Aminata Traoré: “Occidente es quien define lo que tiene que ser el desarrollo”

“No existe un África diferente o un Mali diferente a España en cuanto al paradigma de desarrollo, que no está centrado en las personas sino en la economía, en el que se quita a la población en beneficio de las grandes empresas. Cuando vemos ese mundo desarrollado (entre comillas) vemos que todos tenemos el mismo problema, sólo que por nosotros pasó primero el rodillo del Banco Mundial y el FMI”, dice Aminata Traoré. Junto a esta escritora maliense están, en el Foro Enciende África celebrado en Santa Cruz de Tenerife, el director de cine suizo-ghanés Jarreth Merz y el periodista freelance en África Xavier Aldekoa. Tres perspectivas que han alumbrado el papel del continente Hacia nuevos horizontes, la conferencia que abre el décimo aniversario de Enciende la Tierra, centrado en esta edición en las realidades africanas.
Para dar respuesta al planteamiento de a qué escenario se dirigen los países africanos, los ponentes invitados a este coloquio organizado por la Fundación CajaCanarias han puesto el foco en la pregunta dónde está África para dilucidar hacia dónde va. Y aunque cada vez asoman más las informaciones que complementan la imagen del continente al contextualizar los hechos y difundir también lo positivo que allí ocurre, desde fuera todavía se asocia al continente casi de manera exclusiva con la pobreza, la migración y los conflictos. Por ello Traoré puntualiza que “la violencia es económica, política, institucional y cada vez, desgraciadamente, más militar. Nos encaminamos a la militarización de la cooperación. En mi país han desembarcado miles de soldados que impiden que la economía prospere, y Mali no solicitó esa ayuda. Nadie ha constatado que, en realidad, ya estamos en paz y que queremos que se marchen porque ahora todo gira en torno a la militarización de la economía. No vienen turistas y nadie puede moverse libremente por el país”.
Precisamente España es quien acaba de tomar el mando de la operación europea en Mali, el considerado bastión de los grupos rebeldes del Sahel, que alberga una crisis desde 2013 que no trata sólo de terroristas y militares, sino también de una gran sequía que asola a la población en la actualidad. Para la activista maliense “cualquier pretexto es bueno para ocuparse de África. Estoy cansada de la instrumentalización de las causas justas, incluida la de la mujer”. Y añade: “Occidente ha decidido elegir por mí y es quien define lo que tiene que ser el desarrollo. Construye un discurso ajeno sobre mí como mujer y sobre mi continente. Su comportamiento frente a África es el mismo que el del hombre dominante hacia la mujer”. Se refiere a declaraciones como las del presidente francés Emmanuel Macron, quien durante la última cumbre del G20 aseguraba refiriéndose a África que “cuando unos países tienen todavía hoy siete u ocho hijos por mujer, podéis decidir gastar miles de millones de euros, no estabilizaréis nada”.
Ante comentarios como éste, Traoré lo tiene claro: “Yo digo que no quieren ir a África para desarrollarnos sino para recolonizarnos”. Y apunta que Macron “se olvida que la cuestión de la fecundidad es una realidad compleja y diversa; es diferente en el ámbito rural que en las ciudades y, además, no todas las mujeres africanas tienen siete u ocho hijos. El mundo está expuesto en una crisis del miedo al otro y la crisis existencial, económica y migratoria que atenaza a Europa sin precedentes va a encontrar la solución en África porque todos los recursos actuales y futuros que Occidente necesita están allí. Y nosotros necesitamos más agua que militarización; nuestros destinos están entrelazados y debemos seguir ese hilo que nos une, no romperlo”.

El periodista español Xavier Aldekoa, durante su participación en el foro Enciende la Tierra, de Cajacanarias
Atendiendo a ese acercamiento y comprensión mutua, Xavier Aldekoa indica que “contar lo que ocurre en los países africanos sin contextualizarlo es hacer pornografía de la miseria”. El periodista aproxima al auditorio canario a las circunstancias del continente a través del fenómeno migratorio, a sabiendas que uno de los elementos que determinan el interés del público es la cercanía con la información y que las Islas actúan como puente de la ruta africana hacia Europa. “La migración no sólo tiene que ver con la gente que se mueve, sino también con la que se queda. Yo pensaba que los motivos que llevan a la gente a hacer este camino tan arriesgado eran muchos: el hambre, la pobreza,… Pero al preguntar en África me dijeron que ésa era una visión muy occidental y que la razón principal es el amor, el amor por tus hijos, para que ellos tengan un futuro mejor. Es indispensable escuchar a los africanos para hablar sobre África”, explica.
Y tan indispensable es escuchar como reflexionar sobre lo que cuentan. Qué tenemos que ver nosotros con que ellos vengan podría ser una de las preguntas que hacernos. “La colonización europea en el continente demuestra no sólo que tenemos responsabilidad en lo que ha pasado con África, sino también capacidad para cambiar lo que allí ocurre”, afirma Aldekoa, al tiempo que asegura que bastaría con que “los dejásemos, porque ellos ya están actuando para el cambio”. Jarreth Merz coincide: “Muchos jóvenes africanos están demostrando a los líderes de sus países que no los necesitan para cambiar sus realidades”.

El cineasta ghanés, Jarreth Merz, durante su intervención en el foro Enciende la Tierra, de Cajacanarias
El cineasta pudo comprobarlo con sus propios ojos al rodar ‘An african election’, el documental por el que regresó al país donde se crio y en el que relata las elecciones presidenciales ghanesas del año 2008. Merz no regresaba a Ghana desde hacía casi treinta años, cuando sus padres decidieron dejar el país debido al golpe de Estado. “Como migrante viví la experiencia de ver cómo se me encasillaba. Decidí integrarme y llegué a sentir vergüenza de lo que significaba ser africano. Dudé de mis orígenes por la percepción que se difunde de África en los medios de comunicación”, relata. Esta crisis de identidad fue, sin embargo, la que le llevó de nuevo a conectar con sus raíces y volver al hogar de su infancia: “Cuando me fui escuchábamos vinilo y cuando llegué todo era digital. Recordé la cultura democrática tan rica que hay en Ghana, con sistemas matriarcales entre las comunidades tradicionales y con un sistema actual que no es perfecto, pero en el que las personas de todos los espectros políticos se unían para avanzar. Lo que vi al regresar me hizo preguntarme cómo es posible que estemos viendo África como una causa perdida cuando ofrece un sinfín de posibilidades”.