Si los negros hablaran como los blancos

El pasado 16 de febrero se cumplió un año desde que Jade, francesa afrodescendiente de 19 años, escribiera en su cuenta de twitter una frase que para su sorpresa, no solo acabó convirtiéndose en viral, sino que también se vio apoyada por centenas de tuits cuyo objetivo principal vino a ser el mismo: ridiculizar algunos comentarios con los que en ocasiones las personas de raza negra hemos tenido que lidiar debido a nuestra condición genética, social o cultural. Fue así como en la red social se creó el hastag #silosnegroshablarancomolosblancos.
“C’est tes vrai cheveux ? Je peux toucher ? Ils sont super lisses, on dirait des poils de chiens. #SiLesNoirsParlajentCommeLesBlancs”
¿Es tu verdadero pelo?, ¿puedo tocarlo?, es súper liso, parece de perro. #SiLosNegrosHablaranComoLosBlancos”
“Pensé que era divertido mostrar hasta qué punto estas ideas cotidianas son ridículas” decía Jade, quien además añadió que pretendía poner en los ojos de quienes hacen este tipo de comentarios la irracionalidad de sus palabras.
Pese a haber sido tildados de racistas, lo cierto es que la mayoría de estos comentarios son el simple resultado de una sociedad que, como con casi todo, tira de tópicos y estereotipos; del resto de comentarios sí cabe destacar que son propiamente racistas.
En este artículo he recogido los tuits más relevantes de la etiqueta:
(Foto de una joven negra abrazando a niños blancos) “Mira, soy yo de Safari por Europa. Me daban ganas de adoptarlos a todos.”
¿Por qué ibas a adoptar niños que te has encontrado en un patio haciendo de las suyas en una aldea que has a visitar? Este es el reflejo del paternalismo con el que Occidente observa al continente africano, un paternalismo que provoca la necesidad de querer proteger incluso lo que no necesita ser protegido; un paternalismo irritante que encuentra carencias donde no las hay.
“¿Si estás bien aquí por qué no se vienen también tus padres?” Lo llamativo de la pregunta es que a la persona que me la hizo no le constaba que mis padres estuvieran tan mal como para dejarlo todo y venirse a Tenerife. Y no solo no le constaba, sino que me había escuchado hablar de mi vida en Guinea sin resaltar especialmente ninguna carencia. Supongo que según su lógica siempre se podía estar mejor en Occidente, no obstante, ¿tienen mis padres esa necesidad? No. Siempre se puede estar mejor o intentar estarlo, pero eso no implica que estemos mal.
A este paternalismo contribuyen los medios de comunicación con sus continuadas fotografías de “el niño africano” malnutrido y hambriento (principal punto de vista desde el que se le enfoca), quedando así servida la idea de una niñez triste y llena de carencias. A esta idea se le suma el hecho de que el continente ha sido casi siempre presentado a través de sus tradiciones y creencias más duras respecto a la familia (mutilaciones genitales, bodas por conveniencia, matrimonio infantil, machismo…), lo que genera una percepción violenta sobre “la familia africana”. Sin embargo las familias en África son tan diversas y las relaciones familiares tan distintas como en todo el mundo.
A este paternalismo extremo también contribuyen indirectamente las ONGs con sus carteles publicitarios donde sus voluntarios de raza blanca dan de comer a (en este caso) niñas y niños de raza negra. Estos carteles en los que es curiosamente difícil ver que el voluntario de la ONG en cuestión es de la misma raza –porque los hay- que de la niña malnutrida, promueve de manera indirecta esta sensación de paternidad occidental. Pero además, con imágenes como esta, el mundo obvia la realidad de que quienes más ayudan a estar personas necesitadas, son otras personas del propio país.
Un paternalismo que no solo puede llegar a ser extremo, sino que también mal enfocado, una vez alguien dijo “no necesito que me des la mano, basta con que me quites el pie de encima”, esta es la verdadera visión que se debería tener del continente africano y de sus semejantes.
“ -Enhorabuena por el Mundial 2014
-Pero si soy alemán
-Bueno, pero es Europa”
– “¿Cómo se dice Buenos días en europeo?”
– “¿Eres de origen español?, ¿me puedes bailar flamenco?”
-“Venga tía, márcate un polka, ¿cómo que no sabes? ¡Yo creía que todos los europeos sabíais bailar polkas!”
-“¿Eres de origen español? ¡Qué guay! ¿Podrías cocinar un flamekuche (plato típico francés y alemán)?”
Tengo un amigo que ha estado en “África” * ¿En “África” la gente hace esto o lo otro? * ¿Eres “africano” y no sabes lo que es el cous-cous? * En mi último viaje a “África”…* Mi amigo es “africano” * La increíble voz de una “africana” que canta Halo mejor que Beyoncé (titular de una noticia del ABC)
Parece una tontería tener que recordar esto, pero África no es un país, no se puede simplificar tanto un continente que además es tan abundante en naciones. No se puede pretender hablar de una “tradición africana” que se ha visto en la televisión sin especificar en qué zona o quiénes la practican. Solamente en Nigeria hay más de 200 grupos étnicos con sus respectivas lenguas, tradiciones y culturas, de modo que sería -cuanto menos- incongruente pretender englobar en una sola tradición y todo el continente.
