Los secretos jamás contados del pacto en Canarias (VI): Y Franquis entra en el Gobierno

Fotografía: Diego Delso
Román Rodríguez dice que le da igual y que no teme nada, pero muchos en NC y fuera siguen sin entender que el exdiputado nacional socialista Chano Franquis, por muy importante que haya sido en la trayectoria política de Ángel Víctor Torres, se haya convertido en consejero de Obras Públicas, Transporte y Vivienda y esté dentro de un Ejecutivo que, a ojos de muchos, puso en serio peligro, junto a otros integrantes del PSOE grancanario, el pacto progresista. Él, por supuesto, lo niega con fuerza y cree que siempre ha defendido lo mejor para los intereses de su partido y que, en ningún caso, NC renunciaría al acuerdo de izquierdas, incluso más allá de Santa Lucía o del Cabildo grancanario.
Sostengo que no es así, pero lo cierto es que esta fue la mayor sorpresa de los integrantes del nuevo Ejecutivo de izquierdas elegidos por Torres. Se dice que lo ha hecho para reforzar la presencia política del PSOE en el Gobierno ante el peso que, de por sí, tiene Román. Además, y en esa línea, ha recuperado también a Julio Pérez, el gran vínculo con el último gobierno de Saavedra, cuando fue consejero de Sanidad, si bien ahora se ha encargado de Justicia, Administración y Seguridad. La gran duda se mantuvo en Sanidad. Se barajó la vuelta de Jesús Morera, pero, al final, Torres optó por María Teresa Cruz Oval, cuyo perfil le hacía más cercana al área social, aunque también domina el ámbito sanitario y su gran capacidad de trabajo representa un claro aval.
Para Economía, Conocimiento y Empleo, el presidente se reservó otra de las sorpresas y apostó por Carolina Darias, quien ha puesto de director de Empleo al secretario de la UGT, Gustavo Santana. Por su parte, la consejería de Medio Ambiente, llamada de Transición Ecológica, Lucha contra el Cambio Climático y Política Territorial, la ocupa el lagunero José Antonio Valbuena, mientras que Educación, Universidades, Cultura y Deportes recayó en la profesora de filosofía de la ULL María José Guerra. Las siete áreas del PSOE la cierra la socialista palmera Alicia Vanoostende, ingeniera agrícola, que gestiona Agricultura, Ganadería y Pesca.
El resto de partidos del pacto, y como se supo desde aquel jueves 20 de junio, se quedaron con Servicios Sociales, Igualdad, Diversidad y Juventud, con Noemí Santana de responsable; mientras que Román Rodríguez ejerce de vicepresidente y lleva Economía, Presupuestos y Asuntos Europeos. Como había reclamado, ASG se encarga de Turismo, Industria y Comercio, que lleva la exsenadora Yaiza Castilla, una de las integrantes del partido inventado por Casimiro Curbelo con mayor proyección de futuro.
La firma del Pacto de las Flores el sábado 22 de junio fue un día histórico para la izquierda canaria, celebrada en su justa medida por el PSOE y Podemos a escala estatal, pero no rindió del todo a CC. De hecho, en la toma de posesión de los diputados y en la propia investidura de Torres, Barragán y otros dirigentes de CC dejaban caer eso de “a ver cuánto duran” en relación a las posibles grietas. La mayor esperanza radica en que NC se sienta incómoda con el PSOE, aunque finalmente se ha resuelto el cogobierno en el Cabildo grancanario, que quiera acelerar su acercamiento a CC, sobre todo si hay nuevas consultas electorales a escala estatal, o que haya fricciones en la gestión y con el Ejecutivo central. También confían en que ASG gire y, una vez defenestrado Antona y enviado al Senado, saben que no habría muchos problemas con el PP y con la actual dirección estatal. De hecho, han insinuado que el Ejecutivo no durará hasta la próxima primavera y, dada la experiencia que tiene CC en estas lides, mejor no subestimarles, por mucho que los otros insistan en que el Gobierno es para los 4 años y, probablemente, con solución de continuidad.
