Drones con muchas soluciones

A mediados de marzo, el presidente del Banco Mundial, el Dr. Jim Yong Kim, desembarcaba en Kigali, la capital de Ruanda y en una de sus primeras declaraciones elogiaba el uso de drones en el país para el transporte de sangre en caso de urgencias como un ejemplo claro de cómo un gobierno puede utilizar las últimas tecnologías para mejorar la vida de sus ciudadanos.
El 14 de octubre de 2016, Ruanda se convertía en el primer país del mundo en utilizar aviones no tripulados para salvar vidas. Estos vehículos se utilizan para llevar sangre para pacientes necesitados, medicinas y vacunas a las partes más remotas del país, muchas de ellas inaccesibles por carretera.
El proyecto, que gestiona la empresa estadounidense Zipline Inc., tiene su base en Muhanga, en el sur de Ruanda y tiene intención de expandirse por todo el país para cubrir todas las zonas más aisladas.
El uso de drones reduce la duración del envío a solo 30 minutos mientras que si se hiciera de forma convencional se necesitarían de cuatro a cinco horas.
Este no es el único caso de uso de drones en el país. Charis Unmannned Aerial Solutions fue la primera compañía en utilizar aviones no tripulados en Ruanda. Creada en 2014 y sin parar de crecer, ofrece servicios en agricultura, fotografía aérea o construcción entre otros. Fue fundada por Rutayisire Eric Muzinga, con un máster en ingeniería electrónica por la Universidad de Minnesota, EE.UU, su hermana Ingabire Muzinga y Segare Teddy, un ingeniero electrónico graduado en el Instituto de ciencias y tecnología de Kigali (KIST). La compañía no solo monta los dones sino que desarrolla toda la tecnología que necesitan para adaptarse a los trabajos para los que son requeridos.
Pero estos no son los únicos drones que surcan los cielos de África. El uso de estos aparatos se está generalizando poco a poco.
En varias partes del continente se utilizan para vigilar y perseguir la caza furtiva. Por ejemplo, en la provincia sudafricana de KwaZulu-Natal, aviones no tripulados vigilan las reservas de rinocerontes llegando a donde los guardas de los parques no pueden llegar.
Los drones también son empleados para mejorar la oferta de conexión a internet, salvando así las deficiencias generadas por la falta de infraestructuras. Los proveedores de servicios de internet han encontrado que allí donde la fibra óptica no llega por no ser rentable, los aviones no tripulados lo pueden hacen. Google y Facebook ya han empezado a experimentar con esta posibilidad.
En otras partes están reemplazando a los helicópteros que hasta el momento se usan para la obtención de imágenes aéreas, abaratando el servicio. Un buen ejemplo es la compañía sudafricana DroneSnap que lleva operando desde 2014. Sus precios son un 70% más baratos que los requeridos en un servicio tradicional.
También en Sudáfrica, DroneScan ha desarrollado drones para ayudar en la gestión de grandes almacenes y ofrecer soluciones de gestión de stocks. Los aviones pueden navegar en interiores y leer los códigos de barras de los productos guardados en las naves para hacer inventarios, por ejemplo; llegando, además, a las alturas, sin esfuerzo. Es una solución ideal para grandes compañías. Este sistema ahorra cientos de horas y de trabajo tedioso.
Un poco más banal es el servicio que ofrece la compañía egipcia Drofie que aplica la tecnología de los aviones no tripulados al mundo de la auto-fotografía, o selfie. se trata de un drone con una cámara de bolsillo que puede seguir a su propietario y tomarle fotos.
Estamos solo al inicio de este gran desarrollo que seguramente en los próximos años crecerá enormemente ya que se está demostrando que los aviones no tripulados pueden solucionar muchos de los problemas a los que día a día se enfrentan las mujeres y los hombres de África.