¿Amor o dependencia?

Los celos son siempre el instrumento certero que destruye la libertad interior y elimina en la compañía toda la felicidad posible.
Gregorio Marañón
El amor no significa ser propietario de alguien. Parece evidente ¿verdad? Pues, aunque así debería ser, la confusión que existe entre dependencia emocional y amor, puede llevar a nuestra relación por caminos tortuosos e, incluso, peligrosos.
Ser consciente de ello, sin embargo, resulta a veces muy complejo. En nuestra propuesta de hoy te vamos a dar algunas claves para identificar un amor confundido, en ti o en tu pareja.
No permites (o no te gusta) que pase tiempo con otras personas
Es indudable que nos gusta pasar tiempo con la persona que queremos, pero esto no significa que tengamos derecho absoluto sobre su tiempo y su entorno. Ambos son personas libres que tienen la posibilidad de compartirlo con otras personas.
Si esto te provoca celos, no es amor. Es dependencia emocional. Ser celoso o celosa, no es divertido. Es tóxico y peligroso.
Cambias tu forma de ser y de actuar por tu pareja
A ver. Que alguien me lo explique. Si nos enamoramos de alguien por como es, ¿por qué queremos que cambie, tras comenzar una relación? Este es uno de los clásicos de la dependencia emocional confundida con el amor.
Suponemos que la persona con la que estamos debe cambiar sus hábitos, porque está con nosotros. Aunque, obviamente, hay algunos que cambiaremos, extender esta “obligación” a todo lo que nos pueda incomodar, no es algo saludable.
Cortas tu vida social (y esperas que la otra persona haga lo mismo)
Este es otro de los habituales. Estoy con alguien y decido que es la única persona con la que voy a estar. Suspendo voluntariamente toda relación externa, y únicamente me centro en la persona amada. Y además le exijo que haga lo mismo.
Este es uno de los caminos más directos hacia una relación tóxica.
Quieres una localización permanente.
Este aspecto se ha agudizado con la disponibilidad inmediata que proporcionan los dispositivos móviles. Si no contesta a tus llamadas o a tus mensajes, piensas inmediatamente en lo peor, organizando una tragedia imaginaria que te provoca un estado de ansiedad dificilmente soportable.
Quieres que tu pareja cumpla siempre tus expectativas
Tenemos expectativas. Es normal. Pero debemos ser conscientes de ello. De lo que son. Simplemente una hipótesis, basada en suposiciones o deseos, respecto a lo que otra persona debería -o nos gustaría-, que hiciese. En fín, un disparate.
Podemos esperar que alguien que queremos haga determinadas cuestiones. Pero por lo general, las expectativas no son una buena forma de conseguirlo. Siempre es mejor hacérselo saber. Y mucho más divertido si lo hacemos de forma divertida.