Los liberianos buscan justicia

Dieciséis años después del final de la guerra en Liberia, muchos de sus ciudadanos piden un tribunal especial que juzgue los crímenes cometidos durante la contienda. Una medida que no contempló el acuerdo de paz firmado en Accra, Ghana, en 2003, con el que se ponía fin a un conflicto que había comenzado en 1999 y que se conoce como la segunda guerra liberiana. La primera tuvo lugar entre 1989 y 1996.
Durante los dos conflictos, los liberianos sufrieron violaciones generalizadas de los derechos humanos y del derecho humanitario, como masacres, violaciones y otras formas de violencia sexual, ejecuciones sumarias, mutilaciones y torturas. Además, muchas niñas y niños fueron utilizados como soldados. Liberia debería haber garantizado la investigación de las violaciones graves de derechos humanos y que sus responsables fueran llevados ante la justicia. Pero nunca lo hizo.
A diferencia de los acuerdos de paz firmados en la vecina Sierra Leona, con los que se concluían 11 años de guerra, que sí establecían la creación del Tribunal Especial para Sierra Leona, en Liberia no hubo nada similar y los señores de la guerra nunca fueron sometidos a ningún juicio. Así, algunos de ellos han llegado a ser senadores o diputados en el Parlamento liberiano, por ejemplo.
Sin embargo, los acuerdos de Accra sí que establecieron una Comisión de la Verdad y la Reconciliación para que mirase las causas del conflicto y facilitase la reconciliación de los liberianos. En 2009, presentó sus conclusiones y entre ellas se encontraba la de crear un Tribunal Penal Extraordinario. Pero ni el gobierno anterior, presidido por Ellen Johnson Sirleaf, ni el actual de George Weah, han hecho ningún esfuerzo para poner en marcha esta medida.
Es por eso por lo que ahora, varios colectivos ciudadanos apoyados por algunos grupos internacionales, Human Right Watch entre ellos, han pedido al presidente Weah que cumpla con la recomendación de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación para que de una vez por todas los responsables de los crímenes cometidos durante los dos conflictos sean juzgados y así las víctimas encuentren justicia. Porque, como dicen los promotores de la idea, a pesar de los años pasados el país lo necesita para poder curar sus heridas.
Tanto al final de la primera como de la segunda guerra el lema que se impuso fue ‘forgive and forget’ (perdona y olvida). Una frase que no ha dado resultado porque son muchos los ciudadanos que piden que se haga justicia.
Los conflictos nunca terminan cuando se firman los acuerdos de paz y callan las armas, los conflictos terminan cuando todas las víctimas de los mismos han encontrado justicia y reparación. Esto es algo que normalmente se olvida, una forma más de menospreciar a los que más han sufrido a causa de la violencia. Liberia es un claro ejemplo de esto. A pesar de todo el esfuerzo y dinero invertido por la comunidad internacional, especialmente a través de la ONU, para traer la paz a este país, sus ciudadanos no sienten que esta haya llegado porque nunca se hizo justicia.