Füssen, tradición y cultura bávara

Esta atractiva localidad alemana ubicada en la región de Baviera, debe gran parte de su fama, al interés turístico que suscitan dos interesantes castillos que se alzan en el cercano pueblo de Schwangau. El castillo de Hohenschwangau, construido por el rey Maximiliano II de Baviera, cerca del lago Alpsee, y el de Neuschwanstein, que con posterioridad, hizo construir su hijo Luis II de Baviera, más conocido como el Rey Loco. La idílica imagen de este último castillo, se ha convertido en el icono turístico de la zona. Situado en una elevada cresta sobre el desfiladero de Pöllat, en los Alpes Bávaros, el castillo exhibe una estilizada estructura de torres y muros, que lo hace destacar sobre las montañas y lagos de los alrededores. Nacido de la imaginación y de la pura estética romántica, el castillo esta considerado como el edificio más fotografiado de toda Alemania. Y tanto su emplazamiento, como su arquitectura, sigue fascinando a los miles de viajeros que hasta allí acuden, cada temporada, sin importarles las condiciones meteorológicas. Aunque nieve, llueva, haya niebla ó haga calor, la zona donde se ubican los castillos, nunca deja de recibir turistas. Especialmente los provenientes de lejanos países asiáticos.

Imágenes del pueblo de Füssen reflejados en el río Lech y perfíl del mítico castillo de Neuschwanstein
Pero llegar hasta esta preciosa región de la Baviera alemana, para conformarse, tan solo con la habitual visita a los castillos, es perder la oportunidad de adentrarse en los encantos que la ciudad de Füssen y los pueblos de los alrededores ofrecen. Esta apreciación la realizo desde mi propia experiencia. La primera vez que pasé por Füssen lo hice de camino a Munich, desde Austria e Italia. Ya desde ese primer encuentro visual, me quedé prendado de la belleza del lugar, y me prometí a mi mismo, que tendría que volver en un segundo viaje, para disfrutar con más tiempo, de estos preciosos parajes.
La histórica ciudad de Fússen, situada a orillas del río Lech, sobre una estratégica y amplia llanura, rodeada de lagos y montañas, ya figuraba con el nombre de “Foetes” ó “Foetibus”, como un asentamiento humano de importancia, en la que se hallaba estacionada la III Legión Itálica, para proteger la ruta comercial, que discurría por la antigua Vía Claudia Augusta. Un camino construido por los romanos, para unir el norte de Italia con Augusta Vindelicum, nombre con el que se conocía el actual Augsburgo.
Füssen, es también el destino final de la conocida Ruta Romántica de Alemania, que partiendo desde la ciudad de Würzburg, recorre diferentes regiones de gran belleza natural, en las que se alzan atractivas poblaciones que aun conservan gran parte de su arquitectura medieval. En la ciudad, se pueden visitar un importante número de edificaciones de gran interés histórico, tales como el Hohes Schloss, antigua residencia de los obispos de Augsburgo, el Monasterio benedictino y la iglesia de Sankt Mang (San Magno, patrón de la ciudad) ó el Monasterio Franciscano próximo al cementerio de San Sebastián, que se halla en los antiguos límites de la ciudad. Una zona en la que aún se conservan algunos restos de la antigua muralla, que la bordeaba y protegía.
A decir verdad, Füssen, es una ciudad armoniosa y tranquila, a pesar de que a tan solo cinco kilómetros, la gente se arremolina, en las cercanías de los castillos reales de Schwangau. Pasear por las calles peatonales del centro de la ciudad, es como retroceder en el tiempo, alejados del fragor y bullicio propio de otras ciudades. Históricas casas y mansiones, se nos presentan como verdaderos y bien conservados tesoros arquitectónicos. Una ciudad con alma diurna, que al caer la noche comienza a replegarse, para dar paso al descanso y a la reunión de amigos y familiares, en el calor del hogar.