180 aniversario de la revuelta del Amistad

El 2 de julio se cumplieron 180 años de la revuelta de las personas esclavizadas que transportaba el barco español La Amistad, liderada por el sierraleonés Sengbe Pieh. Para conmemorar la ocasión, el presidente de Sierra Leona, Julius Maada Bio, fue recibido por el alcalde de la ciudad estadounidense de New Haven, en el estado de Connecticut, el pasado 24 de septiembre. Durante la visita del mandatario africano tuvieron lugar diversos actos que pusieron de relieve la importancia de aquel acontecimiento para la historia de los Estados Unidos y el fin de la esclavitud. Además, se renovaron los lazos de hermanamiento entre esa ciudad y el país de África occidental, que se manifestaron de forma muy concreta durante la pasada crisis de ébola.
Sengbe Pieh era un campesino mende, casado y padre de tres hijos, que fue secuestrado por traficantes de esclavos y que junto a muchos otros fue embarcado en la nave portuguesa Técora, que partió de las costas africanas con destino a La Habana. En aquel tiempo, la importación de esclavos en Cuba era ilegal, no así la esclavitud (aunque abolida en la metrópolis en 1837, siguió vigente en las colonias de ultramar española hasta 1873). De ellos, 53 personas -hombres, mujeres y niños-, fueron comprados por los españoles José Ruiz y Pedro Montes que tenían preparado el Amistad para transportarlos de forma clandestina hasta sus plantaciones cubanas de Puerto Príncipe. Durante esta segunda travesía Sengbe Pieh logró soltarse de las anillas que le tenían prisionero, liberar al resto de sus compañeros y comenzar el motín. Solo mantuvieron con vida a Ruiz y Montes para que les llevasen de vuelta a su lugar de origen. Sin embargo, los españoles viraron el barco y terminaron frente a las costas de Estados Unidos, cerca de Long Island, donde el patrullero estadounidense Washington les rescató el 26 de agosto de 1839.
Los españoles acusaron a los africanos de piratería y asesinato. Empezaron los juicios. La Corona española se personó en ellos reclamando el cargo y los esclavos. El presidente estadounidense Martin Van Buren, un proesclavista que buscaba la reelección y no quería enfadar a los dueños de esclavos, también se vio envuelto en la contienda. Mientras, los sierraleoneses contaron con el apoyo de los movimientos antiescalvistas que les buscaron traductores y tuvieron como abogado defensor al expresidente John Quincy Adams. Finalmente, tras el recurso de Van Buren, el 9 de marzo de 1841, el Tribunal Supremo confirmó las sentencias anteriores en las que declaraba que Sengbe Pieh y sus compañeros eran personas secuestradas y no esclavos y por tanto debían recuperar su libertad. En enero de 1842, los 35 supervivientes de la aventura regresaban a Freetown a bordo de un buque fletado por las sociedades antiesclavistas. La epopeya fue inmortalizada por el director estadounidense Steven Spielberg en 1997.
La sentencia con la que concluyó este caso, constituyó un hito importante a la hora de frenar el tráfico de esclavos en Estados Unidos. Aunque estaba prohibido, al igual que en España, se seguía practicando.
Durante la espera del juicio, algunos de los africanos murieron y fueron enterrados en New Haven. Ante su tumba colocó una corona de flores el presidente Bio.