Mientras, los nacionalistas esperaban asegurarse el Cabildo de La Palma extendiendo el acuerdo con el PP que sí se ha solidificado en la capital palmera, pero, lejos de eso, el 8 de julio se confirmó el cambio de gobierno en el Cabildo de Fuerteventura. El socialista Blas Acosta se hacía por primera vez con la presidencia majorera para su partido en acuerdo con NC y Podemos, haciendo que la estancia de Lola García (CC) en el máximo cargo de una Isla sea de las más cortas de la historia. Sin duda, no se lo merece García, que ha demostrado madera de buena diputada en el Parlamento, especializada en el ámbito educativo, aunque los partidos de izquierda en Fuerteventura no la censuraban a ella, sino, como en Puerto del Rosario, a tantos años de CC en esa administración.
Por si esto fuera poco, y aunque los nacionalistas aún confiaban en resolver lo de La Palma vía Madrid, el 10 de julio, solo dos días después del palo majorero, el PSOE y el PP de Mariano Hernández presentaban una censura a Nieves Lady Barreto en la isla bonita. Ni la inmediata reacción del PP, con Australia Navarro de enlace con Madrid, anunciando expedientes de expulsión a sus consejeros les hizo recapacitar.
Sin embargo, la bomba definitiva se produjo pocos minutos después, cuando los socialistas, los dos consejeros de Cs y los 3 de Sí podemos hacían lo propio en el Cabildo tinerfeño. Es más, lo hacían justo un día después (en realidad, ni 24 horas) de que CC y PP anunciaran un pacto y un reparto de consejerías en ese cabildo para los 4 años al que esperaban sumar con el tiempo a Cs, con lo que el papelón de Alonso y, sobre todo, de Lope Afonso (que sabía desde el principio la posibilidad del riesgo) era ya de campeonato. Es cierto que luego han acusado a Enrique Arriaga de mentirles de forma bellaca (Manuel Domínguez dice no haber vivido nada igual), pero en el PP no eran pocos los que estaban convencidos de que habría censura. Aunque muchos siguen sin creérselo, y pese a que había representantes de CC en esa institución que temían que lo perderían casi todo (o todo lo importante), los nacionalistas se quedaban sin sus últimos grandes castillos y, ahora, la institución que administran en solitario (y sin eso) con más población es, quién lo iba a decir hace unos meses, La Orotava, con 41.833 residentes al cierre de 2018.
La censura en La Palma se confirmó el 24 de julio sin más sorpresas, pero no ocurrió lo mismo en Tenerife. CC se agarró a un último clavo ardiendo para, al menos, retrasar unos días la pérdida del poder, en el que llevaba desde 1987, pero el secretario de la corporación abortó, no sin un retraso de casi dos horas, el rechazo o las dudas nacionalistas a que el pleno se celebrase y la censura fructificara por una supuesta incompatibilidad laboral (trabajó para el ITER poco antes, pero cumplimentó las peticiones de la Secretaría) del consejero de Sí Podemos, José David Carballo. Salvado el esperpento, con una presidenta de la mesa de edad, Juan María Reyes (CC), que hizo un papelón hasta que las advertencias sobre su posible prevaricación la echaron para atrás. Además, la ausencia de José Manuel Pitti, que debía asumir ese papel en la mesa, fue la comidilla y, aunque se excusó en que se encontraba malo y que lo sabía Carlos Alonso, algunos siguen sin creerlo mucho.
Al día siguiente de los anuncios de estas mociones de censura tuvo lugar el discurso de investidura de Torres, el 11 de julio. Aún no se conocían con certeza los consejeros del PSOE que integrarían su Ejecutivo, pero lo que sí hizo fue insistir en sus mensajes sobre los cambios que necesita Canarias, con énfasis en las políticas sociales, en sanidad y educación, así como los proyectos de renta básica, ecotasa, el desarrollo del nuevo REF y Estatuto o una distribución diferente de los esfuerzos fiscales, entre otras muchas medidas. Como era de esperar, y aunque siempre con esos 100 días de deferencia, el PP no se lo creía y CC no ha parado (más bien de nuevo) de denunciar los “incumplimientos” del Estado.
