Gloria Salgado: “El turista hoy en día tiene más cultura del viaje, sabe a lo que viene”

Menos de un minuto de conversación con ella es suficiente para saber que Gloria Salgado hizo del turismo no solo su profesión, sino su pasión. Natural de La Palma, podemos decir sin miedo a equivocarnos, que ha sido una de las grandes impulsoras y sí, también la responsable, de que Tenerife sea un destino turístico de primer nivel, desde sus comienzos como azafata hasta llegar al Patronato de Turismo de Tenerife, la vida profesional de Gloria está tan llena de anécdotas que es casi imposible quedarse con una frase, con un recuerdo…
¿Cómo empezó a trabajar en el sector turismo?
Yo hice magisterio y filosofía, pero siempre me gustaba tener contacto con los pocos extranjeros que venían por aquí, te hablo de la década de los 50. Mi padre tenía el kiosko y los domingos se daba un concierto en el templete, era precioso el ambiente. Los turistas que llegaban en barco se acercaban allí y yo tenía ganas de contactar con ellos, mi hermano tuvo la idea de decir por megafonía cuáles eran las piezas que se iban a tocar, era gracioso porque él lo decía en alemán (también en francés e inglés) y un día en clase su profesor de alemán, cuando mi hermano le dijo que lo había visto por allí y le preguntó qué le pareció, el profesor le dijo que sí, pero que era muy original, porque usted dice “a continuación oirán a la banda de cuatreros de S/c DE Tenerife y los alemanes dirán: qué original, una banda de cuatreros que toca música.
La ilusión en aquel entonces era ser azafata, después de finalizar mis estudios me marché a París y luego a Inglaterra y adquirí así una base como para poder trabajar, entré en Iberia, después se creó una compañía chárter nueva que se llamaba Transeuropa en la que entré en el año 64, y después ya mi marido me cortó las alas, nos casamos y nos quedamos en Las Palmas porque él era de allí. En aquel momento ya tenía un punto importante que era el saber dos idiomas, siempre le cuento a mis hijos (qué curioso la diferencia) que yo decidí a los 24 días de estar casada que quería seguir trabajando. Fui a la compañía hotelera que era la más grande entonces, Oresa, y en media hora salí con un trabajo debajo del brazo. Entré en hostelería, era la compañía que más hoteles tenía en aquel momento. Fue maravilloso, estuve ocho años en la dirección comercial de la cadena. A mi marido le hicieron una oferta en Rio de Janeiro, nos marchamos allí y tuve la enorme suerte de entrar en Hoteles Orsa, en el Hotel Nacional Río, en la dirección comercial. Una extranjera que todavía no sabía bien portugués, pero me dijeron una cosa que toda la vida me causó, recuerdo que me dijeron: “Señora, usted es europea y nosotros ante un europeo, chapó”. Y eso me lo decía el director de RRHH.
Después decidimos volver para Tenerife, yo era corresponsal de la revista Editur en Río de Janeiro por una amistad previa que tenía con el delegado en Las Palmas, y vi la creación del Patronato de Turismo en Tenerife. Yo soy tauro, ya sabes, de ideas fijas, y cuando volví tuve la suerte de que estando en Río se celebra el Congreso de la Sociedad de Agentes Norteamericanos de Viajes (ASTA), la organización más grande que hay de agentes de viajes, y se celebró en el hotel y Tenerife con Las Palmas asistió al acto y me pidieron colaboración. Allí conocí al presidente del Patronato de Turismo por aquel entonces, a todos los hoteleros, etc… Y cuando volví de Río, entré en el patronato contratada, después hice oposiciones, y estuve 26 años como jefe de promoción, con todo lo q eso conllevaba de asistencia a ferias, programación de campañas de promoción, fue una etapa preciosa, artesanal al principio casi al cien por cien, porque no teníamos los medios que tienen hoy, pero teníamos más corazón y voluntad que nada y para mí era determinante el contacto con el público y el mostrar nuestra isla.
¿Qué balance hace del cambio de Tenerife esos primeros años en que comenzó a despegar como destino turístico hasta ahora?
