Isla de Santorini

Aunque hoy día, es bastante difícil encontrar sitios o lugares incógnitos en este planeta, que puedan sorprender la mirada del viajero, por no haberlo visto antes en fotos, libros ó Internet. La isla de Santorini que aún siendo uno de los “santuarios del turismo” más fotografiados, sigue ofreciendo un cierto y esperado encanto. Con un aire casi oriental de casas abovedadas construidas sobre el acantilado, estrechos y serpenteantes caminos que le confieren un aspecto de laberinto colgante, y sus colores. Esos luminosos colores azules de techos, puertas y ventanas, que destacan sobre la predominante sintonía blanca de sus construcciones.
La isla griega de Santorini, perteneciente a las islas Cícladas y situadas en el Mar Egeo, es en realidad lo que queda de una enorme explosión volcánica que hizo desaparecer gran parte del territorio de la antigua isla, dando así origen a la actual caldera geológica, que la convierte en un pequeño archipiélago circular.
Pasear por entre las intrincadas calles de interminables subidas y bajadas, plagadas de escaleras y pasadizos. Disfrutar y admirar en primera línea, de las blancas edificaciones de azules cúpulas y ornamentados campanarios, que se recortan sobre el apacible mar. Capturar esa imagen tan típica de Santorini, que se mantendrá en nuestro recuerdo y en nuestras fotos. Hace que valga la pena sobrevivir con cierto éxito a la oleada turística, que de manera constante invade la isla.