Salud y sabor en El Duende de Fuego, una experiencia para los sentidos
No hay nada como comer, y comer bien es uno de los grandes placeres de la vida. Así es que Pedro Hernández Castillo, chef y dueño del gastrobar El Duende de Fuego, ubicado en la isla de La Palma, se ha propuesto que ninguno de sus clientes se pierda esta increíble experiencia para los sentidos, mucho menos aquellos que padecen intolerancias alimentarias, ya que más del 90% de los platos de la carta están adaptados para ellos. Este mes de agosto de 2017 el establecimiento cumplió tres años de su apertura y para celebrarlo nada mejor que una gran fiesta de platos en la cocina, en la que se trabaja a destajo para hacer felices a los comensales que esperan sin prisa en el comedor. Allí no hay estrés, no hay móviles, no hay amarguras, solo una música suave y la buena conversación que caracteriza el slow food, al que también se alinea este lugar, único en su género.
De la cocina de El Duende de Fuego salen elaborados los platos, que se cocinan en el momento con productos ecológicos de la isla, catalogados como de kilómetro cero. Y es que en este local de restauración no solo el fuego hace la magia, sino que además de en el corazón de Pedro Hernández y en los fogones, el secreto está también en los productos de primera calidad, cultivados en esta isla declarada Reserva de la Biosfera. Pedro Hernández va a seleccionar en persona los ingredientes con los productores ecológicos. Va sin prisa. Entra con ellos a recoger las lechugas en las huertas, dialoga sobre cómo ha cambiado el mundo entre aromas a queso curado, o los acompaña a las bodegas al atardecer para llevarse las cajas de vino de la tierra, el más bueno siempre, según su opinión, “porque una de las ventajas de estar en La Palma es que la calidad de los productos de aquí no se encuentran en ningún sitio”.
Así, ha conseguido reunir en la carta que ofrece en El Duende de Fuego productos para diferentes paladares con lo mejor de aquellas cocinas de Europa en las que ha estado trabajando antes de venirse a su tierra natal, La Palma, a cumplir el sueño de tener su propio Gastro bar con los productos y sabores de la isla que añoraba y que siempre ha llevado consigo. Arroces preparados de nueve formas diferentes, carnes de la tierra con salsas que quitan el sentido lógico, cocina raw food y platos para celíacos u otras intolerancias alimentarias. “Por aquí han pasado personas con más de veinte alergias”, recuerda Pedro Hernández Castillo, “y han podido comer, de la carta, confesándome que era la primera vez en la vida que podían hacerlo. Esto es lo que da sentido a mi trabajo”, agrega emocionado.
De hecho, los comensales de El Duende de Fuego, dado el especial cuidado que pone Pedro Hernández Castillo en que coman adecuadamente las personas que padecen alguna alergia alimentaria, pueden vivir una experiencia añadida que ofrecen pocos establecimientos de restauración. Y es que nada más sentarse, y a modo de recibimiento, el mismo chef se acerca a las mesas para saludar y preguntar a los que considera como sus invitados, qué es lo que desean y si padecen alguna intolerancia o alergia alimentaria. Además, les explica las peculiaridades de los platos que se ofrecen, su procedencia y la riqueza de matices con los que han sido mezclados los ingredientes por el mismo. Les introduce en la experiencia culinaria que van a vivir, multiplicando exponencialmente el placer de comer con un trato personalizado, único.