“Ayer vi un documental sobre una tribu africana…” Seguro que en el documental decían en qué país convivía esa tribu, pero se te olvidó porque no le diste importancia, porque tendría un “nombre raro”, o simplemente porque sí, esas cosas pasan. Fuera de África se habla mucho de ella de manera generalizada, ¿esto cómo nos repercute a los africanos? Primero nos priva de la identidad de nuestro país teniendo que lidiar con comentarios y preguntas sobre una África general de la que nosotros en la mayoría de ocasiones no tenemos ni idea. Y segundo nos estigmatiza de tal manera que en base a ir descartando prejuicios es como se llega a conocernos un poco más y a la sociedad de donde venimos.
Imaginemos por un momento que un ciudadano de cualquier país de África regresa de Escocia y cuenta a sus coterráneos -quienes muy poco conocen lo que hay fuera de su país- que en Europa los hombres se casan vestidos con una falda (por haber visto una boda tradicional escocesa); o que regresa de Inglaterra y cuenta que en Europa hay una hora para tomar el té; o que regresa de España y cuenta que en Europa hay una época al año en la que personas corren persiguiendo y perseguidas por un toro (los Sanfermines), y que en Europa bailan flamenco con vestidos de flores y zapatos de tacón tanto para hombres como para mujeres. Ahora bien, este ciudadano además añade que tiene un “amigo europeo”, sus coterráneos, siendo conscientes de que Europa es un continente y de que no todos sus países comparten costumbres, ¿dónde situarán a este amigo europeo del que no se ha especificado nada?, ¿con los hombres que se casan vestidos de falda?, ¿con os que corren tras los toros?, ¿o con los que “esperan a una hora para tomarse el té”? Lo más probable es que no lo sitúen en ningún sitio, que no lo identifiquen como paisano de un lugar, aunque sí acaben situándolo un poco en todo lo que han escuchado de Europa.
Es normal que entre países de un mismo continente las costumbres sean más parecidas, y que entre continentes las diferencias sean más destacables, lo que puede llevar a generalizaciones a la hora de hablar de unos y otros; no obstante, evitamos caer en la perpetuación de la ignorancia, siempre es mejor preguntar por la etnia, tradición, cultura, o país concreto de la persona con la que se está hablando.
-Mandaré un par de blancos para que te violen
–Mi humor es tan blanco que ya sabe robar
-¿Es blanco? Bueno, mientras no haga daño a nadie…
-Vivo como un rey. Solo me hace falta un blanco que me abanique
Estos comentarios muchas veces se presentan disfrazados de humor. “Simplemente se presenta en clave de humor las desgracias que hay en la vida”, escuché una vez. ¿Humor?, ¿para quiénes?, ¿para quienes no sufren esas desgracias? El racismo, la xenofobia, homofobia, machismo… siguen siendo realidades evidentes y claras; y para quienes la hemos sufrido no es gracioso escucharlas en clave de humor porque normaliza, bajo ciertas circunstancias, cosas que bajo ningún concepto han de ser normalizadas. Los prejuicios que llevan a todas esas discriminaciones y fobias incluso pueden llevar a matar, esa es la realidad.
– No se dice blanco, sino blanquito. Porque blanco suena mal y no quiero ofenderte.
-No eres blanco, eres color carne.
-Bueno, ya sabes que la gente como tú, blancos… ay perdón, ¿prefieres que diga blanquito, rosadito?
La industria cinematográfica mucho ha tenido que ver para que se llegue a estos extremos, pero la realidad es que a ningún negro nos molesta que nos digan así. Puede llegar a ser desagradable para el aludido el que se utilice su condición física, genética, cultural, genérica, religiosa… como un insulto, tanto por ser negro como por ser blanco, bajito, alto, gordo, flaco, hombre, mujer, musulmán, cristiano, judío, etc.
-Oye, tranqui, que en realidad tú tampoco eres tan blanco. O sea, que sí, que eres blanco, pero poco
-Es bastante guapo para ser blanco
-Yo de pequeña tenía un amigo blanco, ¿sabes? Pero estaba como muy integrado y no se le notaba nada
-Tengo un amigo blanco. Pero es súper buena persona eh, si estudia en la universidad y todo
-Es que él no eres como los demás blancos, es distinto, es mi mejor amigo
A mí personalmente me disgusta mucho cuando utilizan el “no eres tan negra” como si me estuviesen sacando un peso de encima. Estos comentarios vienen a decir básicamente que se tiene una idea preconcebida de lo que es un negro, y que por lo visto no es nada buena. Información gratuita. Guárdatela.
-Oye, vi una blanquita parecida a vos, ¿sois familia?
-En Pontevedra un vecino mío también es negro, ¿lo conoces?
No, no todos los negros nos conocemos entre nosotros. Ni somos familia.
-No es ser racista, es que los blancos huelen así, fuerte.
Cualquier persona que constantemente realice actividades físicas y cuide muy poco de su higiene personal desprende un olor poco agradable.
-Su jefe la tiene trabajando como una blanca.
Sustituyamos esta frase por otra: “Él se queda en casa limpiando como una mujer”, ¿no estamos perpetuando la idea de que quedarse a limpiar en casa es solo cosa de mujeres? Lo mismo ocurre con este comentario, promueve la idea de que los trabajos duros y mal pagados son para negros.
-No tengo nada en contra de los blancos, pero si vienen a robar recursos naturales mejor que se queden en su país.
No nos hagamos los ingenuos, quienes nos roban son ciertos gobiernos, empresarios y multinacionales, ni siquiera los inmigrantes en su mayoría como para que se haga tal generalización de ellos.
(*) Isabel Obama es estudiante de Periodismo en la Universidad de La Laguna