Cuba: ¡Vuelve la Claria!

Después de que Raúl Castro anunciara que se avecinaban tiempos duros (¿cuándo han sido blandos?), aunque no llegaríamos a los extremos del llamado por Fidel “Período Especial”, como siempre, y de la noche a la mañana, todo alimento de los mercados ha desaparecido.
De forma que esto se entienda un tanto mejor debo explicar que fue el “Período Especial” al desparecer el campo socialista, el gobierno de Cuba dejó de recibir los millones de dólares que enviaba la U.R.S.S. y el C.A.M.E. (Consejo de Ayuda Mutua Económica). Mientras existieron, éramos mantenidos por aquellos “socialistas”, nos enviaban petróleo, maquinarias, piezas de repuestos, equipos pesados, medios de transporte, alimentos, medicamentos, algo de ropa, perfumería, armamento, asesores y técnicos en diversas ramas, intercambiamos estudiantes, trabajadores y nosotros aportábamos azúcar, algo de minerales, pescado, mariscos, frutas y poco más.
Fidel tuvo muchos sobrenombres. El primero se lo pusieron sus compañeros de Universidad: “Bola de Churre” (decían que era poco aseado). El segundo se lo puso él: “Alejandro” era su nombre en la clandestinidad, pues era muy conocida su admiración por Alejandro Magno. Los demás se los puso el pueblo. Se trataba de hablar de él sin nombrarlo: “El Caballo”, “El Uno”. Estos por ese juego clandestino de Cuba que se llama La Charada. En este juego cada número tiene un significado, desde el 1 hasta el 100 y el 1 es caballo en la Charada Cubana: si has soñado con este animal o lo has encontrado a lo largo del día, juegas el 1 y así con cada número. Es un juego antiguo, proviene de Asia y lo introdujeron en Cuba los chinos en el siglo XIX. SIEMPRE ESTUVO PROHIBIDO, pero nunca dejó de jugarse y se sigue jugando. Consiste en adivinar los números terminales de la Lotería Nacional y se le conoce también como “La Bolita”. Cuando Fidel eliminó la Lotería Nacional de Cuba, comenzaron a oírse las loterías de otros países por onda corta y en la actualidad se juega por la de Venezuela.
Pero más sobrenombres: “Mancha de Plátano” (no se cae), “Armando Guerra Solo” (siempre pronosticándonos una invasión y la guerra de todo el pueblo ), “Zoila” (en un discurso interminable afirmó: “Soy la Patria, Soy la Revolución, Soy el Socialismo”). Llenaron Cuba de unas vallas con esa frase, por lo que pasamos a nombrarlo Zoila. También lo conocimos como ” Tía Tata” por un programa infantil diario en el que nos contaban cuentos, y como él cada día tenía un cuento, comenzamos a llamarlo así, Tía Tata. Tuvo muchos más sobrenombres: “El Barba”, “El Barba Papá”, “Dios”, porque estaba en todas partes y lo sabía todo. Pero sin lugar a dudas el que más le duró y le venía a la perfección fue “El Mago” y eso se mantuvo hasta el final de sus días, porque si Fidel hablaba de carne de cerdo, se desaparecía; si hablaba de papas, no se veía una más. Sus planes eran unas quimeras. Lo cierto es que todo lo que tocaba se volvía invisible.
Muchas personas tendrán esa imagen idílica del combatiente, del hombre sacrificado por su pueblo. Lo cierto es que jamás participó en un combate y su sacrificio era el de los discursos de cara al exterior, su imagen fuera de Cuba para él era lo primero. Sin lugar a dudas era elocuente, carismático, tenía ángel para engañar y parecer sincero. Mi abuela lo veía en la tele y siempre nos repetía: “Ah, si no lo conociéramos seguramente creeríamos lo que está diciendo”. Eso lo hizo bien y hay que reconocerlo, una buena parte del mundo lo ve como un gran revolucionario, salvador de su pueblo, que sacó a los cubanos de una tiranía y de la miseria, producto de sus mentiras repetidas muchas veces. Se le atribuyen unos méritos que en mi opinión no merece, también muchos cubanos piensan como yo, pero todo esto es para llegar a este momento, en que su hermano, sucesor al trono, anuncia tiempos duros, aunque aclara que no tan duros como aquel Período Especial. Pero ya está de mago también y ha desaparecido todo.