El 16 de julio, Ángel Víctor Torres toma posesión como el segundo presidente socialista en la historia de Canarias. Lo hace en la sala principal de la sede tinerfeña de Presidencia, totalmente abarrotada y en un acto al que se invitó a distintas organizaciones de la sociedad civil, como ecologistas, representantes del tercer sector o sindicalistas. Su discurso es muy similar al de la investidura y la escena del día la regaló Fernando Clavijo al dar la espalda de forma ostensible, casi chistosa, pero en una aplastante muestra de ruptura y guerra total, a un Paulino Rivero que pasaba el trago como podía. A su izquierda, Román departía agradable, con risas y muy suelto con Saavedra, pero entre los dos últimos presidentes de CC se separaba un abismo sin fondo. Las fotos y los comentarios ese día y en la prensa de la jornada siguiente, por supuesto, fueron múltiples y variopintos. En evidente contraste, esa toma de posesión acabó con otra imagen para la historia: Torres y Saavedra se abrazaban y hablaban en total complicidad.
Reparto de competencias en el nuevo Gobierno
Al día siguiente, y rompiendo diversos rumores o previsiones, Torres desveló el nuevo Gobierno, que quedaba de la siguiente manera.
Como se sabía, el líder de Nueva Canarias, Román Rodríguez ocuparía la vicepresidencia, cargo casi por aclamación del resto de partidos. Además, y frente a una parte del PSOE que quería Hacienda para, sobre todo, Antonio Olivera (finalmente se lo llevó Torres a Presidencia), se confirmaría como responsable de ese departamento clave en el reparto de los fondos, así como que se añadía a la Consejería la parte de Presupuestos y Asuntos Europeos. También como estaba cantado, Rodríguez confió la viceconsejería de Hacienda a Fermín Delgado, tantos años su asesor en el Parlamento y uno de los técnicos más prestigiosos y valorados por todos los partidos. De hecho, el Gobierno anterior le consultaba con cierta asiduidad muchas cuestiones y la exconsejera de Hacienda reconoció que le aliviaba un poco saber que Delgado estaba en el área.
Román ocupa así un papel relevante en las relaciones con el Estado y la UE, algo que anhelaba desde hacía tiempo para resaltar la importancia de NC como sustituta nacionalista de CC y demostrar que también sabe reivindicar lo que le corresponde a Canarias en los distintos estamentos estatales o de la Comunidad, con un desarrollo máximo del nuevo Estatuto de Autonomía y de las ventajas del Régimen Económico y Fiscal renovado en octubre de 2018.
Del resto de partidos socios del PSOE en el nuevo Ejecutivo, destacaba, por supuesto, la presencia de Noemí Santana como consejera de Servicios Sociales, Igualdad, Diversidad y Juventud. Un gran reto por los datos de pobreza, desigualdad, en dependencia y por muchos avances pendientes en diversidad y juventud que tanto ha criticado en los últimos cuatro años y que ahora tiene la oportunidad de afrontar desde el consejo de Gobierno y con la oposición muy pendiente de cada paso que dé y de los futuros resultados.
Por su parte, ASG ha asumido Turismo, Industria y Comercio y Curbelo se la ha asignado a Yaiza Castilla, que tuvo que dejar su acta en el Senado. Sin duda, otra gran responsabilidad para un partido nacido en una Isla con un turismo más bien orientado a la naturaleza y que, ahora, se encarga de la consejería centrada en la principal actividad económica de Canarias, con 15,5 millones de turistas durante el ejercicio anterior y 16 en 2017. Además, con proyectos polémicos y rechazados por patronales como Ashotel, como es la ecotasa, tan necesaria y reivindicada desde hace tiempo por muchos colectivos, sobre todo ecologistas, pero también por partidos como NC o Podemos, si bien en el PSOE existen voces abiertamente contrarias o que dudan muchos sobre esto, como el nuevo presidente del Cabildo tinerfeño y alcalde de Guía de Isora desde 1995 hasta la histórica censura del 24 de julio.
Castilla y, en el fondo, ASG y el Gobierno en su conjunto afrontan también el reto autoimpuesto durante tantos años por Román Rodríguez, que no paró de censurarle a Clavijo y a gobiernos anteriores que se limitara a “contar turistas” y no a tener una verdadera política en este ámbito que planifique a largo plazo y que apueste más por la calidad que por la cantidad, por la dignidad en el trabajo y un mayor reparto de la riqueza de un subsector que, si bien ha sido clave para compensar la honda crisis, también ha sacado unos réditos económicos que no casan luego con los datos sociales, de pobreza, paro, renta y desigualdad de las Islas.
