Lucha contra la desforestación en África

África alberga la segunda masa forestal más extensa del mundo, pero desafortunadamente este bosque disminuye muy rápidamente. En la actualidad, algunos países africanos pierden alrededor del 2-3% de sus selvas cada año, en algunos el proceso es, incluso, mucho más rápido. Esto equivaldría a un área similar a toda Suiza. Esta deforestación va muy rápida y pone en peligro especies animales y vegetales pero también la propia supervivencia del ser humano.
En los últimos años se han tomado algunas medidas como la Gran Muralla Verde, quizás la iniciativa insignia para combatir los efectos del cambio climáticos y la desertificación en África. Liderada por la Unión Africana, intenta transformar la vida de millones de personas al crear un gran mosaico de paisajes verdes y productivos que van desde la costa atlántica en Senegal hasta el cuerno de África. También es ejemplo a seguir Yacouba Sawadogo un campesino del norte de Burkina Faso que cuando los habitantes de su aldea, en el distrito de Gourga, empezaron a huir rumbo a las ciudades por el avance del desierto, él decidió quedarse y plantar árboles. Como a tantos otros, a él también le tomaron por loco, pero ha conseguido recuperar más de tres millones de hectáreas de terreno desértico en ocho países del Sahel y convertirlas en tierras de cultivo.
La última iniciativa en este sentido llega desde Etiopía, el segundo país más poblado del continente y alabado por todos por tener una de las economías que más rápidamente crecen en todo el mundo. Esto viene aparejado con un rápido crecimiento de la agricultura, la construcción y el sector de servios. Además, gran parte de la población tiene ganado y utiliza leña para cocinar. Todo esto se traduce en una fuerte presión sobre las tierras y bosques del país, lo que tiene una fuerte repercusión en el medioambiente.
Con estos datos, es fácil adivinar que en los últimos años la masa forestal del país ha disminuido considerablemente -de cubrir un 35% de la superficie etíope a principios del siglo XX a solo un 13% en la actualidad-, y que los suelos se han empobrecido y el patrón de las lluvias se ha alterado. Lo trae la amenaza de una nueva hambruna, una más de las que periódicamente asolan el país.
Con la intención de revertir esta situación, el Gobierno etíope ha decidido plantar cuatro mil millones de árboles, 40 por cada habitante del país. El primer ministro del país, Abiy Ahmed, lanzó la campaña a finales de mayo. La intención es implementarla durante la actual estación de las lluvias como parte del National Green Development program. Una estrategia que quiere desarrollar una economía verde resistente al cambio climático para 2025. Algunas de las primeras medidas han consistido en plantar árboles en las calles de las ciudades. Además, las autoridades planean reemplazar las especies foráneas, como el eucalipto que ha sido importado de Australia desde 1890 porque crece muy rápidamente y puede ser utilizado para leña, pero necesita mucha agua y en ocasiones ha secado marismas.
Para llevar a buen término este proyecto hacen falta cientos de miles de voluntarios que planten los árboles. Pero parece que la idea ha sido bien acogida por la mayoría de la población.