Guaidó y sus 40 ladrones

La ayuda humanitaria que entraría por Cúcuta a Venezuela en enero, resultó tan escandalosa para los medios internacionales que se convirtió en un pote de humo para más tarde desembocar en lamentables hechos de corrupción. Este fin de semana el diputado autoproclamado presidente, Juan Guaidó, pidió a su “embajador” en Colombia, Humberto Calderón Berti, investigar posibles irregularidades en el manejo de fondos por parte de Rossana Barrera y Kevin Rojas, representantes del diputado en Cúcuta.
Informaciones filtradas a un medio digital de oposición, revelaron que Barrera y Rojas, ambos militantes de partido Voluntad Popular y del círculo de confianza de Guaidó, malversaron millonarias cantidades de dinero, presuntamente provenientes de la “ayuda humanitaria” para Venezuela.
El escándalo ha sido de tal magnitud que hasta Luis Almagro, secretario General de la Organización de Estados Americanos (OEA) quien ha respaldado siempre al presidente del parlamento venezolano, reaccionó y pidió investigar los “graves cargos aquí formulados, determinar responsabilidades y exigir rendición de cuentas”.
Barrera y Rojas intentaron involucrar al embajador de Guaidó en Colombia, Humberto Calderón Berti, quien inmediatamente reaccionó y dijo que sabía de los hechos pero que están en proceso de auditorias para determinar responsabilidades.
El gobierno de Maduro, en voz de su vicepresidente de Comunicación, Jorge Rodríguez, recordó que ya ellos habían advertido, en el mes de marzo, un entramado de corrupción por parte de los delegados de Guaidó en el país vecino.
Por su parte Nicolás Maduro ha denunciado varias veces que el bloqueo financiero ha impedido la movilización de cuentas de Venezuela en el exterior y ha llevado al “extravío” de dinero de la nación. En ese sentido el mandatario ha acusado a EEUU de robarse 1.300 millones de dólares de Citgo, la filial de Petróleos de Venezuela en Estados Unidos.
Y dijo que al menos el 10 por ciento de ese dinero “le llega al bolsillo de los ladrones diputados y diputadas de la Asamblea Nacional de la derecha”, incluido Guaidó.
Ciertamente el presidente del parlamento, quien por cierto luce cada vez más desinflado en sus convocatorias de calle, no ha explicado de dónde obtuvo los recursos para que su esposa, Fabiana Rosales, hiciera una gira de 3 meses por el exterior, haciendo el lobby de Guaidó ante autoridades de países vecinos, incluso europeos.
Resulta una vergüenza que el gobierno paralelo de Guaidó con menos de 5 meses de “gestión”, tenga a este tipo de representantes especialistas en el manejo irregular de fondos.
¿Con cuál moral pretenden hablar de democracia y transparencia ante el madurismo corrupto de este país? ¿Cómo pueden ver a los ojos a los venezolanos y prometerles un país mejor (o normal), cuando en tan poco tiempo andan salpicados de hechos tan escandalosos, en nombre de una “ayuda humanitaria” que nunca llegó?
Las lluvias que llegaron a Caracas hace 3 semanas han nublado también el panorama político. A estas alturas, y con los hechos recientes, uno no sabe si son peores los que están sentados en el poder, o los que desesperadamente quieren sentarse en él….