Aero-vederci Tenerife! Tres momentos que explican el mito de Aerosmith

Por Carlos Fuentes @delocotidianocf
La memoria no es infalible, pero desde aquella visita de Michael Jackson para cantar el 26 de septiembre de 1993 no se había visto tanta expectación por un artista de la primera división mundial del rock. Es cierto que desde que vino el autor de Thriller la isla de Tenerife ha recibido a otros grandes nombres de las músicas contemporáneas. De Elton John a Gloria Gaynor, por citar dos casos recientes. También a un puñado de músicos de alcurnia, quizá no tan vendibles ni populares como las estrellas pop, pero sin duda artistas de enjundia. De la noche mágica con Jeff Tweedy y Wilco a los espasmos vociferantes de Nick Cave o la clase, infinito charme, de Van Morrison en el Auditorio de Tenerife.
Pero lo de este sábado es distinto, diferente y, valga por una vez el subrayado, excepcional. Porque en Tenerife se despide de los escenarios europeos uno de los grupos de más larga trayectoria en el rock de todos los tiempos. Aerosmith desembarcará en el escenario del estadio Heliodoro Rodríguez López con su dupla fundamental al frente: el vocalista Steve Tyler y el guitarrista Joe Perry. Llevan 47 años juntos, entre tormentas, tempestades y no pocos ejercicios de supervivencia por el lado más salvaje de la vida. ¿Pero cómo explicar qué es y, sobre todo, por qué es tan importante Aerosmith? Llevaría unos cuantos folios, aunque quizá estos tres momentos retraten bien la grandeza de los de Boston.
Una balada volcánica
Creado de las cenizas de dos bandas anteriores, la trayectoria de Aerosmith tiene un primer retrato esencial en los vaivenes que sufrió la formación liderada por Steve Tyler. A mitad de los años ochenta, el grupo luchaba por superar las complicaciones profesionales derivadas de los problemas con las drogas de varios de sus componentes. La resurrección se produjo a finales del verano de 1987 con Permanent Vacation, noveno disco de la banda. El álbum de las alas explota con una docena de canciones de alto octanaje y al menos tres de ellas trepan sin descanso en las listas de éxitos de música rock. Ya nunca faltarán en sus conciertos Dude, Rag doll y, sobre todas ellas, la ardiente balada Angel.
La pistola de Danny
Dos años después llegó otro feliz verano casi otoño. El 12 de septiembre de 1989 apareció Pump, el décimo capítulo discográfico de Aerosmith. Y quizá el más completo de sus trabajos. Menos discusión admite que Pump terminó de abrir las puertas del público masivo y permitió que el grupo se incorporara con todos los méritos al paquete de grandes bandas de estadio. También marca un hito en la historia de Aerosmith, ya que la canción Janie’s got a gun obtuvo el premio Grammy por mejor interpretación de rock a dúo. Fue el primer Grammy y el primer premio gordo del conjunto de Boston. Una curiosidad: el año pasado Steve Tyler publicó otra versión de la historia del niño Danny (luego la canción cambió por Janie) en su disco en solitario We’re all somebody from somewhere.
Adiós, queridos supervivientes
La gira de despedida de Aerosmith es un juego de palabras, pero también una finta al destino de un final triste o atropellado. Aún en forma más que aceptable, el conjunto de Steve Tyler y Joe Perry aprovecha sus dos horas de cada recital para repasar con esmero los hitos principales de la historia del grupo de Boston y, al menos en las principales capitales europeas, aprovechar el altavoz rock para rendir homenaje a sus compañeros de viaje y manifestar su solidaridad con las víctimas de los ataques terroristas en Inglaterra y Francia. Es el último aperitivo antes de la noche de despedida en Tenerife, una sentida versión al piano de la canción Dream on interpretada en el Estadio Olímpico de Moscú justo la noche siguiente de la matanza en el concierto del Manchester Arena.