Cuba: El pasado siempre vuelve

Panamá incauta cargamento de cocaína en contenedor procedente de Cuba.
Efectivos del Servicio Nacional Aeronaval de Panamá detectaron un cargamento abundante de drogas en un contenedor proveniente de la jurisdicción portuaria de Cuba con destino a Estambul, Turquía. El decomiso se hizo en el Puerto de Cristóbal, provincia de Colón.
Efectivos de Aeronaval de Panamá logra ubicación y aseguramiento de cuantioso cargamento de presunta cocaína dentro de un contenedo, que supuestamente llevaba sacos de carbón procedente de la jurisdicción portuaria de Cuba con destino final Estambul/Turquía”, informó la institución.
Las autoridades portuarias incautaron 46 maletines negros con 1.517 paquetes de drogas camuflados en lo que habían sido declarados como sacos de carbón. Las autoridades panameñas consideran millonaria esta carga, al superar los 90 millones de dólares en el mercado internacional, aseguró el Fiscal de Drogas de Colón y Guna Yala Eduardo Rodríguez.
No hay detenidos, según informa el Ministerio de Seguridad Pública, aunque el Fiscal de Drogas de Colón no descarta que personal o trabajadores del mismo puerto estén involucrados en el trasiego de la sustancia.
En la nota inicial del Servicio Nacional Aeronaval no se mencionó que la droga provenía de Cuba; no obstante, en las subsiguientes notas informativas, tanto de esta institución como del Ministerios de Seguridad Pública, se detalló que el contenedor salió presuntamente de un puerto cubano. Es el cargamento de droga más cuantioso incautado en lo que va de año y ha sido valorado en 90 millones de dólares
Han dado a conocer que la “investigación está en proceso”, algunos se apresuran a sentenciar que el alijo fue introducido en Panamá. Se sabe que antes de llegar a Turquía el barco atracaría en Rotterdam.
El pasado Sábado el Canciller Bruno Rodríguez se reunió con el Ministro de Exteriores de Turquía, ha trascendido que cursó invitación oficial al gobernante Miguel Díaz-Canel para que viajara a su país y mantuviera una reunión oficial con el presidente del país euroasiático, Recep Tayyip Erdogan.
Las autoridades cubanas se apresuran a desmentir que la cocaína fuera de ellos, aseguran que el sello del contenedor lo cambiaron en Panamá.
Esto es lo que nos dicen en la noticia, pero lo cierto es que, en más de una ocasión, el gobierno de Cuba se ha visto salpicado por algún escándalo de tráfico de drogas. Siempre existirá el beneficio de la duda, pero puedo narrar cómo parte del pueblo cubano fue informado de un caso muy relevante a nivel internacional. Los cubanos tuvimos conocimiento a través de la prensa oficialista y de la televisión cubana, nos mostraron un juicio que pensamos que era en vivo y posteriormente conocimos que eran vídeos editados, pero jamás olvidaremos esta “operación” contra el narcotráfico en la que estaban involucrados generales, coroneles y altos cargos de las Fuerzas Armadas y del Ministerio del Interior.
Entonces Fidel Castro estaba para demostrar su astucia. Sin lugar a dudas el Comandante en Jefe poseía una gran inteligencia y sus habilidades hacían caer al que fuera necesario para que su imagen no quedara dañada.
En 1986 deserta el Mayor Juan Antonio Rodríguez Menier (Coqui), miembro de la Dirección de Inteligencia del Ministerio del Interior (DI), abandona su centro de espionaje en Hungría y huye a Estados Unidos. Sorpresivamente arribó a París a fin de testificar ante las cortes francesas, entre otras cosas, sobre las operaciones de narcotráfico de Cuba y hechos relacionados con el asesino y terrorista venezolano Carlos (El Chacal), agente de origen venezolano que trabajaba para Cuba, daba nombre y detalles del lavado de dinero y el narcotráfico entre Colombia, Cuba y un país europeo. Esto era lo que aseguraba el alto mando ante un tribunal, sabemos que muchos testigos mienten.
