Santo Tomé y Príncipe. Viaje al centro del mundo

Viajar al centro geográfico del mundo está al alcance de cualquier turista, pero solamente unos veinte mil optan cada año por esta oportunidad. Aunque no es una realidad muy conocida, el país que más se aproxima a este punto por su proximidad al Meridiano de Grenwich y estar atravesado por la Línea Ecuatorial, es Santo Tomé y Príncipe que sin embargo aparece como uno de los que menos visitantes foráneos recibe cada año. Conociéndolo, bien puede decirse que son muchos los que se lo pierden.
Aparte de las dos islas mayores, Santo Tomé y Príncipe, que le dan nombre y centralizan la actividad administrativa del Estado, el país es un archipiélago en el que nada de cuanto se ofrece a la contemplación y disfrute de quién lo descubre es desdeñable. Para empezar, la variedad de playas tropicales, realmente extraordinarias, y en una buena parte vírgenes. Y después, para los amantes de la naturaleza están las selvas, con una flora deslumbrante, y una fauna más que curiosa con especies únicas de tortugas y aves exóticas.
La pregunta, entonces, por qué no es más visitado tiene claras respuestas: Es un país pequeño, un conjunto de islas mal comunicada. Desde Europa los únicos vueltos parten de Lisboa (TAP con escala en Accra y la compañía local STP) y desde Libreville (Gabón) y Luanda (Angola). Una ilusión es que Binter establezca vuelos regulares con Canarias. La población total apenas llega a los doscientos mil habitantes – en el ranking de la ONU ocupa el puesto 174 por población) y el nivel de vida muy modesto.

Pico Cão Grande, São Tomé and Príncipe. Foto vía Wikipedia Commons: Rui Almeida
Uno de los problemas para el desarrollo turístico turismo, que sin duda se contempla como una importante fuente futura de ingresos, es la falta de infraestructuras, pero poco a poco se va solucionando. Ya existen algunos hoteles y hay otros en proyecto. Como contrapartida hay que añadir que los habitantes son hospitalarios y corteses – unen a su hospitalidad africana la tradición portuguesa –, la seguridad está entre las más altas y los precios son bajos. Tampoco existen trabas burocráticas para entrar ni para moverse entre las islas.
Durante mucho tiempo Santo Tomé y Príncipe fue una colonia olvidada del imperio portugués. Nunca ocasionaba problemas ni preocupaciones. La rebelión por la independencia que en los años sesenta y setenta del siglo pasado se extendió por Guinea Bisau, Cabo Verde, Angola y Mozambique, aunque los habitantes la deseaban, allí apenas tuvo eco. Hasta entonces había sido un lugar para el destierro que la dictadura salazarista dictaba contra algunos de sus opositores.
Mario Soares, el futuro primer ministro y presidente de Portugal, permaneció allí varios meses, libre para moverse por la isla, pero incomunicado con el resto del mundo incluida su familia. En determinado momento en que se llevó a cabo la dispersión de terroristas de ETA, algunos también permanecieron recluidos en Santo Tomé y Príncipe. Nunca un destierro forzado es deseable, pero quienes conocen el país suelen calificarlo como un verdadero paraíso sin descubrir.

Santo Tomé. Praia de Santo António. Foto vía wikipedia Commons: Rui Almeida
El sistema político sigue el modelo democrático portugués: república semipresidencial con un presidente elegido en elecciones libres al que responde un primer ministro y un poder legislativo encomendado al Parlamento unicameral. Aunque recientemente circulares rumores sobre un proyecto de golpe de Estado que fue desbaratado, la estabilidad es buena. La impresión global es que los habitantes son felices, saben sobrellevar las limitaciones de una economía muy modesta, pero disfrutan de otras ventajas.
Ni la población ni el PIB permiten al pequeño país darse a conocer en el ámbito internacional como sus dirigentes desean. Es miembro de Naciones Unidas, de la Unidad Africana y mantiene una buena relación con sus vecinos del continente. Portugal, la antigua metrópoli, es su puente con Europa. El Gobierno es muy respetuoso con el equilibrio ecológico que existe – el país alberga una interesante reserva de la biosfera – y aunque busca inversiones extranjeras, mantiene que nada que atente contra el privilegiado medio ambiente de encierra.