Africa 3.0

Emperador mandinga canta en Tenerife: Salif Keita vuelve a Canarias

Por Carlos Fuentes

“Pionero del afro-pop bailable, combina las músicas africanas, especialmente los ritmos mandingas, con jazz y rythm’n’blues”. Esto debe ser la fama, el prestigio bien entendido. La Enciclopedia Británica, siempre tan quirúrgica a la hora de atribuir méritos, consagra el papel fundamental que el cantante y compositor maliense Salif Keita ha desempeñado en el reconocimiento internacional de las músicas de África. Ahora Salif Keita, el albino de la voz de oro, el músico vivo más importante de Malí y uno de los grandes mitos africanos, regresa a los escenarios canarios para actuar el sábado en el festival Cap Fest de Arona.

Conviene recordar quién es Salif Keita. Descendiente de una familia con historia en su región, las raíces de su linaje llegan hasta Sundiata Keita, el fundador del Imperio Malí en el siglo XIII. Salif Keita comenzó a interesarse por la música en su aldea natal de Djoliba, en la región maliense de Kulikoró, encajada entre las fronteras de Mauritania por el norte y Guinea Conakry por el sur. Aunque no fue fácil defender su temprana vocación por las artes, toda vez que el arte, en especial la música, no se consideraba un trabajo aceptable para alguien con linaje de emperador. A este primer rechazo en el ámbito familiar se sumó el difícil desarrollo cotidiano de un niño albino, característica por el color de la piel que aún genera problemas de seguridad e integración social en sociedades tradicionales de África.

Con dieciocho años, en 1967, Salif Keita se trasladó a la capital maliense, Bamako, donde tuvo que buscarse la vida en las calles hasta que logró un hueco en la Super Rail Band de Bamako, la orquesta auspiciada por el gobierno que cada noche ambientaba la espera en la estación de trenes. Seis años después cambió de equipo y se alistó como voz principal del conjunto Les Ambassadeurs. Quizás suene exagerado, pero en aquellos momentos el fichaje de Salif Keita por Les Ambassadeurs generó un cisma. Se tomó como si de pronto “Mick Jagger se hubiera ido a The Beatles en 1964”, indicó una vez el crítico Andy Morgan sobre una banda que aunó la voz líquida de Salif Keita, la guitarra sinuosa de Amadou Bagayoko (luego famoso en el dúo con su esposa, Mariam Doumbia) y el teclista Cheick Tidiane Seck. Fueron tan grandes Les Ambassadeurs que en los años setenta añadieron Internationaux a su nombre y su fama en todos los países de África occidental originó que el presidente Sekou Touré concediera en 1977 la orden nacional de Guinea a Salif Keita.

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Pero la fiesta terminó y, apagados los ecos de la época dorada de la música en Malí, casi por extensión en toda África occidental, Salif Keita emprendió camino al exilio musical. En 1984 fue uno de los artistas africanos que optó por mudarse a París para aprovechar el nuevo interés del público occidental por las músicas africanas contemporáneas. En París, donde vivió hasta final de siglo, comenzó con un disco de los que hacen época, el imperial Soro editado en 1987, pero luego su identidad musical comenzó a diluirse entre excesivos arreglos occidentales y una querencia arriesgada por nuevos sonidos de sintetizadores.

Con el cambio de siglo, Salif Keita tomó otra decisión trascendental. En 2001 emprendió el camino de vuelta a Malí y se instaló de nuevo en Bamako. Allí abrió los estudios de grabación Mouffou para, ahora sí, no depender de los vaivenes del mercado para producir nuevas canciones. La decisión pronto se reveló acertada. Su música dio un giro hacia las raíces tradicionales, sin perder por ello el alma atlética que había cultivado durante los años de estancia en París. La trilogía musical que vino luego ya forma parte de la mejor selección de las músicas africanas de lo que va de siglo XXI: Mouffou (2002), M’Bemba (2005) y La difference (2009). Su disco más reciente es Talé, publicado hace cuatro años.

El regreso de Salif Keita a los escenarios isleños (será su tercer concierto en Canarias después de actuar en la primera edición del festival Womad en la playa de las Canteras en el otoño de 1993 y en el mismo festival en 2005) cerrará a las 22.30 horas del sábado los conciertos de Cap Fest en Los Cristianos (Arona). Con la estrella maliense actuarán el grupo congoleño Mbongwana Star, heredero del conjunto Staff Benda Bilili, y la cantante y guitarrista francesa Lætitia Sadier, componente del grupo británico de rock Stereolab.

Programa Cap Fest con otras actividades culturales aquí: www.festivalcapacidades.com

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