Karité, el oro de las mujeres africanas

Por Paula Albericio
El karité (Vitellaria paradoxa) es un árbol de hasta 15 metros de altura de las sabanas arbóreas del oeste de África y cuyo nombre significa árbol de mantequilla. De este árbol, que puede vivir hasta tres siglos y el diámetro del tronco puede medir hasta un metro, nacen unos frutos conocidos popularmente como nueces de karité y que son los responsables de muchos secretos de belleza y cosmética por sus beneficios y propiedas. El karité crece en estado salvaje en África, especialmente en Burkina Faso, Costa de Marfil, Malí y Sudán, donde se encuentran los árboles de mejor calidad, gracias a la constitución de su subsuelo.
Al igual que ocurre con el aceite de Argán, la manteca de karité se usa no sólo en cosmética y salud, sino también como ingrediente de la gastronomía africana. Se trata de un principio activo que tiene múltiples propiedades y que proviene del fruto de un árbol que crece en forma salvaje en las sabanas del área subsahariana del oeste de África. En Burkina Faso, por ejemplo, entre 300 mil y 400 mil mujeres trabajan con las nueces de karité, las cuales son el tercer producto de exportación de ese país, después del algodón y el ganado. Es por esto que allí se les conoce como el “oro de las mujeres”. Tras un largo procedimiento en el que las nueces son descascaradas, secadas, aplastadas y hervidas, entre otras cosas, se obtiene una manteca de color blanco o marfil, muy rica en nutrientes y vitaminas, e ideal para ser utilizada en la rutina de belleza.
El karité es un poderoso regenerador celular de la piel, tiene potentes propiedades antienvejecimiento que previenen y tratan las arrugas y la flacidez, en papada y cara. Es profundamente hidratante, llega hasta la última capa de la piel, y además es antideshidratante, lo que significa que guarda el agua de la piel. También, devuelve la elasticidad a las pieles secas, es tremendamente antiinflamatorio y cicatrizante. Su alta capacidad nutritiva y regeneradora lo hace también un ingrediente muy cotizado en los tratamientos destinados a devolver la salud al cabello y potenciar el brillo y suavidad de la melena.
Aunque la manteca de karité es mundialmente conocida por sus propiedades cosméticas, esta sustancia también es comestible y utilizada tradicionalmente en la cocina local, además también destaca su uso en la industria chocolatera como sustituto de la manteca de cacao.