Las nuevas puertas de Marrakech

Por Carlos Fuentes
Apenas tres kilómetros al suroeste de su famosa medina, donde una decena de puertas milenarias custodian los acceso a la ciudad antigua, el aeropuerto de Marrakech continúa renovando sus prestaciones para convertirse en el principal destino de los vuelos de ocio y turismo que desembarcan en la milenaria ciudad roja. Puesto al día con un gran edificio terminal y una amplia zona de aparcamientos, así como el accesos del transporte público, el aeródromo Marrakech Ménara (RAK, en su clave aeronáutica) ronda ya cinco millones de pasajeros anuales. Junto a la también renovada estación de trenes, este aeropuerto se ha convertido en la nueva puerta de acceso al sur del país en el presente siglo XXI.
El desembarco de un visitante en la ciudad de Marrakech aspira a convertirse un trámite sencillo y previsible, tanto o más que en cualquier gran ciudad de cualquier país europeo. Renovado con dos grandes terminales enlazadas entre sí, el aeropuerto de Marrakech Ménara apenas recuerda a aquella pista en medio del desierto que el ejército de Estados Unidos utilizó para el transporte de sus tropas y mercancías durante la II Guerra Mundial.
Ahora lo más que brilla son las tiendas de marca, los restaurantes de comida rápida (en la terminal de salidas hay incluso un japonés por si apetece almuerzo ligero antes de volar) y varios establecimientos que brindan una última oportunidad para partir de Marruecos con artesanía, disponible en la tienda Bendaoud; artículos de piel, en Lazrak Fantasia Cuir; o repostería típica, en la dulcería Tamazirt. También dispone de farmacia y zona de internet.
Esta política de impulso a las infraestructuras del transporte en Marruecos fue anunciada por el ministro de Infraestructuras, Transportes y Logística, Abdelaziz Rebbah, cuyo departamento ha llegado a valorar la posibilidad de construir un segundo aeropuerto en Marrakech. Por ahora, el aeródromo de Ménara sigue funcionando al alza, favorecido sin duda por el auge de las compañías de bajo coste, la posibilidad de alquilar vehículos en el aeropuerto y las mejoras de acceso a la terminal en transporte público desde el centro de la ciudad. En la actualidad, por treinta dirhams (algo menos de tres euros) un autobús de la compañía española de transportes Alsa conecta este aeropuerto con la ciudad antigua.
Otro símbolo del impulso de las infraestructuras del transporte en Marruecos es la nueva estación de trenes de Marrakech. Inaugurada en el verano de 2008 para sustituir a la obsoleta estación de la época colonial francesa levantada en 1923, la estación ferroviaria de Marrakech dispone de enlaces regulares con las principales ciudades del país, entre ellas Casablanca y Fez al norte, y Agadir al sur. Su nuevo vestíbulo de llegadas alcanza los 1.250 metros cuadrados de superficie y, en varias alturas, dispone de las comodidades necesarias para el viajero, zona comercial y restaurantes de comida rápida. En el exterior existe una amplia zona de aparcamiento y la parada de taxis hacia la medina antigua del centro de la ciudad roja, que es donde de verdad comienza cualquier viaje a Marrakech.