Africa 3.0

Angola rompe su silencio con Borja Monreal

Dice Borja Monreal que la guerra más duradera del mundo no fue en Europa, Estados Unidos, Oriente Medio, Asia, América Latina sino en Angola. 40 años sangrientos a cuyas víctimas da voz en El sueño eterno de Kianda, que acaba de obtener el Premio de Novela Benito Pérez Armas, uno de los mejor dotados y de mayor proyección en España, convocado por Fundación CajaCanarias.

kianda-foto-ConvertImage“Ahora podemos ver víctimas y verdugos en el mismo gobierno”, reconoce en una charla á preguntas de Álvaro Marcos Arvelo y el público que acudió hambriento de conocimiento sobre África y Angola. “Tienes que ser capaz de olvidar, si no no puedes vuvir allí”, justifica este periodista y escritor. “Piensas y reinterpretas la realidad de otra manera o no puedes vivir. Y a ellos les ha funcionado, aunque el precio a pagar es muy alto: las víctimas siguen sin reconocer y siguen siendo víctimas, condenadas al ostracismo social. Y así los jóvenes no son conscientes de las barbaridades del pasado. Y así llegará el olvido; eso, por ejemplo, le funcionó muy bien a España”.

La guerra también eliminó el poder de la comunidad y sus ancestros, según relató Borja Monreal. “La guerra deshizo y desaparecieron muchas costumbres, pero se pueden retomar; se colonizaron las mentes, sobre todo con el lenguaje, por eso ahora hay un notable movimiento para recuperar lenguas y recuperar la sociedades”, donde se incluye un renacimiento del orgullo nacional angoleño y africano y que escritores africanos recuperen y trabajen en sus lenguas originales”.

Líderes africanos expoliadores

Ante el debate de que África ha sido y es expoliada por Occidente, China y las multinacionales, el escritor tiene una visión muy particular: “El principal expolio de África lo cometen sus líderes. El principal expoliador son los líderes africanos. No hay más que ver las haciendas inmensas de muchos ministros. Y esto no sólo ocurre en Angola; lo mismo en Etiopía o Guinea Ecuatorial, por ejemplo”. Por eso, añade, “los jóvenes no se están levantado en toda África contra los chinos, ni las multinacionales, sino contra sus propios líderes. Mira en Zimbabwe la revolución digital cívica y ciudadana, que sin necesidad de llegar a las armas se levantó contra Mugabe. Mira Tanzania, donde un movimiento similar propició un cambio brutal del gobierno, que ahora abandera la corrupción cero. En los medios de comunicación no lees nada sobre eso, pero ocurre y en muchos sitios a la vez. Por ejemplo, Ruanda, con una dinámica sociedad civil, llena de emprendedores con decenas de iniciativas digitales que ni imaginamos desde fuera de África. Los jóvenes han retomado una revolución digital tomando el testigo de la revolución inacabada de sus padres”.

Sobre su labor como escritor, Borja Monreal asegura que “creo en el cambio en todos los sitios; escribo como activista. Tenemos la capacidad de cambiar absolutamente todo. Siempre hay alguien que nos dice “esto es imposible”. Ha pasado incluso con los asuntos que menos te imaginas. Si ahora te dicen que una vez se cortaron cabezas en Francia o que alguien como Donald Trum presidiría los Estados Unidos no te lo creerías y, sin embargo, ha ocurrido… Así que ¿quién se atreve a decir que las cosas no pueden cambiar?”. Aplicado a la África que él más conoce, añade que “Angola ha mejorado en todo. No se lió en las elecciones pasadas, hay un cambio sustancial y se nota. Y lo mismo está pasando en distintos lugares de África… Y eso no lo ves en Europa. El desempleo en África es cero. Todo el mundo hace algo para sobrevivir y ese espíritu, esa decisión, ya no la veo cuando estoy auí. En África están ocurriendo muchas cosas que aquí no se visibilizan”.

Ese paisaje común africano también lo comparte Angola. Por ejemplo, dijo Monreal, “en un país 2,5 veces España, con cinco personas/km2, no encuentras en su capital (Luanda) un apartamento por menos de 12.000 dólares al mes o lo normal es entrar en restaurantes a 100 dólares cada plato. Y todo eso”, añade, “junto a las peores favelas de áfrica”.

Censura en Angola y Casa África

Agura Monreal que no teme por su vida tras la publicación de un libro que da voz a las víctimas de Angola, pero sí que prevé algunas consecuencias y lo que irónicamente llama molestias. Por ejemplo, “seguro que algo me pasará cuando solicite el próximo visado”, pero advierte que la censura por El sueño eterno de Kianda no sólo la sufrirá en Angola. También, por ejemplo, ya la ha sufrido en España: “No me dejaron presentar el libro en Casa África porque se supone que dañaría las relaciones bilaterales, así que imagínense qué la habría pasado a un angoleño si intenta escribir sobre eso. Como me dicen muchos allí, yo, al menos, tengo la posibilidad de salir con alfrombra roja; ellos no”.

El escritor navarro asegura que escribió esta novela con un triple propósito: “es un trabajo entretenido y bueno, tiene la intencionalidad de transmitir unos valores y, sobre todo, si no lo pueden escribir los hijos de los asesinados lo hago yo en su nombre; la historia que no dejan contar a los angoleños no me la hubieran dejado contar ni a mi”.

 

 

 

 

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