Gabón: elecciones con resultado amargo

Desde el 27 de agosto, la comunidad internacional dirige su preocupante mirada al oeste de África Central. Lo que en un principio eran unas tensas elecciones con un claro favorito, se ha convertido en un asunto prioritario para Francia, Estados Unidos, la Unión Africana, la Unión Europea y las Naciones Unidas.
Dicho favorito para gobernar Gabón es el actual presidente, Ali Bongo, hijo de Omar Bongo, que dirigió el país durante 42 años, hasta que en 2009 el cáncer lo obligó a ingresar de urgencia en un hospital de Barcelona, falleciendo a los pocos días. Ali, hijo predilecto de Omar, con estudios superiores en la Université Paris I Pantheón-Sorbonne, siempre supo que sería presidente algún día, cuando su padre bien se jubilara, o bien falleciera, como sucedió.
Se presentó a las elecciones el mismo año de la muerte de su padre, siendo elegido vencedor por el 41% de los votos, duplicando a sus dos contrincantes en la carrera electoral. Aunque por aquel entonces la oposición rechazó los resultados por considerarlos fraudulentos, no estalló ningún conato de violencia, ni mucho menos una batalla campal en las calles, como la que está sufriendo el país estos días.
Su rival en estas elecciones es un reputado gabonés, muy respetado en las instituciones internacionales y con una trayectoria destacable. Doctor en Ciencias Económicas por la misma universidad en la que se licenció Bongo, Jean Ping ha tenido cargos de responsabilidad en la Unesco en París y en la Unión Africana, de la que fue elegido presidente de la Comisión. Además ha sido ministro de Gabón, dándole legitimidad y conocimiento del funcionamiento electoral de su país.
En este interesante duelo, los dos pesos pesados se proclamaron ganadores de las elecciones instantes después de haberse cerrado los colegios electorales. Era la primera muestra de la tensión y confusión ante un pueblo que permanece atónito. Tras unos días de recuento y con filtraciones de ambos candidatos dando cifras sin legitimidad, la Comisión Electoral finalmente dio a conocer los porcentajes. Ali Bongo ha ganado las elecciones con un 49,8% de los votos, frente al 48,3% de Ping.
Esto fue el detonante que hizo estallar la guerra. La oposición al completo salió a la calle para protestar contra lo que consideran un pucherazo, mientras que las fuerzas del orden los reprimen con una violencia extrema. La capital del país, Libreville, es el escenario donde ya se han producido más de mil detenciones, cinco muertes, según datos oficiales, y numerosos incendios. Mientras la oposición ha intentado asaltar el Parlamento y la Televisión Púbica, el ejército ha respondido con duros ataques que se han cobrado víctimas mortales.
La misión de observación electoral enviada por la Unión Europea alerta de la gravísima falta de transparencia del proceso electoral y de “obvias anomalías”. El primer ministro de Francia exige un nuevo recuento de los votos y alerta de que hay quince personas de nacionalidad francesa desaparecidas, instando al gobierno gabonés a que haga todo lo posible para encontrarles.
Por su parte, la Unión Africana ha anunciado que mediará en la crisis política que sufre el país, mientras que Estados Unidos y Naciones Unidos han expresado su profunda preocupación por estos hechos.
(*) José Reina es sociólogo y experto en asuntos africanos