Ahora estuve en Budapest para los mercadillos de Navidad. Nosotros fuimos la primera vez hace 27 años, a una feria, recuerdo los comentarios cuestionando la presencia del Patronato de Turismo allí, que a quién se le ocurría en ese mercado… El otro día me sentí orgullosa en el aeropuerto, porque cuando fuimos la primera vez solo teníamos un stand chiquito y para colmo no teníamos azafata, pero el siguiente yo conseguí una azafata con húngaro (era curioso que con lo dotados que son para los idiomas, había poca gente que hablara inglés) pero se asombraban con nuestro material, con nuestros folletos, con todo. Y pensar el otro día que yo regresaba y fui para allá en un vuelo directo, repleto y que el concepto de la gente que venía en el avión, con la ilusión que venían aquí, me siento orgullosa de la labor que hicimos, con los pocos medios que teníamos, pero con toda la ilusión.
Tampoco echabas en falta los medios, porque tenías los recursos que había. Recuerdo una vez a un agente colaborador nuestro trayendo en Bruselas un mueble, no teníamos capacidad para poner los folletos ni el material, arrastrando un armario de un stand que se había quedado vacío de un lado al otro para poder usarlo nosotros. Esos son los pequeños detalles que verdaderamente han hecho que sigamos adelante.
Usted que ha estado en contacto directo con el turista, ¿nota las diferencias entre esos primeros turistas que llegaban y los que vienen ahora?
Bueno, el turista hoy en día tiene más cultura del viaje, entonces sabe a lo que viene. Yo además tengo la suerte de que tengo dos casitas de turismo rural en mi finca desde hace 24 años, tengo contacto directo con ellos. Fue una ilusión que tuve, porque ya te digo que me encanta ver lo que opinan sobre nuestra isla, ver cuál es su sentimiento. Antes tenía un buen montón de folletos e información, ya no hace falta, vienen preparadísimos, Alguno si se apoya en ti para ver qué hacen, pero por lo general saben qué hacer cada día, dónde ir, tienen unos medios que antes no existían.
Yo también viví en los 60 el comienzo, el Hotel Taoro, el San Felipe, en el Puerto de la Cruz, el nivelazo que había del turista que venía de chaqueta y corbata para cenar y las cenas de gala, era otro mundo. Después, gracias a Dios, se ha popularizado el turismo, todo el mundo tuvo posibilidad de viajar y entonces hay un abanico enorme de usuarios que pueden viajar y encontrar donde alojarse, desde apartamentos hasta hoteles 5 estrellas que están teniendo un éxito tremendo.
Han cambiado los gustos, el espectro del visitante, porque ahora pueden hacerlo, las líneas de bajo coste permiten viajar de cierta manera y ha popularizado también el destino.
¿El que venga más gente con diferentes gustos, nivel adquisitivo, etc… influye para bien o mala en el turismo de la isla?
Me hace gracia cuando están siempre con lo de turismo de calidad, vamos a ver, me encantaría que por ejemplo, el turista que va a mi casa rural, fuera el que tiene toda la isla, tiene más cultura del viaje. Esos que te llegan por la tarde y te dejan asombrados de todo lo que han hecho en un día. Recuerdo que cuando se puso de moda el todo incluido, a mi me dio una perrera tremenda, porque es un negocio maravilloso, pero yo pensaba “te pasas la vida promocionando la isla para que vayan a todos nuestros rincones maravillosos, es que la gente que va a tener todas las comidas en ese hotel, ¿crees que se va a mover como nosotros quisiéramos?” Pero claro, eso son nuevas fórmulas que aparecen como ahora con la vivienda vacacional, pero tienes que apechugar y tienes que aceptarlo, porque tiene que haber un nicho de mercado para cada cosa.
Recuerdo una de las campañas más efectivas que te puedo decir, nosotros hacíamos unas campañas de promoción preciosas que cada día estábamos en una ciudad de Alemania, Escandinavia, etc… con la colaboración de los turoperadores. Pues un año en Alemania decidimos que no se iba a hacer la campaña, se hicieron anuncios de periódico, me refiero a prensa profesional, con una consultora que decía: “Tenerife no viajará este año a verlos porque estamos mejorando nuestra imagen para que ustedes disfruten”. No te imaginas el éxito que tuvo esa campaña, porque te gusta pensar que vas a un sitio que están cuidando. Una vez el Patronato de Turismo hizo un estudio súper interesante para ver si teníamos un techo de turismo y había un techo, pero ese estudio se guardó y no siguió adelante. A mí me encantaría que hubiera un techo, porque me encantaría viajar a un sitio donde sé que soy un escogido. Lo bueno es poder pensar que vayan a haber vetos, pero es que Tenerife en este momento le está dando respuesta a muchísimas solicitudes diferentes, que fue el empeño del patronato en su momento, se crearon unas marcas especiales dentro del Patronato de Turismo para poder dar respuesta, entonces es lógico que se haya seguido en esa línea.
