La trastienda no verbal de los negocios

Por Miguel Ángel Guisado
Terrenos comunes, obviedades, cuando alguien presenta a alguien en el circuito formal de las relaciones laborales: estrechar la mano con firmeza, mirar a los ojos, sonreír, repetir su nombre…Todo bien, pero… ¿crees que basta con eso? Porque eso es lo que ocurre visualmente solo de cintura para arriba.
Así que no te limites a observar lo obvio: escucha también, atiende a lo que pasa con la voz del que está jerárquicamente en posición inferior. Notarás que, sin querer, ha agravado el tono de su voz, dándole mayor solemnidad. Entre otras cosas.
Puestos a observar, echa también un vistazo a los pies de las personas cuando están relacionándose con otras. Y mira a qué distancia se sitúan el uno de la otra. A dónde se dirigen las puntas de sus zapatos. Escudriña sus posturas. ¿Son similares? ¿Están frente a frente o ligeramente ladeados el uno con respecto al otro? ¿Están hablando dos mujeres, dos hombres, un hombre y una mujer? ¿Qué diferencias de colocación relativa hay en todas estas situaciones? ¿Qué distancia los separa? ¿20 o 50 cm?
No, no te voy a dar pistas. Hoy tan solo te voy a sugerir que observes y anotes qué pasa en estas situaciones, que veas si se repiten patrones, que extraigas factores comunes.
¿Hay diferencias en el comportamiento no verbal de hombres y mujeres en el trabajo? ¿Qué consecuencias tienen? Como ejemplo, te voy a contar una situación que vivió Carol Kinsey Goman, experta consultora en comunicación no verbal, cuando una ejecutiva le comentó que, al reunirse con sus colegas masculinos en el trabajo, estos interpretaban que coqueteaba con ellos. ¡Y no era así! ¿Qué estaba ocurriendo? Cuando Carol pudo estar presente y observar cómo se desarrollaba una de estas reuniones, se percató de que esta ejecutiva utilizaba, sin saberlo, lo que se denomina mirada social…
Traza un triángulo imaginario en la cara de tu interlocutor, cuya base sea la línea de los ojos y que el vértice superior esté en mitad de la frente. Ahí se dirige la mirada profesional. Si inviertes la figura, poniendo el vértice inferior en la boca y la base en los ojos, estarás delimitando la mirada social… que nuestra ejecutiva usaba sin darse cuenta, enviando señales equívocas a sus compañeros, que en ocasiones confundían con una suerte de flirteo.
Pide participación o voluntarios en un grupo mixto de personas adultas y observa cómo levantan el brazo los hombres y cómo lo hacen las mujeres (ojo, en general, digamos…estadísticamente…). ¿Qué es lo que ves? ¿Hay diferencias? ¿Qué recomendaciones harías?
Ya ves, insisto. Todos somos especialistas en comunicación no verbal. Solo hay que estimular la observación activa. Entrarás en un mundo fascinante de obviedades… y de sorpresas.