez, a Michael Caine le fueron ofreciendo papeles más breves, en los que el actor británico dejaba constancia de su prestancia y calidad, aunque se tratara de interpretar al mayordomo de Batman.
Cuando le concedieron el Premio Donostia, el festival proyectó la película Shiner que acababa de estrenar, rodada en las calles del sur de Londres donde creció, y donde interpretaba a un promotor de boxeo tramposo, de los bajos fondos, que a buen seguro no le costó mucho imaginar. La película, como en otras ocasiones, sólo se salva por la presencia de Caine en el reparto.
No recuerdo mucho de la rueda de prensa que ofreció en el Festival, o lo que le preguntamos los periodistas, pero si el apretón de manos y la sonrisa cuando al final de la comparecencia le comenté que me gustaban sus películas y Caine, arqueando una ceja, me respondió: ¿todas? Risas y un “hasta pronto Mr. Caine”, fue todo lo que se me ocurrió.
Lo último
Michael Caine acaba de cumplir 83 años (14 de marzo) y sigue rodando películas. Lo último que he visto es Juventud de Paolo Sorrentino, donde Caine interpreta magistralmente a un director de orquesta jubilado, junto a otro grande de la interpretación Harvey Keitel. Sobre su trabajo en el filme comentó:”Hacer películas es igual en todas las partes, excepto que en Hollywood te pagan más. Yo estaba dispuesto a hacer ésta gratis, pero no se lo dije a los productores”. Genio y figura.