Crisis

Es éste uno de los términos, una de las palabras más utilizadas en los últimos tiempos. Crisis de todo y de todos. Cambio, en definitiva, que es una de las acepciones que nos aporta el diccionario de la RAE.
Por todos lados hay crisis. La sociedad, la política, la familia, el comercio,,,mírese a donde se mire se ven los cambios, una veces para bien y otras para mal. El caso que puede suponer un peligro para el desarrollo de un asunto o un proceso, como se lee en su propia esencia, en su definición más inmediata.
Las hay históricas, como veremos, de alcance mundial; pero también cercanas o, incluso, crisis íntimas. Y de todo tipo que han hecho temblar a la humanidad. Como aquella de la peste europea que eliminó a gran parte de la población del continente. O económicas. La de España, no hace tantos años, y de la que aún no estamos recuperados del todo.
Y todo el mundo ha oído hablar de la famosa del 29. O con denominaciones curiosas, como la llamada “crisis de los tulipanes” o “tulipomanía” que, y leo en el archivo histórico correspondiente, ” fue un período de euforia en los Países Bajos en el siglo XVII y que multiplicaron el valor de la flor – quién lo iba a decir – por 100, en tan solo cuatro años”. Bueno, esto es anécdota, que diría la Flores, hija. ( Hablando de flores… jeje)
No hay que olvidar que esa flor, el tulipán, era un símbolo de riqueza que provocó una tremenda furia compradora.
Pero ya está bien de historias pasadas.
Todos hemos sufrido, o gozado, crisis cercanas o personales. ” Estoy en crisis”, hemos confesado en más de una ocasión.
Pero lo de hoy, viene a cuento, creo yo, por el desánimo generalizado que se detecta por todas partes. Y a mucha gente.
Ahora mismo, en el momento en el que redacto esta reflexión, veo en la pantalla de la tv la carioacontecida cara del de, en un tiempo, un todopoderoso Rodrigo Rato. ¿Está en crisis? Pues sí. Un cambio importante. De aquel que vimos, también en la tele, sonriente, fanfarrón, haciendo sonar, tocando la campanilla, que anunciaba a Bankia como una inversión segura y que arruinó a muchos pequeños ahorradores, sobre todo pensionista de avanzada edad que confiaron ahí sus monedas; habitualmente, no muchas.
Pues quién lo ha visto y quien lo ve, como hoy, contando de sus andanzas financieras, al parecer, un tanto extrañas, creo que en el Parlamento Nacional…
Hoy preocupan mucho las crisis humanitarias, sociales y políticas. Ahí están los casos,por ejemplo, de Siria y Venezuela. O la que nos ha afectado a todos, con los precios de los combustibles fósiles.
Y más cercanas, la política regional y local que, aún sin quererlo, nos altera nuestro estado de ánimo o nuestros intereses.
Menos mal que la Navidad, Fin de Año y Reyes, con las bebidas, los turrones y los polvorones y los regalos, nos han alegrado horas de la vida. Y ya, de seguido, los carnavales, que están llegando.
¡Pero de que coño nos quejamos!
De los políticos, como no.
¿Pero yo no iba a hablar de crisis?
Cambio. Otro día. ¡Anda que…!