Por supuesto, y en esta línea, una de las situaciones que más se van a analizar de la gestión del nuevo Gobierno de izquierda es qué ocurre con las camareras de piso, quienes, en coherencia también con lo que han dicho y hecho estos partidos en los últimos años, deberán ver mejoradas sus condiciones laborales si Torres no quiere apuntar al final de su mandato un claro fracaso.
Por cierto, ese final del mandato lo podrá decretar, por primera vez en la historia de Canarias, antes de los 4 años de rigor hasta ahora. En virtud del nuevo Estatuto, el presidente podrá ahora, como ocurre en regiones como Cataluña, Andalucía, País Vasco o Galicia, acortar la legislatura y convocar elecciones cuando lo crea conveniente, bien por intereses propios, por pérdida de confianza, por ruptura del pacto o las causas que sean.
Castilla también tendrá el reto de ampliar el espectro de la industria canaria con subsectores como el de las energías limpias, en el que se avanzó con Pedro Ortega desde 2015, sobre todo al desbloquear proyectos eólicos, pero un campo en el que Canarias, pese a sus grandes condiciones (casi ideales respecto a otras zonas de Europa) sigue demasiado a la cola y con proyectos, como el gas, muy cuestionados que, por cierto, este Ejecutivo dice que abandonará, al menos en lo que concierne al gas ciudad. Por supuesto, en esto tendrá que ir de la mano de la nueva Consejería de Transición Ecológica y Cambio Climático, que llevará el socialista José Antonio Valbuena.
Por parte del PSOE, Torres sorprendió un poco (quizás le influyó en esto Jerónimo Saavedra) al recuperar para el Ejecutivo a Julio Pérez. El prestigioso letrado santacrucero, que había ejercicio de primer teniente de alcalde de la capital chicharrera en el primer pacto entre socialistas y CC en ese municipio (tras las elecciones de 2011) y que luego se fue a Madrid como secretario de Estado de Justicia del Gobierno de Zapatero, en su segunda legislatura, asume la consejería de Justicia, Administraciones Públicas y Seguridad. Sin duda, eleva el nivel del Ejecutivo a sus 71 años y, sobre todo, refuerza la parte política del PSOE dentro del consejo de Gobierno.
No obstante, la mayor sorpresa, explicada también, por algunos, para dar relieve al partido en el Ejecutivo ante la presencia de Román, la protagonizó Chano Franquis. Pese a que muchos en NC, Sí Podemos, ASG y en buena parte del PSOE no entendieron su actitud con el pacto en Gran Canaria y los municipios claves de Santa Lucía y Telde, Torres le confiaba la Consejería de Obras Públicas, Transporte y Vivienda.
Algunos no se han cortado y lo han concebido como un torpedo destructor dentro del Gobierno, otros defienden que solo ha abogado por los intereses del PSOE y Román Rodríguez dice que no le importa, para nada, su presencia ni cree que suponga un elemento distorsionador. Franquis, por supuesto, sostiene que la lectura que han hecho algunos sobre su papel en las negociaciones es totalmente falsa y tiene a defensores en sus filas, pero es cierto que, al menos el que estos escribe, ha escuchado más la otra versión en muchos socialistas (dirigentes) y a muy pocos en NC, ASG y Sí Podemos decir lo contrario.
No obstante, donde más dudas hubo fue en Sanidad, consejería clave y en la que se pondrán la mayoría de focos por las listas de espera y otras muchas cuestiones. Sonó mucho la vuelta de Jesús Morera pero, con fuentes que sostienen que él no quería y otros, que no lo querían en el Ejecutivo. Lo cierto es que, al final, se confirmó uno de los nombres que se barajaron desde el principio. La ariquense María Teresa Cruz Oval, una de las diputadas más trabajadoras del PSOE en los últimos años, se encargará de esta tarea crucial y, aunque se mantienen dudas sobre si su perfil es el más idóneo, al estar mucho más formada para el ámbito social, no existen dudas sobre que se volcará en su labor. Otra cosa serán los resultados y, ahí, seguro, estará más que pendiente la oposición y la sociedad canaria.
