Emergencia humanitaria en Lanzarote

En La isla de Lanzarote, de mayoría blanca, cada persona que entra en su casa de cemento enciende la luz. Unos pasos más adelante, esta misma persona abre el grifo y se lava las manos. Se gira, abre la nevera y se deleita con una bebida metida en una lata bien fresquita. Veamos, o abre el armario, ve arroz y lo mete en el microondas o enciende uno de los cuatro fuegos, de inducción, eléctrica o a gas para cocinar a fuego lento algún plato de verduras frescas, carne y pescado que puede adquirir en cualquier de los supermercados o grandes centros comerciales de la isla de fuego. Tras ese delicioso, hoy un poco frugal plato, lo que procede es vencer la modorra espatarrándose en el sofá, con la tele encendida.
Las cuatro. Toca ducha, evacuar, tirar de la cisterna y coger el coche de gasolina a casi 1€/litro para ir a buscar a los niños al colegio. Muchas tardes, hay que acercarlos a inglés, música, fútbol… Ya al anochecer, tareas con multitud de lápices y hojas o en el pc, cena rápida y a la cama, cada uno en la suya, probablemente cada uno en una habitación rodeado de peluches y fotos.
En la isla de Lanzarote, si quieres puedes salir por la noche. Hay luz en las calles, bares y vida en lados más o menos salvajes. Y casi 3Millones de turistas al año llegan en aviones, se alojan en hoteles, apartamentos o pisos, alquilan miles de coches, consumen miles y miles de kilos de comida (que ni esta isla ni las otras islas producen) que llega de fuera, pero deja su enorme huella plástica con la que no se ha sabido qué hacer.
Ni niños ni mayores mueren de hambre en la isla canaria de Lanzarote. No hay toque de queda. Hay luz eléctrica y agua potable. Ojo, solo con estas dos cosas, con estas dos simples y cotidianas cosas, la isla de Lanzarote tiene más que la mayoría de los habitantes de este planeta.
Cuando un político cateto, y a coro muchos más, asegura que después de la llegada de unas barcas con inmigrantes, con menores de edad a bordo, la isla de Lanzarote está en una situación de emergencia humanitaria, tengo que darle la razón.
Estamos en una auténtica emergencia humanitaria. Jamás antes en los 500 años de civilización occidental desde que fueran conquistadas, estas islas habían padecido una clase política tan ignorante, indecente, peligrosa e inhumana. Efectivamente, necesitamos ayuda urgente del exterior, … pero para que los erradiquen a todos. O se convertirán en una epidemia mortal.