Nueva escalada de tensión en el oeste de Camerún

La situación en el oeste de Camerún, donde se autoproclamó simbólicamente la República de Ambazonia el pasado mes de octubre, empeora día a día. Cada vez parece estar más lejos la posibilidad de lograr una solución pacífica y negociada a las quejas que los habitantes de la región tienen contra el gobierno central de Yaundé.
Miles de personas huyen de las aldeas en las provincias occidentales de habla inglesa de Camerún. Los aldeanos acusan a los soldados del ejército camerunés de cometer violaciones, asesinatos y acoso contra ellos, pero los militares se defienden echando la culpa a los insurgentes mientras mantienen que ellos están allí para defender a la población. La situación también afecta a las comunicaciones con Nigeria. Debido a la situación que se vive en la región el tráfico de mercancías con este país vecino ha decaído grandemente, especialmente por el gran número de puestos de control que policía y militares han montado a lo largo de las carreteras y los abusos -petición de sobornos, sobre todo, para dejar pasar- que en ellos se comenten, informa VOA.
A finales de noviembre, siguiendo la muerte de dos policías y varios soldados en ataques perpetrados en la región, el presidente Paul Biya declaró una guerra abierta contra los grupos separatistas anglófonos al calificar sus acciones como criminales. El Gobierno insiste en que los insurgentes han sido entrenados y armados en Nigeria, de ahí que sus acciones cada vez sean más letales. Los líderes de la región niegan estas acusaciones y claman que los jóvenes se han tenido que refugiar en la selva huyendo de la brutalidad del ejército.
La mayoría de las escuelas de la región siguen cerradas después de un año, cuando en noviembre de 2016 abogados y profesores organizaron una huelga para protestar contra la imposición del francés. Más tarde se unieron grupos separatistas, tras lo cual la respuesta de Yaundé fue el uso de la fuerza contra la población civil, el encarcelamiento de los líderes regionales y cortar el acceso a Intertet para aislar la región.
El presidente Biya ha declarado que no está dispuesto a negociar con los separatistas ya que no cabe esa posibilidad bajo la constitución camerunesa. Pero los secesionistas no cejan en su empeño.
Recordemos que el pasado 1 de octubre, Sisiku Ayuk, autoproclamado presidente de Ambazonia, declaraba en las redes sociales la independencia simbólica de esta república que engloba las dos regiones anglohablantes del oeste de Camerún. Las manifestaciones y celebraciones que siguieron a este acontecimiento fueron duramente reprimidas por la policía y dejaron, al menos, siete muertos (algunas fuentes los elevan a 17) y numerosos heridos.
En vísperas de aquel acontecimiento, llegaron refuerzos policiales a las principales ciudades de la región, especialmente a Buea, capital de la región del suroeste (y de Ambazonia), y Bamenda, capital del noroeste. Esto no paró a los ciudadanos ni a los líderes regionales, que siguieron adelante con sus planes y proclamaron la independencia simbólica de la nueva república, acto que fue secundado por cientos de personas que salieron a las calles con pancartas y banderas del nuevo país. Luego vinieron las balas que intentaban terminar con las celebraciones y se produjeron muertos y heridos.
Desde entonces la presencia militar en la zona se ha incrementado poco a poco y, a pesar de ello el ejército niega la militarización de la región. Lo cierto es que cada vez las posiciones de unos y otros se radicalizan más y más y los choques son más violentos. Al final, como suele ser habitual en estos casos, la población civil es la que más sufre. Las situación en la región se deteriora por días y no se atisba una salida pacífica al conflicto en el corto plazo.