¿Qué anécdotas guarda sobre esos primeros tiempos?
Tengo tantas y lo que me más me ha enriquecido ese contacto directo con ellos, los turistas… Pero tengo una preciosa de lo importante q es el sol para nosotros y la luz. Nosotros en el patronato en un tiempo, te estoy hablando del 1977, contestábamos todas las cartas q venían de solicitud de información. Tenía mis siglas GS y después añadía Santa Cruz de Tenerife, soleado 22º, estuviera el tiempo como estuviera, porque en cualquier lugar de la isla habrá 22º. Un día estaba en la oficina y me llamaron desde información, porque una pareja holandesa preguntaba por mí… “Señora, le tenemos que dar las gracias, porque yo estaba con depresión y teníamos previsto (febrero) viajar a Tenerife, pedí información sobre la isla, y usted no solo me mandó los folletos sino que lo primero que leí fue Santa Cruz de Tenerife, febrero, soleado 22º y de repente el cielo se me abrió. Yo vi el sol, y ahí es donde tenemos que ir”. Me trajo un regalo para agradecer y es algo que siempre me recuerdo porque digo cómo un destino puede marcar en ese sentido.
¿Cuáles son los valores de Tenerife como destino turístico?
Lo primero de todo es que una isla llama mucho, y después que para Europa somos el sol de invierno y no solo eso, durante el verano también, que tanto se hizo promoción. Éramos la gran desconocida en el sentido de que se pensaban que si tenías invierno cálido el verano era tórrido y no es así. Pero el posicionamiento de Tenerife es gracias a todos los profesionales y a todas las empresas que han confiado en la isla y que la siguen promocionando. Hay gente, por ejemplo, en contra de los turoperadores y es absurdo, el turoperador trabaja para nosotros, son ellos quienes llenan los aviones, ahora ya y gracias a internet tenemos otro turismo que es individual y que es otra clase de turismo. Tenerife ha tenido mucha promoción, lo puedo decir, el Cabildo hizo una labor inmensa junto con todos los profesionales de la isla. La isla engancha, lo veo por la gente, por los que repiten.
El Puerto de la Cruz tuvo su esplendor y todavía hay gente que quiere este destino. El sur creció y es nuestro emporio absoluto. Recuerdo que me llamaba mucho la atención Los Cristianos, es el único sitio del sur que tiene una plaza, todo lo demás está arriba, están los pescadores, los niños jugando, el pueblo, es más entrañable, y ese contacto con la gente al turista que viene le encanta.
¿Qué nos puede contar sobre Calínico, el club de antiguos directivos?
Se creó hace diez años, justamente en julio fue el aniversario. Fue experiencia muy bonita que empezó por Eduardo Solís, Isidro Dardiñas y Agustín Ávila, que pertenecían al Club 13 de hoteleros, y tuvieron la idea de que ellos querían devolver a la isla lo q la isla nos dio a nosotros. Cuando llegamos a Turismo en los años 60 Tenerife era una isla pobre, y gracias al turismo todo ese grupo tiene una deuda de gratitud en la que estoy incluida precisamente por todo lo q nos aportó la isla. Si no, no hubiéramos vivido así ni mucho menos. Hostelería fue en lo q menos trabajé. Soy la única mujer, y yo tengo una deuda de gratitud con ellos. ¿Sabes lo bonito que es que yo, una mujer casada con dos hijos, que estuve trapaleando por esos mundos años y años, tener un grupo de amigos tan grande que me apoyaron siempre tanto y que ellos al crear el club pensaron en mí, que fui la sexta persona en entrar al club? Me llena de orgullo poder estar en Calínico con ellos.
¿Aunque esté jubilada como funcionaria, no deja de trabajar en turismo, verdad?
Sí, mi mente es turística total. Tuve una suerte tan enorme de trabajar en lo que me gustaba, y sobre todo haber tenido el aprecio de un entorno. Entré contratada en el Patronato, pero hice y aprobé tres oposiciones. Fue na vida tan especial, es que el patronato no tenía nada que ver con la administración pública, teníamos todas esas actividades, esos contactos…