Es difícil precisar cuándo Cuba comenzó a envolverse en el narcotráfico. Algunos, como Rodríguez Menier (Coqui), afirman que estas actividades se remontan a la década de los 70.
A principios de la década de los 80 comienza a hablarse del tema dentro de Cuba. Publicaban notas de prensa, daban ciertas explicaciones; sin embargo, varios desertores de las Fuerzas Armadas y del Ministerio del Interior han declarado que el Colombiano Fabio Vázquez Castaño, vinculado a movimientos insurgentes colombianos, logró establecer contacto con Manuel Piñeiro Losada (Barba Roja), director del Departamento América, sección de inteligencia del Partido Comunista Cubano. Vázquez Castaño propuso un negocio que consistía en la adquisición de armas de Cuba y pagos en cocaína. Piñero expuso a los más altos gobernantes cubanos que las drogas con destino a los Estados Unidos eran un elemento desestabilizador del gobierno y de la sociedad de este país. Al mismo tiempo, la cocaína era el equivalente a moneda convertible y por otro lado se ayudaba a los rebeldes colombianos. El negocio fue aprobado. La más alta jerarquía de Cuba eran Fidel Castro, su hermano Raúl y el general y ministro del Interior José Abrahantes. Aunque los hermanos Castro negaron conocimiento de este negocio, el mismo tenía forzosamente que ser conocido por el jefe de todos los servicios de inteligencia, el general José Abrahantes.
En aquellos tiempos, el gobierno cubano dejó saber que los cargamentos de drogas que se confiscaban a narcotraficantes eran destruidos, por incineración, en los hornos de la empresa siderúrgica Antillana de Acero, localizada en el municipio de El Cotorro, en las inmediaciones de la ciudad de La Habana. Estas operaciones de destrucción de drogas eran publicadas en la prensa cubana.
Los cargamentos de drogas confiscadas eran mantenidos en almacenes del Ministerio del Interior. El encargado de supervisar la operación de destrucción de las drogas era el teniente coronel del Rosal, casado con una hija del que fuera por un tiempo jefe de inteligencia de Cuba, el general Ramiro Valdés (Ramirito).
Hasta aquí la versión oficial, pero desertores y otras fuentes cubanas dan una diferente. Presentamos los datos sin que hayamos podido verificar ciertos aspectos de los mismos por razones obvias. Sin embargo, los informantes tienen gran credibilidad. Lo que se transportaba y quemaba en la empresa Antillana de Acero era material de desperdicio. La verdadera droga era transportada en barcos de la Marina de Guerra de Cuba, al mando del Almirante Aldo Santamaría Cuadrado, quien después la transportaba a naves de contrabandistas o traficantes no residentes en Cuba.
Las armas entregadas a insurgentes colombianos eran de origen estadounidense, compradas en Vietnam por el general Patricio de La Guardia Font. Actualmente, cumpliendo en Cuba una condena de 30 años de prisión, por haber estado complicado en la causa donde fue fusilado su hermano gemelo Antonio (Tony). Las armas eran llevadas a Colombia por el viceministro del MININT, Pascual (Pascualito) Martínez Gil, quien tenía entre sus funciones cuidar el yate personal de Fidel Castro.
No sabemos la cantidad de armas y drogas en el tráfico de Colombia y Cuba. Fuentes colombianas aseguran que estas armas fueron identificadas por el servicio de inteligencia estadounidense como pertenecientes a sus tropas cuando combatían en Vietnam. ¿Quién autorizó esta operación de tráfico de armas y drogas en Cuba? Según fuentes allegadas a Santamaría y los hermanos De la Guardia, la orden provino directamente del vicepresidente cubano Raúl Castro Ruz.
¿Conocía el ministro del Interior, el general José Abrahantes, estas operaciones de contrabando? Muy difícil que desconociera las mismas, porque en ellas participaban muchos de sus hombres de confianza y se utilizaban recursos y vías de su servicio de inteligencia. Sin embargo, nunca se dio por enterado de estas operaciones, porque los integrantes del grupo reportaban directamente a Raúl Castro.
