Hermana Radio: Manuel Herrador

José Antonio Pardellas entrevista a Manuel Herrador en su serie Hermana Radio
¿En qué año empezaste en la radio?
-¡Buf!, recordarlo hace que me pierda en el túnel del tiempo, pero te lo digo, déjame pensar…, sí, fue allá por el año 1981, en Madrid, recién cumplidos los 22 años de edad; hace ahora 35 años, aproximadamente.
¿Cómo o por qué?
-Pues debido a la contratación de publicidad que un local de copas que había en Madrid estableció con una emisora de radio -que en aquel entonces se llamaba Radio Popular-, en frecuencia modulada, y que posteriormente cambió su nombre por el de Cadena Cope. Esta circunstancia me dio la oportunidad de ser el presentador musical durante un par de horas en las mañanas de los sábados y, si bien ya no recuerdo ni cuánto cobraba por pinchar y presentar discos (por cierto, de vinilo a 33 y 45 rpm.), lo que no tengo duda es que era un sueño vocacional que empezaba a cumplirse y me permitía comenzar a conocer el medio y a aprenderlo –que era lo que me interesaba- y que, afortunadamente, son sensaciones que aún hoy perviven en mí.
¿Qué emisoras escuchabas por aquel entonces?
-Escuchaba emisoras de frecuencia modulada y de contenido netamente musical. La razón es que la señal de radio que ya se recibía a través de los auriculares, los equipos de alta fidelidad de nuestras casas e incluso la buena recepción de los equipos que se empezaba a instalar en los coches -con amplificadores y ecualizadores que potenciaban y mejoraban notablemente el sonido-, era de un estéreo perfecto, de altísima calidad sonora, que comparada con la señal de la onda media, sin apenas graves ni agudos y saturada de frecuencias medias, hacía que las emisiones de FM y las listas de éxitos y ventas, que ya se barajaban en competencia y rivalidad, engancharan fuertemente al segmento joven y maduro de la época.
¿Voces y programas?
-Pues como continuación a la respuesta anterior, te diría que las voces de los locutores del recuerdo me llevan, casi todas, a programas de radiofórmula, que aunque mantenían un estilo bastante homogéneo y marcaban una línea de presentación musical absolutamente definida como estilo propio de una emisora, sobre todo en la Cadena Ser con sus históricos 40 Principales, era algo así como una moda que compartías con los amigos, todo nuestro grupo de estudiantes hablábamos, bailábamos y tarareábamos las mismas canciones que, de paso, nos mantenían informadísimos de la rabiosa actualidad musical del momento, sin olvidar una peculiar limitación: la oferta radiofónica que podía sintonizarse en el dial de FM de hace casi cuatro décadas, no superaba las seis o siete emisoras que, comparándolo con las varias docenas que hoy pueden escucharse, las posibilidades de fidelidad a una sola radio es casi impensable en la actualidad.
¿Y ahora?
-¡Uy!, ahora mi exigencia es completamente diferente, mi actividad periodística me obliga a barrer, literalmente hablando, el dial completo del receptor de radio en búsqueda de información actualizada y de opinión contrastada. Esa diversidad de oferta radiofónica me permite conocer diferentes perspectivas informativas para poder ser yo quien decida con qué reflexión me quedo, para poder llegar a los puntos de vista de los diferentes medios de comunicación y enriquecer mi propio criterio ideológico. Y, por supuesto, los momentos que requieren acompañamiento de música, de deporte o de cualquier transmisión relevante, también los aprovecho para seleccionar la mejor opción radiofónica. Pero, permíteme darte nombres de cadenas de emisoras que escucho con más asiduidad: COPE, RNE, SER, Gestiona Radio, EsRadio y radio online de música, originaria de cualquier país del mundo.
¿De cuáles de los programas desarrollados en tu vida estás más satisfecho y guardas mejor recuerdo?
-Más de treintaicinco años de radio dan, obviamente, para guardar grandes y buenos recuerdos profesionales pero, claro que sí, por supuesto que hay siempre algunos programas que brillan un poco más que otros. La hora del soldado, programa de contenido castrense que empecé a presentar en Radio Nacional de España, en el año 1983, bajo la dirección general del ente público RTVE en Canarias de José Antonio Pardellas -cuando cumplía mi servicio militar obligatorio en Tenerife- supuso la constatación de que mi futuro en el medio radio comenzaba a echar raíces, a forjarse, a marcar un profundo inicio vocacional y a trazar un recorrido vital que, todavía hoy, ¡gracias a Dios!, estoy gustosamente atravesando y recorriendo.
