Electricidad para todos

Uno de los grandes dilemas que se presentan a los países africanos del sur del Sáhara es facilitar el acceso a la electricidad de sus capas de población más pobres al mismo tiempo que garantizan que las empresas y facilidades que suministran el servicio sean rentables. Para ello hay que minimizar las pérdidas relacionadas con la distribución de la electricidad y garantizar un sistema que asegure el pago de los recibos por parte de los consumidores, al mismo tiempo que se opta por precios asumibles por la gran mayoría de la población.
Según un nuevo estudio del Banco Mundial titulado Making Power afforable for Africa and Viable for Utilities, todo esto es posible. El informe analiza datos de 39 países de África Subsahariana para investigar qué se necesita para hacer que las compañías eléctricas sean financieramente viables y qué factores influyen en el acceso a la electricidad para quienes más la necesitan en la región.
Los datos indican que hoy en día, uno de cada tres africanos no tiene acceso a la electricidad, lo que les obliga a recurrir al queroseno o pasar largas horas en la oscuridad. Por otro lado, los proveedores de electricidad en la región están sujetos a restricciones monetarias, sufren de una infraestructura envejecida y no pueden fiarse del todo de que sus clientes paguen el producto consumido.
Si no se hace nada para cambiar esta situación, en 2030 habrá más africanos sin luz que con ella. Sin embargo, el informe parece ser optimista y predice que no se llegará a ese extremo. El documento encontró una serie de pasos a tomarse que pueden ayudar a las empresas eléctricas a recuperar el costo del suministro de electricidad y hacer que sea asequible para los sectores más pobres de la población, al mismo tiempo. Para que esto suceda, las empresas suministradoras de electricidad deben minimizar las pérdidas técnicas y comerciales del sistema de energía debidas sobre todo a la manipulación de los contadores por parte de los usuarios.
También deben garantizar la máxima recaudación en las facturas de electricidad. El aumento del precio de la electricidad también parece ser muy necesario, pero deben dirigirse en un primer momento a los consumidores de tamaño grande y mediano y siempre en línea con la mejora de la calidad del servicio.
Otra importante recomendación, que hace el estudio, es que debe alentarse a los hogares a tener medidores individuales para medir el consumo de electricidad. Esto ayudaría a las empresas eléctricas a identificar a los hogares más vulnerables y buscar soluciones, a través de subsidios, por ejemplo.
La instalación de contadores de prepago, algo cada vez más frecuente en la región, también puede beneficiar tanto a las empresas como a los clientes, ya que ofrece a los hogares de bajos ingresos la opción de pagar poco a poco, a medida que necesitan la electricidad, en lugar de tener que desembolsar una suma global al final del mes, al mismo tiempo que garantiza ingresos para las compañías eléctricas.
Compartir el costo inicial de conexión entre todos los usuarios de electricidad, incluidas las grandes y medianas empresas, también podría ayudar a rebajar la carga de los costos iniciales de conexión para los hogares más pobres.
Finalmente, el estudio del Banco Mundial, afirma que el acceso a electricidad de calidad, segura y asequible puede mejorar las vidas de muchas personas en el África Subsahariana: hombres y mujeres podrán trabajar más tiempo y ser más productivas, los niños podrán estudiar de noche, los ciudadanos podrán caminar a casa de noche bajo la seguridad de las farolas, los hospitales podrán mejorar sus atención médica…
Si bien la conexión a la red puede ser la solución para muchos africanos, el estudio insiste en la necesidad de invertir en energías alternativas, como la solar, que son esenciales para electrificar, sobre todo, las zonas rurales de África Subsahariana.