También conocimos a través de la Televisión Cubana que Fidel Castro había creado un departamento al que llamó MC, con el fin de recaudar divisas para el país. Recuerdo que después del éxodo del Mariel se quedaron muchos cubanos con los deseos de emigrar y vieron frustradas sus intenciones. Cada día surgía un rumor de posibles salidas y proliferaron las estafas, grandes sumas de dinero se pagaban para salir en unos barcos que nunca llegaron, pero aparecieron unas lujosas oficinas en un edificio del Vedado. Un amigo me anima a ir, así veríamos de primera mano si era cierto el rumor que circulaba en las calles de Cuba, allí vendían visas, era cierto. 3000 dólares por persona, destino Panamá. Una vez dentro mi amigo y yo nos miramos, desde muy joven aprendes a reconocer a un miembro de la policía secreta, el vestuario, los andares, el corte de pelo, el perfume. Una vez que nos informamos, nos fuimos, y ya en la calle comentamos que ese personal era “seguroso” (así suele llamarse a nivel popular a los miembros de la Seguridad del Estado). Años más tarde, al destaparse el escándalo del narcotráfico y contarnos lo del departamento MC, constatamos que no estábamos equivocados mi amigo y yo: aquello era oficial y recaudaban divisas, conocimos a algunos que salieron por esa vía a Panamá.
Por aquellos años, el presidente de Panamá era Manuel Noriega Moreno, todo un personaje, una historia turbia que salpica a los Castro. Desde la década de 1950 hasta poco antes de la invasión estadounidense, Noriega colaboró cercanamente con la CIA. Noriega fue una de las fuentes de inteligencia más valiosas, así como una de las vías principales de armas ilícitas, equipo militar y dinero destinado a fuerzas de contrainsurgencia respaldadas por Estados Unidos en Centro y Sudamérica. Noriega también fue un traficante principal de cocaína pero que no lo detuvieron debido a su capacidad de cubrir operaciones militares en América Latina.
En 1989, Estados Unidos invade Panamá cobrándose la vida de muchos civiles, apresan a Noriega y lo llevan a territorio norteamericano y cuenta a la DEA la vinculación del gobierno de Cuba con sus actividades, señala al Almirante Aldo Santamaría Cuadrado y a Raúl Castro. Finalmente Noriega es sentenciado a 40 años de privación de libertad, le rebajaron la pena a 30 años por buena conducta. En 2008 Francia reclama su extradición por blanqueo de capital y finalmente un tribunal francés lo condena a 7 años más. Sus abogados solicitan libertad condicional por haber cumplido más de la mitad de la condena y es liberado en 2011.
Una vez apresado Noriega en 1989, y después de acusar al gobierno de Cuba de participar en el narcotráfico y tráfico de armas, comienza en Cuba la caza de brujas. Son apresados varios generales y altos mandos de las Fuerzas Armadas y del Ministerio del Interior. Nombraron para ese juicio Fiscal General del Estado a J. Escalona Reguera (el pueblo lo bautizó con el mote de CHARCO DE SANGRE ). Comienza el juicio y es televisado, años más tarde supimos que habíamos visto una pequeña parte.
Recuerdo la entereza del General Arnaldo Ochoa, quien era Jefe del ejército de Occidente y había estado al frente de las tropas que combatieron en Angola, condecorado con la orden Héroe de la República de Cuba. Era un hombre popular y conocido, no lo voy a idealizar como hicieron muchos cubanos en aquel momento, vivía como un millonario mientras nosotros sufríamos el día a día, su estancia en Angola fue de fiesta, mujeres que mandaban a buscar a Cuba y mucho alcohol. Miles de jóvenes que no sabían nada de guerra, y que eran reclutas del Servicio Militar Obligatorio, fueron llevados a morir bajo sus órdenes. Barcos trasladaban a esos niños de 17 y 18 años, ni les informaban de a dónde iban: se enteraban cuando ya estaban en la guerra. Conocí a muchos.