El departamento de Economía, Conocimiento y Trabajo ha recaído en alguien también con creciente prestigio dentro del PSOE canario. Tras ser delegada del Gobierno y, en la última legislatura regional, presidenta del Parlamento, con muchos reconocimientos sobre la apertura a la sociedad, su preocupación por el cambio climático y otros problemas mundiales, así como por su contundente y, al mismo tiempo, flexible forma de llevar las sesiones, Carolina Darias entra en un Gobierno para encargarse de un área sensible, dado el paro estructural que siempre ha sufrido Canarias. Entre otros apoyos, ha recurrido ya a sindicalistas como Gustavo Santana (UGT), quien mantuvo una muy buena relación con Clavijo desde 2015, para que se encargue del Servicio Canario de Empleo.
Para Educación, Universidades, Cultura y Deportes, Torres ha optado por la profesora de Filosofía en la ULL María José Guerra. Una feminista que algunos creen, incluso, radical, pero que otros respetan a fondo y tienen en alta consideración por sus aportaciones a una sociedad más justa e igualitaria. Ahora, se ocupa de otro departamento clave por los datos que siguen situando a Canarias a la cola estatal y de la UE, aparte de tener que afrontar muchos retos con los docentes, las universidades, la extensión de los centros privados, las becas, la formación profesional, la situación de los investigadores y la fuga de cerebros y tantos otros problemas de una de las bases de la sociedad del futuro. En la Viceconsejería de Cultura, y como se apuntaba al cerrarse el pacto, trabaja ya Juan Márquez, dirigente de Podemos que ha sabido ganarse el respeto de, incluso, los partidos menos afines a su visión de las cosas por su trabajo y rigor.
En Agricultura, Ganadería y Pesca, Torres ha ido a lo seguro al recurrir a la consejera palmera de Turismo de 2015 al pasado junio, Alicia Vanoostende. Una apuesta segura porque se trata de una ingeniera agrónoma (no siempre ha ocurrido esto en esta consejería), si bien admite que flaquea más en el ámbito pesquero. Vanooestende tiene fama de trabajadora y rigurosa y afronta también un reto relevante tras el buen papel desempeñado por Narvay Quintero (AHI-CC), elogiado por la mayoría del sector y hasta por la oposición, lo que no es poco. Que este sector no siga decayendo y recupere presencia en el PIB, así como que garantice el futuro con el relevo generacional, se recupere más el campo, se consuma más lo aquí producido con mejores relaciones con el turismo, algo bien trabajado por Quintero, o que la pesca no acabe muriendo del todo son objetivos muy ambiciosos, pero imprescindibles para el Archipiélago.
Como ya se apuntó, el Gobierno incluye también la consejería de Transición Ecológica, Lucha contra el Cambio Climático y Política Territorial, que dirige José Antonio Valbuena, hasta ahora consejero socialista de Medio Ambiente en el Cabildo tinerfeño. Sin duda, otro gran desafío para el Gobierno, al que se le mirará con lupa si se avanza o no en este ámbito tras los dicho por partidos como NC, Sí Podemos y gran parte del PSOE en los dos años y medio últimos del Gobierno de Clavijo.
Aparte del Gobierno, también cabe destacar la elección de Gustavo Matos como presidente del Parlamento. Su perfil, más político y aguerrido, no apuntaba a esta apuesta, pero, por diversos motivos, Torres tuvo que proponérselo y su gran reto será demostrar que puede dirigir las sesiones plenarias desde la mesura y el equilibrio. Asimismo, y aunque dijo que se quedaría en la oposición y liderando a CC en el Parlamento, el expresidente Clavijo ha optado, al final, por irse al Senado dentro del cupo que tiene su formación. Unos dicen que lo hace para protegerse ante el caso Grúas y, tal vez, el de las prórrogas de contratos cuando ejerció de alcalde de La Laguna; él lo niega y su partido lo presenta como la persona ideal para defender en Madrid el nuevo REF y Estatuto. En primavera de 2020, en principio, CC tendrá congreso ordinario y, quizás, ahí elija a nuevo líder. O no.