Tres meses esperando el “cese a la usurpación”…pero “vamos bien”

Se cumplieron 90 días de gobierno del autoproclamado presidente interino Juan Guaidó, cuyo cargo oficial sigue siendo Presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela. Guaidó se autojuramentó el 23 de enero, una fecha simbólica en nuestro país porque fue el día que cayó la última dictadura militar que tuvimos, hace 61 años.
Al principio de su “mandato” las agencias internacionales lo trataron como “Presidente interino de Venezuela”, pero luego ha sido degradado a “Líder del Parlamento”, “Diputado de la Asamblea Nacional” y “dirigente de la oposición”. Elliott Abrams, encargado especial de Estados Unidos para Venezuela, admitió el mes pasado que “Guaidó realmente no está en el poder, porque Maduro sigue allí”.
Nicolás Maduro dijo esta semana: “Se cumplen tres meses de la payasada del imperialismo norteamericano tratando de asaltar el poder con un saltimbanqui en Venezuela, tres meses de victoria de la Revolución bolivariana, tres meses de poder popular, tres meses de unión cívico-militar, tres meses de paz. Tenemos el control del Gobierno total”.
Entonces uno no entiende si Guaidó es Presidente, si no lo es, si es Diputado, si no lo es…Hay apasionados que aseguran que es un hombre con mucho carisma que sacará a Venezuela de la pesadilla de Maduro y otros más apasionados lo llaman “títere del imperio”.
Lo que más llama la atención es la cantidad de “ultimátum” que ha dado Guaidó para la caída de Maduro, que él llama “cese de la usurpación”. Primero aseguró que sería el primero de febrero, luego el 12 del mismo mes, después que Maduro saldría el 23 de febrero con el ingreso de la “ayuda humanitaria”, más adelante aseguró que la fecha definitiva sería el 7 de marzo, después el 11 de marzo, luego que el 6 de abril, y el 13 de abril, pero el “cese a la usurpación” no llega.
El diputado se elevó como un globo y luego se desinfló. Mientras él dice “vamos bien” y Maduro sigue acusándolo de todos los males, la gente en la calle sigue exigiendo respuestas que no tiene.
La hiperinflación sigue acabando con la esperanza, siguen emigrando profesionales venezolanos porque es insostenible el deterioro en la calidad de vida, el acceso a medicinas y alimentos es cada vez más cuesta arriba, sumado a la interrupción constante de los servicios básicos.
Guaidó responsabiliza a Maduro de la crisis, y Maduro acusa al “imperio” por el “bloqueo económico”. Y en esa cadena de culpas, él único que “va mal” es el pueblo y en lugar de un “cese a la usurpación” hay un ambiente de “cese a tanta paciencia”.