Muchos decían que con Ochoa los Castro utilizaron aquel juicio como venganza, afirman que le instalaron micrófonos en su casa días previos a su detención y que en las escuchas se oía al general criticar al Comandante y que tenía idea de pedir la dimisión de Castro en el próximo Congreso del Partido. Esto lo cuentan generales y coroneles que desertaron después.
Junto a Ochoa fueron detenidos muchos más, su hombre de confianza Martínez, siempre a su lado; los hermanos Antonio y Patricio La Guardia (MININT); y muchos miembros del Departamento MC creado por Fidel para recaudar divisas.
Impresionaba el aplomo de Ochoa, su tranquilidad al declarar, la dureza del fiscal, la pasividad del abogado defensor (en Cuba la defensa apenas existe), mientras los otros acusados presentaban signos evidentes de miedo. Por el general Arnaldo Ochoa conocimos que desde Angola llegaban a Cuba barcos que traían marfil y maderas preciosas para altos cargos gubernamentales y cuando el fiscal Reguera le pregunta sobre esto y le asegura que tienen conocimiento de un barco que le trajo para su beneficio madera y marfil, Ochoa responde muy contundente: “Sí, en el mismo barco que venían los de Fidel”. Nos dijo que Fidel se traía marfil y maderas preciosas para su uso particular, un asunto que nunca quedó claro fue lo de 5 millones de dólares en arnas para Nicaragua. Reguera insiste en este tema y Ochoa siempre le responde lo mismo: “De ese tema yo no puedo hablar”. “Por qué” nos preguntamos muchas veces. Sobre él ya pesaba una petición de pena de muerte, se habían desvelados cosas trascendentes. ¿Por qué de esas armas “no podía hablar” ? Quizás alguien que aún esté vivo lo sepa.
Son condenados a pena de muerte por fusilamiento el General Arnaldo Ochoa, su secretario Jorge Martínez y, del Ministerio del Interior, el coronel Antonio la Guardia y el mayor Amado Padrón. En el juicio no quedan nada claro muchos aspectos, pero otros asuntos sorprenderán a muchos. Algunos militares aseguran que a estos hombres se les orientó, que por necesidad de salvar la revolución debían declararse culpables y que Fidel y Raúl le prometieron que no serían fusilados, pero eso es sólo el testimonio de otros militares, particularmente no lo creo y me acerco más a la teoría de la conspiración.
Raúl Castro comparece en el Comité Central con altos cargos militares e intenta desacreditar a Ochoa, entre risas y bromas critica al general por su sentido del humor y le resta méritos en su actuación en la guerra de Angola. ¿Por qué entonces Fidel Castro le entregó la distinción de Héroe de la República de Cuba? De héroe a villano y todo el mérito para Polito.
Los demás implicados fueron condenados a largas penas, entre ellos un muchacho que vimos en la oficina del Vedado, a pesar de estar visiblemente desmejorado, pudimos reconocerlo.
Días más tarde es detenido Abrahantes, ministro del Interior. Se le acusaba entre otras cosas de haberse quedado con una parte del dinero recaudado por MC, negligencia en su cargo por declarar desconocer el tráfico de drogas en el que estaban involucrados sus subordinados. Todos nos preguntamos: ¿Y Raúl Castro? Sus subordinados también estaban y Ochoa envió a Martínez a entrevistarse nada menos que con Pablo Escobar, pero no fue juzgado Raúl Castro; al contrario, formó parte de la acusación, comenzó su juicio y en extrañas circunstancias Abrahantes falleció en su celda. La nota oficial explicó en breves palabras que había muerto de un infarto. Pero el juicio a Abrahantes y su historia es tema que debe ser tratado en lo adelante.
Una página muy triste en la historia de Cuba, ahora recordada por la incautación de cocaína en Panamá. El pasado siempre vuelve.
En este vídeo se puede ver algo de lo ocurrido, la introducción no fue traducida, pero lo importante ya se escucha en español, la fiesta, la vigilancia, la carta de Amado Padrón.