¿Qué destacas de la radio de hoy?
-La Radio de hoy se subdivide en dos maneras de clasificarla, por un lado la que responde a un estilo profesional esmerado, cualificado, bien estructurado y en la que el capacitado equipo humano que la compone es debidamente valorado por la dirección y la propiedad de la empresa de comunicación; por otro lado la radio descabezada, sin cualificación, sin estructura empresarial, llena de desconocimiento profesional, sin ni siquiera autorización administrativa para emitir y en la que su personal no goza de un buen estatus laboral, no cobra adecuadamente y hasta, en ocasiones, tiene que pagar para hacer su propio programa, o sea, todo un despropósito radiofónico. Este grupo lo ocupan más emisoras privadas locales (con frecuencia ilegales) de las deseadas.
¿Y qué no te gusta?
-En primer lugar, el tipo de Radio ausente de profesionalidad y que he descrito en la pregunta anterior. Pero mucho menos aún me gusta que la administración pública responsable de la Comunicación –tanto nacional como autonómica- se comporte de manera laxa en el desempeño de sus funciones de control, regulación y aplicación de la legislación vigente, ya que los perjudicados directamente son los medios comprometidos con el sector, es decir, las emisoras y empresas de comunicación serias y rigurosas que tienen que sufrir una competencia desleal desproporcionada, por un lado, y por el otro también me disgusta que los oyentes, anunciantes y profesionales, en general, tengamos que sufrir la poca calidad de esos medios que no solo no suman absolutamente nada al sector audiovisual sino que, además, lo deshonran con su mala praxis.
¿Le ves futuro?, ¿y cuál?
-Desde luego que sí. La radio forma parte del presente, del pasado y, sobre todo, de un futuro inagotable. Sus competidores audiovisuales más directos –televisión, internet, móviles, tabletas, video, etc.- no solo no han podido noquearla desde que nació y fue inventada, sino que han servido de herramientas de potenciación de su uso y desarrollo. La tecnología ha ligado exquisitamente un binomio comunicativo sin antecedentes, radio y mundo digital, ambos conceptos se fusionan para permitir al usuario, al oyente, un infinito espacio de opciones de escucha, a cualquier hora, sea cual sea la situación en la que aquel se encuentre, rescatando emisiones ya radiadas, permitiendo descargar programas, editar musicales o grabar su tertulia favorita programando con antelación y en su ausencia. La Radio no es que tenga o no futuro, es que ya es el propio futuro.
¿Radio por antena o por Internet?
-Primero fue por antena, más tarde vía satélite, se puede recibir por cable o fibra de vidrio, analógica o digitalmente, ¿qué más da el modo? Lo que verdaderamente es relevante es que, llegue por donde nos llegue, siga siendo dócil e inteligente, agradecida y compañera, cómplice y maestra y, por cualquiera de las vías de transporte que su señal se traslade y se proyecte, mantenga lo que ya ha demostrado que es, fiel a sus oyentes y a su personalidad, a su estilo y eficiencia. Importa lo que nos dice, no por cuál de los posibles soportes nos lo dice.
Por último, ¿qué quieres añadir que no te haya preguntado?
-Quiero añadir que me siento un periodista muy afortunado porque la Radio me haya permitido interrelacionarme con la sociedad, con la opinión pública, con mis oyentes, conectando con sus inquietudes, informándoles, reflexionando y opinando para entretener y para, a la vez, aprender de mil y un invitados a los que este medio me ha dado la oportunidad de entrevistar y conocer. La Radio es cultura, es conocimiento, es educación, maestría e investigación; la Radio es compañía, amistad y humor; la Radio es emoción, evasión y creatividad; la Radio es historia y documento; la Radio es tan grande que, en ocasiones, es el propio silencio. La Radio, compañero, es un regalo que mi hiciste hace ahora casi 35 años y que, aún, no sé cómo poder agradecértelo.
¡Gracias José Antonio, gracias Maestro!