Grandes colas para adquirir lo poco que se encuentra, no sólo comprando con la Libreta de Abastecimientos, apenas llega nada por esta vía. Para mitigar en algo los estragos del Período Especial Fidel despenalizó el dólar. Hasta 1993 tener un dólar podía costar hasta 12 años de privación de libertad, pero ahí surgieron las “shoping”, así comenzaron a llamar los cubanos a aquellas tiendas en que se podían comprar productos de primera necesidad sin Libreta de Abastecimiento a precios elevadísimos en dólares: basta decir que un litro de aceite de semillas cuesta 2,40 dólares, en principio se pagaba con dólares, pero después idearon una moneda. Surge el C.U.C. en 1994, el chavito se le llama popularmente, el dinero de juguete. Sólo sirve dentro de Cuba, si recibes remesa familiar desde el extranjero, no verás los dólares nunca. El banco o las agencias te entregarán C.U.C.. Durante años el cambio de dólares a C.U.C. tenía un impuesto. ¿Por qué? No sabemos, pero por cada dólar recibías 0,80 centavos de C.U.C.. A raíz de la visita de Obama se equiparó uno por uno, es decir que un dinero de verdad en Cuba vale lo mismo que un dinero de consumo interno. Tampoco es que el euro salga mejor parado, siempre está en el mismo valor, 1,25 C.U.C. por cada euro, pero las shoping en la actualidad están vacías, se hacen colas esperando que llegue algo, discusiones, peleas que llegan a las manos, policía, arrestos y han comenzado a racionar las compras: sólo se venden dos muslos de pollo por persona cuando llegan.
En aquel llamado Período Especial mi pueblo sufrió epidemia de Neuropatía Óptica y Periférica. La primera se manifestaba por falta de vista y la segunda por pérdida de la sensibilidad, los reflejos y dolores intensos acompañados de ardor en la piel. Los más necesitados padecieron las dos, fueron tantos los casos que se declaró EPIDEMIA y compareció en la televisión cubana el Viceministro de Salud Pública, quien declaró abiertamente que, por la mala alimentación, el pueblo sufría avitaminosis. Para hacer más compleja la situación carecíamos de los medicamentos adecuados. Al parecer el Viceministro no estaba autorizado a decir lo que dijo y fue destituido.
He querido recordar todo esto para llegar a LAS CLARIAS. Mi país es una isla, toda la vida la gente pescó y comió pescado fresco y bueno, también mariscos, moluscos que además de hacer la delicia del paladar, alimentan bien. Pero entre las vedas, la persecución y la desaparición de la fauna marina, no hay delicias del mar. Pero ahí están los salvadores de la patria y del pueblo para solucionarlo todo y Fidel trae a nuestro sufrido país las clarias desde Asia. Vaya bicho raro. Supuestamente es un pez de agua dulce, pero camina por el asfalto, come todo lo que se encuentra incluyendo ratones. Comenzaron a venderlo como pescado, eso sí, con racionamiento incluido, es decir por la Libreta de Abastecimiento. En principio la población pensaba que era Tilapia, pero no hay secreto entre cielo y tierra cuando algo lo sabe más de uno. Comenzó el runrún (así decimos los cubanos a los comentarios masivos): que si no es pescado, que si es una cosa rara, que si es cosa de laboratorio. Lo cierto es que trajeron unos cuantos ejemplares y comenzaron a criarlos, crecían rápido y se escapaban también, algunos se adaptaron a nuestro mar y fue una batalla sacarlos de ahí. Se suponía que eran de agua dulce, pero hasta sobreviven fuera del agua.
Ahora el señor Juan Manes Suárez, especialista integral (¿?) de la Empresa Provincial de Gastronomía, nos informa de que la elaboración de embutidos sufrirá cambios sustanciales debido al cierre temporal (temporal con esta gente es para siempre) de la Empresa Cárnica (¿cárnica? ¿de qué carne hablará?). Aclara el señor Manes Suárez que el cierre “temporal responde a la falta de animales para crías y comercialización (ahí están los magos, de momento se desparecieron los animales que daban carne, fue hablar Raúl y no quedó ni uno). Pero las desgracias nunca vienen solas y, como decía mi abuela, en Cuba, con esta gente, el camino de lo peor es infinito. Los embutidos se elaborarán con CLARIAS y tampoco hay harina de trigo, por lo que las croquetas y hamburguesas (¿las hamburguesas llevan harina de trigo?) se elaborarán con harina de arroz y harina de boniato. Ya empezamos con los inventos incomibles. Sólo un día antes, la ministra Betsy Díaz Velázquez publicó en Twitter que “producir alimentos alternativos era una tarea de primer orden para cubrir el déficit en las ofertas del comercio”.
Las gallinas, gallos, cerdos y conejos crecían en los patios y campos de Cuba sin pienso y comiendo maíz y pan viejo. En Cuba no faltaba la carne, una cabeza de ganado per cápita en 1959, y el arroz y el boniato servían de acompañante. Los magos lo han desparecido todo y segura estoy de que ellos no se van a comer sus inventos.
Aquí dejo un vídeo para que vean lo que es una claria, por si en algún momento se la ofrecen sepan antes de degustarla que es este animal.
Dios, ¡ten piedad de mi pueblo!